Hace poco más de un año, la CGT nacional y las organizaciones sindicales más representativas que actúan en Salta decidieron abrir un proceso de normalización de nuestra confederación provincial. Desde entonces una vieja consigna sindical nos guía: unidad, solidaridad y organización.
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Hace poco más de un año, la CGT nacional y las organizaciones sindicales más representativas que actúan en Salta decidieron abrir un proceso de normalización de nuestra confederación provincial. Desde entonces una vieja consigna sindical nos guía: unidad, solidaridad y organización.
Asumiendo los cambios que se han producido en el ámbito del trabajo, la CGT Regional trazó líneas de encuentro con las dos estructuras de la CTA con los movimientos que agrupan a los trabajadores de la economía popular y a los desocupados, y con muchas organizaciones cívicas que bregan por el buen funcionamiento de las instituciones de la democracia, la transparencia y la justicia social.
Puedo afirmar que los sindicatos y los trabajadores (ocupados y desocupados) hemos tomado conciencia de la necesidad de reforzar nuestro brazo confederal. Nosotros, históricamente, somos agentes del equilibrio social. Luchamos por una paz social asentada en la justicia, la integración y la participación,
Hoy sabemos que estas banderas han retrocedido en Salta. Sabemos que el trabajo en negro, que la marginalidad, que la desocupación, que las malas condiciones de trabajo y los bajos salarios, así como la precariedad de las prestaciones de salud, educación, vivienda y seguridad, conducen a un resultado que nos indigna: Salta es la provincia más desigual de la Argentina.
Cuando en diciembre del año pasado asumió la conducción normalizadora, definimos nuestros objetivos prioritarios: recuperar la vigencia de la Constitución, los tratados internaciones y las leyes; para lo cual entendemos urgente reformar el proceso de los tribunales del trabajo y dotar de medios y lineamientos garantistas a la Secretaría de Trabajo.
Queremos desburocratizar, modernizar y agilizar las instancias de las que dependen nuestros derechos.
Nos propusimos también alentar la formación de mesas tripartitas que reúnan a sindicatos, empleadores y autoridades, como una forma distinta -pero universalmente reconocida- de encarar los problemas que paralizan nuestra producción y frenan la creación de empleo. En este terreno nos queda mucho por hacer, porque la cultura del diálogo tripartito se ha debilitado en beneficio de prácticas autoritarias.
Hemos desarrollado internamente herramientas vitales para el avance de los trabajadores: como es el caso del Observatorio Socio Laboral de Salta, o los proyectos de reforma del proceso laboral y de la ley orgánica del fuero del trabajo.
En este punto la CGT participa -junto con el Colegio de Abogados y asociaciones que nuclean a jueces y magistrados- en la mesa convocada por el secretario de Justicia de la Provincia.
La preocupación de los trabajadores por el destino de nuestros cuantiosos recursos mineros nos ha llevado a participar -junto con nuestros compañeros de la Uocra y de AOMA- en la mesa donde se analiza el futuro plan estratégico provincial para la minería.
En esta mesa bregamos por la creación de la mayor cantidad de empleos decentes y por la atención de las posiciones que defienden los pobladores de la Puna. La industria minera es la alternativa a la mera extracción de nuestros minerales.
Para coordinar posiciones en este terreno la CGT convocó a una jornada sobre energía y combustibles, en la que participaron sindicatos del norte salteño y nuestras organizaciones de la construcción y la minería junto a cualificados expertos.
La CGT Regional Salta estuvo al lado de los trabajadores en conflicto, acompañándolos en la reivindicación de sus derechos. Así sucedió en los casos de la sanidad, la educación, la industria química, los ceramistas y los de la industria azucarera. Denunciamos y frenamos atropellos y continuaremos haciéndolo porque estamos dispuestos a ejercer nuestro derecho a protestar, reivindicar y presionar para que las condiciones equitativas y dignas de labor de las que habla el artículo 14 bis de nuestra Constitución sean realidad.
Hemos dialogado con el gobernador y con el vicegobernador, con el ministro de Trabajo de la Nación, la Unión Industrial de Salta, con las Universidades locales, con intendentes municipales y con muchas otras instancias públicas y privadas. Con algunas abrimos sendas para construir; otras mostraron su falta de ideas y su desdén por los trabajadores.
Preparamos un plan de capacitación sindical (con la colaboración del Ministerio de Trabajo); un plan de viviendas para trabajadores; un programa de empleo que facilite la primera experiencia laboral para mujeres y hombres jóvenes. Pretendemos diseñar itinerarios de transición desde la economía informal a la economía formal (en línea con las recomendaciones de la OIT) o, lo que es lo mismo, desde el trabajo en negro al trabajo decente.
Para concluir esta breve reseña, me referiré a las actividades de la CGT en relación con nuestros símbolos. Convocamos a dirigentes ya retirados y de gran prestigio; honramos a nuestros mártires (como es el caso de Felpe Burgos y de Guillermo Alzaga), estamos recuperando la sede histórica de calle Buenos Aires (con la ayuda de la intendenta de Salta), y preparamos una exposición sobre documentos que rescatan nuestra historia.