Llevamos algo más de un año de pandemia y sus consecuencias se han hecho notar en la industria inmobiliaria. Entender la dinámica y la perspectiva del mercado no será tarea sencilla. Hay cambios coyunturales y otros que más allá de los acontecimientos llegarán para quedarse.
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Llevamos algo más de un año de pandemia y sus consecuencias se han hecho notar en la industria inmobiliaria. Entender la dinámica y la perspectiva del mercado no será tarea sencilla. Hay cambios coyunturales y otros que más allá de los acontecimientos llegarán para quedarse.
Los nuevos enfoques, los cambios en la forma de vida, en las prioridades, en la relación con el hogar y el trabajo y en los hábitos de consumos ya están produciendo cambios en la expectativa de las inversiones inmobiliarias y en la conceptualización de los proyectos.
Espacios estratégicos
El mayor crecimiento viene de la mano de la logística que demanda el acelerado aumento del comercio en línea y las entregas de último kilómetro. Cada vez son más las empresas que requieren contar con espacios estratégicos para llegar al consumidor final.
En lo residencial se ve con una recuperación media, apalancada principalmente por el segmento alto en su migración a las zonas suburbanas.
La recuperación del segmento medio es relativa y lenta y su dinamización dependerá de los signos de recuperación económica y de políticas de crédito para acceso a la vivienda. Conseguir capitales para esta industria es clave y, por ahora, el blanqueo de capitales para la construcción no ha producido la adhesión esperada.
El home-office y el incierto futuro que tienen los centros financieros-administrativos tiene en stand-by al producto de oficinas.
Como muestra, sus desarrolladores decidieron paralizar el mayor proyecto de oficinas en la Argentina. Este megaproyecto hoy se encuentra en etapa de reconvención con perspectiva de readecuarse a un complejo de viviendas.
Y, lamentablemente para nuestra economía, el sector más afectado es el hotelero y el turístico. Las perspectivas, en el corto plazo, no son favorables con lo que entendemos que tendrá escaso o nulo movimiento.
Más allá de cada producto o sector, a futuro continuarán profundizándose las directrices de esta nueva normalidad.
Los proyectos inmobiliarios deberán replantear las tipologías y la funcionalidad de los productos. También veremos cambios geográficos en esta migración de las grandes ciudades, y cambios demográficos, sobre todo generacionales.
Los millennials y los nativos digitales pasarán a ser los principales consumidores y con ellos las formas de entender el espacio y los estilos de vida.
Naturalmente, todos estos cambios alterarán la dinámica de las inversiones en ladrillos en el corto y mediano, pero sobre todo en el largo plazo.