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La soledad de un productor frente al incendio en Corrientes: "Da una tristeza gigantesca"

El productor ganadero Martin Helbig perdió 3 mil hectáreas y contó cómo combaten los incendios entre vecinos; una sequía sin precedentes y quemas incontrolables ponen en jaque al futuro productivo de Corrientes 
Viernes, 18 de febrero de 2022 17:33


El 30 de enero se registró el primer foco de incendio en Corrientes y desde ese día todo cambió. El avance del fuego perjudicó a diversas actividades y obligó a los productores a abandonar sus tareas e intentar lo imposible, incluso tomando el rol de bomberos voluntarios. El presente es desesperante y el futuro aún incierto.

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El 30 de enero se registró el primer foco de incendio en Corrientes y desde ese día todo cambió. El avance del fuego perjudicó a diversas actividades y obligó a los productores a abandonar sus tareas e intentar lo imposible, incluso tomando el rol de bomberos voluntarios. El presente es desesperante y el futuro aún incierto.

La zona de Ituzaingó, situada al norte de Corrientes, recibió al fuego con temperaturas altísimas y un escenario climático asfixiado por la sequía. Hoy, a 20 días del comienzo de esta situación sin precedentes, los productores siguen poniendo el cuerpo para no perder más de lo que ya perdieron.


“El fuego se originó en una forestación que se estaba resinando. Una vez que terminó de quemar eso, comenzó a quemar campos de pastos naturales”, contó a Agrofy News el productor ganadero Martin Helbig, que describió como la situación climática influyó en el inicio de una ola de incendios imparable.

“Las lluvias en la primavera estuvieron por debajo de lo normal –destacó-. Y si nos vamos más hacia atrás, ya en otoño llovió menos de lo normal. Tuvimos un invierno con temperaturas bajas, eso muchas veces afecta a los pastos o los seca. Llegamos al verano con precipitaciones por debajo de la media. Los primeros días de enero hubo temperaturas extremas, de hasta 46 grados. Por ende, se transformó en un clima desértico. A las temperaturas altísimas se le sumó el fuego, que genera viento. Por eso se desarrolló un frente que es muy complejo de atajar”.

Tal es la fuerza de las llamas que Helbig perdió miles de hectáreas de su estancia, Tavé Retá -reconocida por la cría y reproducción de Brangus Colorado- en menos de un mes. “Se nos quemó la mitad del campo. Pudimos salvar 3.500 hectáreas y se nos quemaron 3 mil”, lamentó, y afirmó que es un escenario como el actual no se dio “nunca en la historia”.


La lucha contra el fuego

Los incendios, según calcula Helbig, destruyeron unas 70 mil hectáreas en la región de las localidades correntinas de Ituzaingó, Virasoro y Santo Tomé. Hace dos años habían pasado por algo similar, pero la ferocidad del fuego que azota los campos en estos días es inédita.

En la totalidad de Corrientes, el jefe de Operaciones de Defensa Civil provincial, Orlando Bertoni, dijo este viernes a Télam que son cerca de 600 mil las hectáreas afectadas por los incendios rurales. Pero a pesar de la magnitud del problema, las víctimas no bajaron los brazos.

“A los incendios los combatimos con una gran ayuda de vecinos, productores y empresas que nos dieron una mano gigantesca. Por momentos había ocho equipos de camionetas con tanques de agua y mangueras, más 20 personas con mochila, todos combatiendo el fuego. Gracias a eso logramos salvar parte del campo, las casas. Pero era algo inmanejable”, recordó.

 

 

Además, el avance de las llamas cambió la rutina cotidiana de Helbig y los productores rurales de la zona. Lejos de abocarse a sus tareas diarias, la prioridad es estar alerta y ayudar a quien lo necesita.

“Hoy estamos rogando que no haya ningún foco de incendio. Estamos con el teléfono, en los grupos de WhatsApp, viendo a ver a quién hay que ir a darle una mano. Estamos dejando de lado lo que sabemos hacer, que es producir, y nos estamos transformando en bomberos voluntarios que nos encontramos con que a veces no podemos salvar una sola casa. Eso es verdaderamente desesperante”, expresó.

Por otro lado, Ana Cavanagh, presidenta de la Sociedad Rural de Virasoro y propietaria de la mencionada Cabaña Tavé Retá, se refirió al origen del fuego y apuntó: “Muchísimos incendios se ocasionaron por negligencia e irresponsabilidad de las personas. La quema de basura, el fueguito que no apagaron. En el manejo del fuego tenemos una irresponsabilidad total”.

A su vez, avisó que la situación actual tiene otros aspectos que son de gravedad y requieren especial atención. “El gobierno nacional tiene que tomar conciencia y ayudar a la provincia -reclamó-. Hay fuentes de trabajo que se perdieron y no se recuperan. Hoy sale todo en los diarios por los incendios, pero esta sequía no tiene antecedentes”.

Mientras los campos se siguen quemando, la preocupación pasa por saber cómo afrontarán las pérdidas los productores de la zona.

Sobre su caso puntual, Helbig indicó: “Lo que más nos afecta son los metros de alambre. Hay alambrados de campos apotrerados, organizados, de acuerdo a cada una de las categorías ganaderas. Los alambrados son una herramienta fundamental para que la hacienda no ande por todos los campos vecinos. Aparte hoy en nuestro país no conseguís un rollo de alambre y si lo encontrás es carísimo. Eso nos mata”.

“Hay gente que perdió todo, lo único que pudo salvar es la casa. El productor mediano o chico, salvó la casa”, indicó en alusión a quienes más padecieron los incendios, al tiempo que hizo especial hincapié en la falta de ayuda que recibieron para enfrentar este angustioso trance.

“Lo que más bronca y tristeza da es que vos pensás que la provincia de Corrientes y la Nación hicieron algo –preguntó-. Se jactan de mandar los aviones hidrantes, que para mí no sirven para nada más que para la foto. Realmente es lamentable y da una tristeza gigantesca que no apareció nadie. La única que nos quedó es nuclearnos los productores y ayudarnos unos a otros. Hay gente que hace 20 días lo único que hace es apagar fuegos en campos vecinos”.

En ese sentido, insistió: “Estamos día y noche combatiendo el fuego. Y lo peor de todo, lo más desgastante, es que las llamas siguen avanzando. Vos podés estar todo un día y una noche sin dormir, y tenés que abandonar porque el fuego te ganó. ¿Crees que la provincia hizo algo?”.

“La sensación es de una soledad total”, sentenció Helbig, que sostuvo que la Nación “nunca mira al campo” y lo único que hace es tildarlos de “oligarcas”. “Me hubiera sorprendido de manera súper grata haber tenido un Estado presente”, expresó, y fustigó: “Lo que pasa es que el Estado vive ausente. Le podemos poner mucha garra, mucho empeño, pero el Estado no está, no existe”.


Las cenizas queman en Corrientes

La prioridad hoy es el combate del fuego y frenar una ola de incendios sin precedentes en la zona. Pero una vez que esta pesadilla termine, habrá productores rurales que deberán comenzar prácticamente desde cero para recuperar algo de lo que les llevó casi una vida construir.

En torno a eso, Cavanagh mencionó: “Las forestaciones de pino se queman y no producen más nada. Quedan miles de hectáreas con bosques quemados, improductivos. Es un serio problema. Las forestaciones de eucaliptus, en las que el fuego pasó rápido, se recuperan. Pero eso se da en muy contadas ocasiones. Además, la sequía y la falta de agua generaron la mortandad de árboles”.

El futuro, al parecer, vendrá con más dificultades. “Para la provincia de Corrientes hay una pérdida muy grande. Más lo que va a significar el retraso en los pastos naturales y pasturas, ocasionado por la sequía. Y también hay que pensar en cómo se va a recuperar toda esta hacienda que está sintiendo un estrés tremendo. Es muy serio lo que está pasando”, advirtió.

Helbig, por su parte, sumó que la producción de resina, que genera mucho trabajo para la economía regional, ahora se está “desmantelando”.

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