Luego de las medidas dispuestas por el Comité Operativo de Emergencia de Rosario de la Frontera, el viernes pasado muchos integrantes de la comunidad rosarina finalmente se quedaron en sus casas en estos días. Sin clases y con muchos comercios cerrados, la actividad fue mínima ayer en Rosario.
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Luego de las medidas dispuestas por el Comité Operativo de Emergencia de Rosario de la Frontera, el viernes pasado muchos integrantes de la comunidad rosarina finalmente se quedaron en sus casas en estos días. Sin clases y con muchos comercios cerrados, la actividad fue mínima ayer en Rosario.
Cabe recordar que una de las medidas, hasta el 5 de junio, señala que se puede transitar solo hasta las 18, pasado ese horario solo tiene permitido circular el personal esencial: personal de la salud, policías y deliverys. Para estos últimos, el permiso es hasta las 23.
A esto hay que sumarle que por disposición del COE se suspendieron las clases presenciales en Metán y Rosario, por el incremento de casos.
En las últimas semanas hubo un incremento de casos positivos y de decesos a causa de la COVID-19. Esto es tan grave que las camas de terapia intensiva están ocupadas al 100 por ciento.
Esto hizo que hace unos días se instalara en el hospital Melchora Figueroa de Cornejo, una carpa sanitaria del Ejército para asistir a los pacientes con COVID-19.
Ya sea por miedo, por precaución o por los mismos contagios, ayer se observó muy poco movimiento en la Ciudad Termal.
Comercios
También hay muchos comercios del rubro gastronómico, confiterías y bares que tuvieron que cerrar sus puertas por casos positivos de dueños o empleados.
"Yo di positivo de COVID-19 hace 10 días. Desde esa fecha que mi local permanece cerrado", manifestó a El Tribuno Néstor Chávez, comerciante gastronómico, quien tiene a cargo cinco empleados.
"Primero dio positivo una empleada, a partir de allí se dispararon los contagios. Luego me tocó a mí y después a otro empleado. En total son cinco familias que desde hace días no podemos llevar el pan a nuestras casas", recordó.
El hombre se mostró preocupado por la situación económica, pero más por la pérdida de vidas. "Lo único cierto es que con el local cerrado la situación se complica", dijo.
"Todos estamos muy preocupados por la situación laboral, y volver a empezar es todo un tema porque hay sueldos y servicios que uno, por más que tenga COVID-19, tiene que pagar igual. En nuestro caso ni siquiera podemos recuperarnos con las deudas desde el año pasado, más este año, es mucho", lamentó.
En las instalaciones del banco Macro, ubicado en zona céntrica, lugar donde siempre hay muchas personas, ayer hubo muy poca, una docente jubilada aseguró que "solamente vine porque necesitaba cobrar mi jubilación".
"Vivo lejos por eso viene y me vuelvo en un remise, prefiero no tener contacto con nadie porque soy paciente de riesgo y tengo terror de contagiarme. Este tema de la pandemia nos obliga a vivir así, pero no hay otra", advirtió.
Ayuda para los aislados
Al no poder trabajar, al estar aislados y cursar la enfermedad en los hogares, son muchos los que necesitan una asistencia para poder subsistir.
Por ello, desde las redes sociales, todos los días hay publicaciones en donde solicitan alimentos no perecederos pero sobre todo, carne y verduras, lo cual hoy, tienen costos de comercialización exorbitantes para el bolsillo de quienes no pueden trabajar.
Las ayudas llegan desde el municipio de Rosario de la Frontera, de fundaciones, pero también de los vecinos solidarios de la Ciudad Termal, quienes a la hora de colaborar, suelen demostrar una empatía destacable para con los más necesitados.
Luego de que Rosario de la Frontera y Metán sean consideradas zonas de riesgo, en ambos departamentos volvieron las clases virtuales. Este es otro punto para que las calles estén vacías.