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Aniversario del "gas pimienta": se cumplen 6 años de la noche en la que perdió el fútbol

A horas de disputarse un nuevo mano a mano entre Boca y River en La Bombonera, aún continua fresco en la memoria el incidente por los octavos de final de la Copa Libertadores 2015 que ni xeneizes ni millonarios olvidarán.
Viernes, 14 de mayo de 2021 20:37

Se cumplen ya seis años de la noche que marcó un antes y un después en la historia del Boca-RIver, en las páginas del Superclásico. Un 14 de mayo de 2015, el Xeneize y el Millonario debían disputar la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores en La Bombonera. Los locales estaban obligados a ganar, ya que los de Nuñez se habían quedado con la ida por 1-0. Sin embargo, en el primer tiempo el conjunto del Vasco Arruabarrena no prosperó y los fanáticos comenzaron a impacientarse a tal punto que, como mejor opción, recurrieron a la violencia. Los jugadores de River fueron atacados con gas pimienta cuando salían por el túnel a disputar el complemento.

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Se cumplen ya seis años de la noche que marcó un antes y un después en la historia del Boca-RIver, en las páginas del Superclásico. Un 14 de mayo de 2015, el Xeneize y el Millonario debían disputar la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores en La Bombonera. Los locales estaban obligados a ganar, ya que los de Nuñez se habían quedado con la ida por 1-0. Sin embargo, en el primer tiempo el conjunto del Vasco Arruabarrena no prosperó y los fanáticos comenzaron a impacientarse a tal punto que, como mejor opción, recurrieron a la violencia. Los jugadores de River fueron atacados con gas pimienta cuando salían por el túnel a disputar el complemento.

Desesperación, sufrimiento, malestar. Los futbolistas del conjunto de Marcelo Gallardo tenían los ojos completamente rojos, con ardor y lágrimas producto del gas pimienta arrojado por los hinchas de Boca, entre ellos el artífice principal, el Panadero Adrián Napolitano. Camisetas manchadas, corazones heridos y un objetivo principal: salir lo más rápido posible de esa manga para evitar permanecer en lo que ya se había convertido en el infierno mismo.

Las autoridades de la Conmebol iban y venían mientras el comisario deportivo, el boliviano Rober Bello, estaba en el teléfono y buscaba una salida. Los jugadores de River y las autoridades solo querían salir de esa cancha, los de Boca en cambio se sentían completamente perjudicados por su inocencia ante la situación y a toda costa querían jugar el partido.

Luego de que el plantel entero de River dejara el campo de juego con custodia policial y una lluvia de botellazos por parte de los hinchas de azul y oro, lo hicieron los de Boca con saludo de por medio para su gente.

El desenlace lo determinó Darío Herrera, quien dio por finalizado el partido dos horas después del escándalo. Al otro día hubo una audiencia en Asunción y, finalmente, el encuentro se decretó terminado. Por el 1-0 de la ida, el Millonario accedió a los cuartos de final de la que sería su tercera Copa Libertadores. Al club de la ribera, en cambio, le tocó una dura sanción, que luego sería reducida por la Conmebol.

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