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Hugo Marcos: “Por una cuestión de sensibilidad y amor, mi obra se estrenará en Salta”

Hugo Daniel Marcos es un destacado actor, director y autor teatral, que a fines del siglo pasado decidió echar raíces en Israel. Comenzó su formación como actor en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, en Buenos Aires. 
Jueves, 29 de julio de 2021 01:38

Tiene una dilatada carrera como actor de numerosas series de televisión y obras teatrales. Ha escrito cerca de 20 obras de teatro, entre comedias, dramas, comedias infantiles, shows de humor y monólogos... y ahora viene un nuevo estreno... y la novedad principal es que se producirá en la capital salteña... un estreno mundial.

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Tiene una dilatada carrera como actor de numerosas series de televisión y obras teatrales. Ha escrito cerca de 20 obras de teatro, entre comedias, dramas, comedias infantiles, shows de humor y monólogos... y ahora viene un nuevo estreno... y la novedad principal es que se producirá en la capital salteña... un estreno mundial.

Se trata de la obra Suegras Bárbaras al rescate, que representa la segunda parte de la comedia que tuvo un éxito rotundo en innumerables escenarios.

“Estoy viviendo en Israel desde hace 20 años, busqué nuevos horizontes para mis hijos fundamentalmente. Trabajo en un hotel internacional, vivo en zona turística. Es difícil vivir del teatro, aunque a veces ayuda mucho.
Su gran éxito fue “Mi mujer es el plomero”, además trabajó en televisión con el “Gordo” Juan Carlos Mesa.

¿Cómo fueron tus inicios?

Fui actor de teatro independiente durante muchos años. En el 81 fuimos invitados a los festivales italianos representando a la Argentina; también participamos de distintos festivales de teatro independiente que se realizaban en Europa. Fue una experiencia inolvidable, compartimos con elencos de todo el mundo, hacíamos el espectáculo “Viaje a la costa”. Me acuerdo que aquel momento empezamos a buscar una comedia graciosa, pero no había internet, me pasaba las tardes enteras desde la 1 de la tarde hasta las 6 que cerraba la Biblioteca de Argentores. Pedía libreto de comedias de todo tipo, pero no encontrábamos la adecuada. Un día dije “bueno, la escribo yo” y así fue. A partir de ahí comencé a tener grupos de teatro, unos años después me alejé del teatro independiente porque empecé con televisión en “Mesa de noticias”. Estuve cuatro años con el “Gordo” Mesa haciendo el personaje de Inocencio, que era uno que andaba con gorrita verde y anteojos haciendo tropelías con un triciclo por la calle, siempre muy inocente y cándido. Yo había escrito una comedia para Canal 13 y quería la opinión de un experto, así que un día le digo a Mesa “me gustaría que lo leas a ver si te gusta como escribo”. Yo tenía 26 años en ese momento, no sabía si lo mío servía o no. A los días me dijo “mira Marquitos la verdad te tengo que decir, tenés mucho talento, pero no escribas solo la técnica de lo gracioso, escribí lo que te haga reír a vos, vas a ver te va a ser más efectivo. Y gracias a ese consejo empecé a escribir “Un mal día”, “Extraños hábitos”.

¿Cómo surgió la primera versión de Suegras Bárbarás?

Un día estaba leyendo el diario y había una noticia de Estados Unidos, decía que una señora había logrado localizar dónde había ido a parar el corazón de su hijo muerto. Ahí me imaginé que pasaría si esa mujer quiere ir a visitar a esa persona que tiene el corazón de su hijo, y había dos formas de abordarlo, de la forma dramática como suele ser la vida o encararlo desde el humor, y a mí siempre me apasionó el humor y bueno ahí surgió un poco la idea de Suegras Bárbaras. 

Se estrenó en muchos teatros ¿cuál fue la fórmula que encontraste para esta obra? 

La primera fue impresionante a nivel mundial, en Andalucía la hicieron durante casi tres años de gira por todos los pueblos. También en México, Argentina, Chile, varios países en los que incluso se llegaron a hacer temporadas a sala llena, hasta que se cortó por la pandemia. En Argentina se hizo casi casi en todas las ciudades donde ya habíamos hecho “Mi mujer es el plomero”, que fue mi gran éxito. Yo creo que está tomada con honestidad y a eso se debe mucho, no creo el éxito, aunque es muy difícil explicar los éxitos, al igual que los fracasos, pero creo que puede llegar a estar ahí uno de los motivos del éxito. Está escrita con total honestidad, con mucho cariño hacia cada uno de los personajes, y sobre todo por respeto absoluto al público.

¿Cuál es ese respeto al público?

Siempre digo que para que el público logre reírse, primero me tengo que reír yo, siguiendo esas premisas que me dio el gordo Mesa y así se da con cada una de las obras que escribo, cuando una escena no me causa gracia, la borro e imagino una que me cause realmente gracia hasta que queda armada la obra de esta manera. Con Suegras Bárbaras me reí un montón se me ocurrían montones de cosas pero ya quedaban fuera del libreto, porque se hacía muy larga. Y dije, “esto va una segunda parte”, y eso fue lo que me quedó candente durante varios años, bueno casi fueron 20 años desde que se estrenó hasta que escribí Suegras Bárbaras al rescate que es la que se estrena ahora, y yo creo que será más efectiva y graciosa que la primera, o por lo menos yo me reí a carcajadas limpias mientras la escribía.

¿Por qué el estreno mundial de Suegras al rescate en Salta y qué expectativas tenés?

Tenía la posibilidad de hacer el estreno en España, México donde también me la habían pedido, y en Salta. Y por una cuestión de sensibilidad, de acercamiento y de amor me tiró esa provincia y además porque en Salta también fue un éxito impresionante durante tres años y a salas llenas, y eso es poco común en los teatros de provincias más pequeñas. Así que en reconocimiento al público salteño y al grupo de teatro por el esfuerzo de su trabajo.
Ojalá se pueda al menos igualar el éxito de Suegra Bárbaras. No sé si el público en el norte me reconoce a mí como autor, lo ignoro, pero si sé que el resultado después de ver la obra es óptimo, y no solo por la risa constante sino porque siempre hay un mensaje que es bien recibido. En esta segunda parte se plantea un tema con el que muchos se van a sentir identificados. También por las suegras, porque si no la tenés, conocés alguna de esas suegras infernales y desopilantes que existen por todas partes.

¿Cómo se hace para escribir comedia en pandemia?

Primero tratar de reponerse a la angustia y a la depresión que implicaba el encierro, que implicaba la soledad. Yo soy muy solitario, muy parco me cuesta mucho relacionarme con la gente, soy muy observador, constantemente estoy en la vida y en el trabajo observando todo el tiempo, de ahí saco infinidad de personajes y de historias. En pandemia fue bastante difícil y al mismo tiempo bastante gratificante porque era un escape escribir. Aquí en Israel la cosa fue mucho más acotada, tuvimos la suerte de que el Gobierno se preparó bien, nos vacunó enseguida a todos. Estuvimos encerrados cuatro meses, después tuvimos dos meses de apertura y nos volvieron a encerrar por 2 meses más. Con esos 2 meses de oxígeno que nos dieron pudimos volver a la normalidad; nos hizo creer que todo era posible, hasta que la vacunación se hizo total en todos lados.

¿Escribís para el púbico israelí?

Sigo escribiendo para todas las colonias latinas para todos los países de habla hispana, hice poco y nada de teatro en hebreo, no me identifico mucho, es una mentalidad distinta, una cultura distinta y yo amo la Argentina.
 

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