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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Intranquilidad social

Miércoles, 30 de marzo de 2022 02:16

Podemos ver cómo los argentinos se adentran en la vida política, social, educativa, económica, en el fútbol, y opinan muchas, por no decir casi todas las veces, sin tener fundamento de lo que hablan.

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Podemos ver cómo los argentinos se adentran en la vida política, social, educativa, económica, en el fútbol, y opinan muchas, por no decir casi todas las veces, sin tener fundamento de lo que hablan.

Van tirando leños a la hoguera haciendo un fuego, y jugar con fuego les gusta.

Es así como los gremios deciden hacer un paro a pesar de haber podido solucionar el problema.

Es increíble ver la lectura que tienen sobre sus afiliados, saber sus necesidades y volcarlas al Gobierno como si tuviesen la culpa de los años que llevan enquistados en el poder.

Y es notable que, enquistados en el poder, se producen por ejemplo la degradación de los sueldos de los maestros, que no es de este gobierno y hasta siquiera decir tan solo del gobierno anterior, es de los gobiernos que vienen de hace mucho tiempo atrás, aunque son todos cómplices.

Pasamos de decir que los maestros eran grandes señores, a decir que son grandes reclamadores de sueldo.

Los gremialistas saben codearse bien entre ellos y pasarse los tronos los unos a los otros, hasta en familia. Son también los primeros en gritar democracia y esa democracia ya se disolvió al no ceder sus asientos a gente nueva con una visión más actual.

Pero no solo los gremialistas son los grandes artífices pirómanos, ­No señor! Están los políticos que se relamen por el poder. Se ciegan, se fanatizan, arman estrategias, y arman paros... que paralizan al país.

La tienen clara, remover la tierra y ver si cae el gobierno. Van por atrás, tejiendo redes políticas y pagando a changos para que vayan a los paros, a las marchas con la cara semicubierta, demostrando su valentía con los disturbios, sin saber que ya son mitad de valientes tapándose el rostro y que esa valentía no es más que un acto que engrandece la brutalidad y achica el intelecto.

En estos días desarrollan una gran protesta nacional para desestabilizar, y desde el oficialismo se mandan cadenas por redes sociales para salir a bancar al Gobierno nacional, pero nadie está viendo la lógica que necesita un país abrumado de odio, de derecha o de izquierda, de bien o mal. Es a todo o nada.

Podríamos pensar que el punto medio sería bajar varios cambios, mantener la calma al salir de casa, cuidarnos en el lenguaje con el cual nos manejamos, evitar la confrontación, y a fin de cuentas, buscar paz con uno mismo y con la sociedad. Si así fuera, faltaría la adrenalina de la vida argentina, a la cual estamos mal acostumbrados.

La sociedad está enferma y basta con mirar los debates en el Congreso de la Nación o en los programas televisivos. Basta con volver a leer cada chat, expresiones en Facebook, contestaciones en Whatsapp. ¿Por qué vivimos los mismos errores de siempre? ¿Quién los elige?

Unos buscan reventar el gobierno y los otros quieren pulverizar a los opositores. Terminan reventando al país y a la sociedad. Y así se está hipotecando el futuro de las actuales y futuras generaciones con el venidero embargo del ocaso.

La Argentina se ha convertido en un país tercermundista, con todos los premios a la mediocridad.

Adiós San Martín, adiós Alberdi. ¿Cuál es estímulo para respetar la Constitución Nacional, si los que están arriba no lo hacen?

Hoy se mofan en la sangre derramada y en el esfuerzo de nuestros próceres, y de taquito, los mantenidos se manejan con los planes sociales que callan, denigran y compran las almas de los argentinos.

No se les da la oportunidad de trabajar para que puedan crecer, pero peor aún, con las trampas políticas les hemos enseñado a la pereza.

Adiós la Argentina soñada. Bienvenido el Nostradamus argentino don Enrique Santos Discépolo, con su predicción llamada "Cambalache" que se ha cumplido con plena fidelidad a sus estrofas.

 

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