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Lula prometió "restablecer la paz" y gobernar para "todos"

Se impuso a Jair Bolsonaro por menos de dos puntos de diferencia.Gobernará sin mayoría parlamentaria y superioridad de gobernadores opositores.
Lunes, 31 de octubre de 2022 02:14

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se comprometió ayer a "restablecer la paz" y gobernar para "todos" en un Brasil dividido, en su primer pronunciamiento tras ganar las elecciones ante el actual gobernante, Jair Bolsonaro. "Estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente", afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT) desde un hotel de la ciudad de Sao Paulo. Con el 99,89 % del censo escrutado, Lula, que asumirá el poder el 1 de enero de 2023, ganó las presidenciales con un 50,90 % de los votos, frente al 49,10 % que obtuvo el líder ultraderechista.

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El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se comprometió ayer a "restablecer la paz" y gobernar para "todos" en un Brasil dividido, en su primer pronunciamiento tras ganar las elecciones ante el actual gobernante, Jair Bolsonaro. "Estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente", afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT) desde un hotel de la ciudad de Sao Paulo. Con el 99,89 % del censo escrutado, Lula, que asumirá el poder el 1 de enero de 2023, ganó las presidenciales con un 50,90 % de los votos, frente al 49,10 % que obtuvo el líder ultraderechista.

"A partir de enero de 2023 voy a gobernar" para 215 millones de brasileños; "no existen dos Brasil, somos un único país, un único pueblo, una gran nación", señaló el dirigente progresista en compañía de sus principales aliados y su esposa, la socióloga Rosangela Silva. Lula, vestido con una camisa vaquera, manifestó, en un discurso leído, que "es la hora de reunir las familias y rehacer los lazos de amistad rotos por la propagación criminal del odio".

"A nadie le interesa vivir en un estado permanente de guerra. Este pueblo está cansado de ver al otro como enemigo. Es hora de bajar a las armas. Armas matan y nosotros escogemos la vida", manifestó. En sus primeras palabras también prometió "fortalecer" la lucha contra la violencia machista y "enfrentar sin tregua el racismo y la discriminación" para que "blancos, negros e indígenas tengan los mismos derechos".

"El desafío es inmenso, es necesario reconstruir este país en todas sus dimensiones. Necesitamos reconstruir el alma de este país, el respeto a las diferencias y el amor al prójimo", afirmó en un pronunciamiento que buscó tender la mano a todos en un país extremadamente polarizado. Lula, que gobernó el país entre 2003 y 2010 y, a partir del próximo enero, asumirá un tercer mandato, tendrá como vicepresidente a un antiguo adversario, el exgobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, un liberal de perfil conservador.

Hombre récord

"Nunca antes en la historia de este país" es una frase que cualquier brasileño asocia de forma inequívoca a Luiz Inácio Lula da Silva puesto que la pronunció en incontables ocasiones para resaltar los logros de su gobiernos pasados. En las elecciones de ayer, Lula logró tres nuevos hitos que "nunca antes" habían sucedido en la historia electoral del país. Es el primer candidato que gana tres elecciones presidenciales, es el primero que derrota a un jefe de Estado que opta a la reelección y, además, obtuvo una votación récord. En toda la historia republicana de Brasil, desde 1889, nunca nadie se había impuesto en tres elecciones, tal y como ha hecho Lula, sumando su victoria de ayer a las de 2002 y 2006.

Pero no será el que más tiempo ha estado en el poder. Esa marca la tiene Getúlio Vargas, quien gobernó Brasil 18 años divididos en dos períodos, 1930-1945 y 1951-1954. Lula ya ha adelantado que no aspirará a la reelección en 2026, cuando cumplirá 81 años, por lo que no tendrá oportunidad de igualar a Vargas, quien se suicidó con un tiro en el corazón en 1954, estando en el poder. Brasil introdujo la reelección presidencial en 1997 y desde entonces cuatro gobernantes han optado a un segundo mandato consecutivo: Fernando Henrique Cardoso, Lula, Dilma Rousseff y Jair Bolsonaro.

Una pieza preciada de la izquierda latinoamericana

La izquierda latinoamericana, en plena resurrección en los últimos años, recupera con la victoria de Lula da Silva a su pieza más preciada: un Brasil que ahora pretenderá restaurar un abandonado proceso de integración regional.

Lula derrotó al presidente Jair Bolsonaro, líder de una ultraderecha cuya política exterior relegó a un segundo plano las relaciones con América Latina.

Como hace dos décadas, cuando Lula inició un período de ocho años en el poder, las relaciones con el mundo estarán más guiadas por su visión, que plantea un Brasil que "converse con todos" y apueste sobre todo en América Latina.

En su momento, como ahora, Lula coincidió en el poder con otros líderes de izquierda más radicales, como el cubano Fidel Castro y el venezolano Hugo Chávez, ambos ya fallecidos.

Ahora tendrá nuevos compañeros de viaje. Algunos cercanos a su generación, como el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el boliviano Luis Arce o el argentino Alberto Fernández. También conocidos y muy cercanos a Lula son el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega, tildados de dictadores y criticados sin tapujos por el chileno Gabriel Boric, que ha surgido como una voz renovadora en la izquierda latinoamericana.

La integración

El principal objetivo de la política exterior de Lula, según él ha anticipado, será la integración regional, que en su opinión tiene como pilar el Mercado Común del Sur (Mercosur), pasa luego por el resto de Suramérica y se amplía a toda América Latina, para tender puentes con África. Una visión del eje sur - sur centrada en los países en desarrollo, que ya aplicó entre 2003 y 2010.

En aquel período, además de fortalecer el comercio interno en el Mercosur, el Brasil de Lula también encabezó los procesos para la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac).

Fueron ambiciosos proyectos de integración, que perdieron espacio en los últimos años y fueron abandonados por líderes conservadores que tomaron el relevo en la segunda década del siglo XXI, bajo el argumento de que habían sido concebidos como mecanismos "al servicio de la izquierda".

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