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“Yo soy como Mirtha Legrand, le he dado toda mi vida al espectáculo”

Flavio Mendoza vendrá a Salta con el megaespectáculo "Stravaganza, diez años". 
Domingo, 19 de junio de 2022 19:21

El mayor éxito teatral de la última década, “Stravaganza”, desembarcará en Salta en el Estadio Delmi. Habrá tres funciones el 8 de julio, a las 22, y el 9, a las 19 y a las 21.30. Las entradas ya están a la venta en fullshow.com.ar y los precios van desde $2.875 a $5.750. “Stravaganza 10 años” logra combinar todas las disciplinas del teatro moderno: danza, acrobacia, canto, actuación y humor, con una especial fusión musical de ritmos muy vanguardista, un gran despliegue tecnológico y un elenco insuperable con más de 40 artistas en escena, apoyados por un staff técnico de primer nivel.
Una pileta hidráulica que aparece y desaparece es parte de la puesta, acompañada por un vestuario majestuoso y maquillaje sofisticado, que invita al impacto permanente de los espectadores. Anticipando su venida, el bailarín, director y coreógrafo Flavio Mendoza dialogó con El Tribuno

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El mayor éxito teatral de la última década, “Stravaganza”, desembarcará en Salta en el Estadio Delmi. Habrá tres funciones el 8 de julio, a las 22, y el 9, a las 19 y a las 21.30. Las entradas ya están a la venta en fullshow.com.ar y los precios van desde $2.875 a $5.750. “Stravaganza 10 años” logra combinar todas las disciplinas del teatro moderno: danza, acrobacia, canto, actuación y humor, con una especial fusión musical de ritmos muy vanguardista, un gran despliegue tecnológico y un elenco insuperable con más de 40 artistas en escena, apoyados por un staff técnico de primer nivel.
Una pileta hidráulica que aparece y desaparece es parte de la puesta, acompañada por un vestuario majestuoso y maquillaje sofisticado, que invita al impacto permanente de los espectadores. Anticipando su venida, el bailarín, director y coreógrafo Flavio Mendoza dialogó con El Tribuno

Stravaganza durante estos diez años ha tenido diferentes leitmotivs. ¿De dónde surgió el nombre?
El nombre salió, porque a mí siempre me decían que era un poco extravagante. Esa palabra me resonó, porque viene de un tiempo en el que a mí me hacían un cierto bullying y yo recuerdo que una persona para quedar bien dijo: “No, él no es un loco, él es extravagante”. Y a mí siempre me quedó esa palabra que en aquella época de mi vida representaba las cargadas, pero que podía tener una mejor carga significativa. Stravaganza abarca muchas cosas y yo quería hacer un show que nunca se había hecho en Argentina. Y en algún punto para mucha gente fue todo extravagante. Resonaba a alegría, a algo nuevo y eso es lo que sucedió creo que hasta el día de hoy.

En el momento inaugural ¿te imaginabas realmente que ibas a cambiar la historia del espectáculo teatral en Argentina? Porque te han reconocido con muchos y merecidos premios por esta obra, que también conlleva un esfuerzo de producción y que ha tenido a grandes figuras...

Nunca me lo imaginé. Yo lo que estaba haciendo era algo totalmente necesario para mi vida, yo necesitaba y creía en que se podía hacer un cambio en el espectáculo. Por ejemplo, a mí siempre me dicen: “Ay, es lo más parecido a un show internacional” y a veces eso, aparte de halagarme, también un poco me duele, porque pareciera que lo que hacemos acá no tiene el valor que realmente tiene. Entonces digo no, no es “lo que se parece”, sino que tenemos que decir: “¡Qué bueno que tenemos este megaespectáculo que puede competir con cualquiera de afuera!”. Eso es lo que me halaga. Me pasa lo mismo con el “Circo Ánima”, que son los dos espectáculos que tienen que ver con mi vida. También estos diez años de Stravaganza tienen que ver con todos estos años míos de carrera (de los que solo pongo 10 porque han sido los exitosos, pero yo vengo trabajando en esto desde que tengo uso de razón). Abrí los ojos y la vi a mi mamá, haciendo equilibrio en un circo. Entonces es toda mi vida puesta en el espectáculo y siempre fue con mucha pasión; pero nunca pensé que iba a hacer este gran cambio nacional. Tampoco en ganar tantos premios. Tengo varios de mis premios puestos acá en un aparador de casa... Igualmente los premios, si bien son un mimo al alma, son una cosa para uno, pero el público no se acuerda de ellos. Creo que la gente se va a acordar de mí por lo que hice en el espectáculo, porque eso siempre pasa: hay personas que tienen millones de premios, pero es de lo que menos se acuerda la gente. La gente se acuerda cuando en un momento del espectáculo le tocás una fibra de su cuerpo, de su organismo, de su sensación, y eso es lo que más me gusta generar a mí. 

¿En qué pensás al momento de la creación?
Primero pienso en lo que a mí me gustaría ver. Lo que no me gusta no lo puedo hacer. A mí me han hecho propuestas de mucho trabajo, en las que yo no tenía que arriesgar nada y solamente poner mi cabeza a crear algo que me pedían y ganar dinero; pero la verdad es que no lo he hecho, porque no me siento cómodo. No puedo pensar solamente en el dinero. He hecho espectáculos de otras personas para los que agarré las ideas que tenían y las hice propias para hacerlo con amor. Primero parto de que me tiene que gustar, emocionar y llegar a mí y después sí pienso en el público. En un punto soy como Mirtha Legrand, le he dado mi vida al espectáculo. Yo doy todo en el escenario. La gente cuando vaya a ver el espectáculo no se va a dar cuenta de que somos más de 70 personas las que trabajamos en el espectáculo, las que viajamos y entre los que están quienes arman y desarman un escenario que no se puede alquilar en cualquier lado, sino que es propio. El techo es propio porque tiene que aguantar un cierto peso. No es bajar en un teatro y listo. De hecho no podemos ir a un teatro común porque tenemos que tener la pileta hidráulica y una dimensión mucho más grande que la de cualquier teatro. La verdad, es muy complejo hacerlo, pero a la vez me da mucha satisfacción ver que el espectador cuando va dice: “¡Guau!”. 

¿Cómo te llevás con esa multiplicidad de roles de bailarín, coreógrafo, productor y creador de contenidos?
¡Y de padre de Dionisio! Bueno, tengo gente que me ayuda en casa y a mi pareja. Soy un papá muy presente, por eso me gusta llevarlo conmigo de viaje. A veces en el colegio me piden que no falte tanto y la verdad es que le tocó un papá viajero. Será más difícil dentro de unos años, pero veremos cómo lo haremos. Sigo creando, sigo haciendo todo. Ahora “El circo del ánima”, que debuta el primero de julio, y después ya tengo una idea de hacer un espectáculo sobre Halloween, porque Dionisio también me hace volar con otra imaginación. Yo siempre había querido hacer un show de Navidad, lo terminé haciendo y me parece que fue un hallazgo para que no se pierda el espíritu de la Navidad. Cuando éramos chicos llegaba la Navidad y sabíamos que en todos los locales habían armado los árboles y ahora cada vez más se está perdiendo eso. Me parece que son momentos mágicos que los niños no los tienen que perder, no tiene que perderse aquella familia que se reúne a observar el arbolito. También estoy creando un espectáculo de Halloween, que no es muy de Argentina, pero que está ingresando. A mi hijo le encantan las películas de terror, le encanta It, el payaso, entonces voy a hacer un espectáculo infantil, pero de Halloween también.

Una usina de ideas...
No paro, soy una máquina de pensar cosas todo el tiempo y no hago más cosas, porque a veces no acompaña el país porque si el país acompañara yo haría muchísimas más cosas. Tengo proyectos culturales también como para que la ciudad de Buenos Aires tenga un espectáculo que sea para todo público y más cultural. Tengo muchas ganas de hacer algo en el zoológico de Buenos Aires como para que los chicos sepan que existió en su momento un zoológico donde se encerraba a los animales como también se lo hacía en los circos. Yo tengo las imágenes de los animales encerrados y ahora digo “qué crueldad” y yo lo tomaba como algo muy natural porque era parte de mi vida...


Vos hablabas de tu niñez que has pasado en un circo y de que te preocupaba la escolaridad de tu hijo cuando ya tenga que pasar a los grados. ¿Qué paralelismo hacés entre tu niñez y la que él está atravesando ahora?
A mí me costó mucho, porque vos ibas a una provincia y estaban con una tabla e ibas a otra provincia y estaban con otra tabla. Entonces nosotros vivíamos con maestras particulares y fue medio heavy esa parte. Llegabas a una escuela, te encariñabas con alguien y a la siguiente semana tenías que ir a otra escuela y por ahí no te gustaba la profe, porque no tenía la onda que vos querías que tenga... Yo no reniego, porque fue una infancia maravillosa. Sí trato de que Dionisio sea feliz y creo que es muy importante eso: el enseñar a ser feliz, el criarlo con felicidad porque a nosotros nos criaron de otra forma: con mandatos sociales, con lo que se supone que hay que hacer. No soy un tipo que hoy me ponga en ese lugar y cuando mi hijo me dice que tiene miedo recuerdo que yo a su edad sentía miedo, entonces digo: “Bueno, hay que entenderlo porque también lo pasamos y sabemos que el cuco no existe”, pero trato de verlo desde la comprensión, el cariño y el amor, porque que él sea feliz es lo más importante. Yo creo que está ahí: si nosotros entendiéramos que si traemos un hijo a este mundo es para hacerlo feliz, entenderíamos mucho más de todo en la vida. 

A Salta aún no habían venido con “Stravaganza”, contame qué van a ver los salteños.

Estos diez años de “Stravaganza” no solo contienen los mejores momentos, sino cosas nuevas y también fue el primero en el que yo no quise contar con un artista de renombre. Yo antes contrataba a un humorista de renombre y adaptaba el espectáculo a su rutina, que era su fuerte, en cambio ahora contraté a tres actores muy buenos y yo les escribí el guion. Por eso, ellos se llaman sobre el escenario Pasado, Presente y Futuro y hablan sobre el pasado, el presente y el futuro de mi vida, sobre estos diez años de lo que es el mundo y adónde queremos ir y por qué estamos como estamos. Me parece que es el mejor hallazgo que he hecho en estos diez años: el poder contar de una forma mi vida y también es emocionante porque la gente no es que va a ver solamente un viaje, un espectáculo y lo pasará bien, sino que tiene un muy lindo mensaje. Me parece que eso es también lo que como artista necesito hacer: contar otra cosa, no solamente que vean brillos, el agua y nada más, sino que les llegue de otra forma y creo que a toda persona que vea “Stravaganza” le va a quedar esa semillita guardada. 

Además has tenido mucha valentía en salir a decir, sobre el escenario, cómo han pasado los artistas la pandemia, en haber hecho una crítica a cómo fue gestionada la cuarentena por el gobierno nacional...

Sí, y lo vuelvo a repetir, yo no tengo partido político ni religión. Nunca pensé que iba a vivir cosas como las que vi, que fuera tan cruel el ser humano. Y creo que ahora que todo vuelve a la normalidad la gente no recapacita, no evolucionamos. Esto surgió desde la parte mía social como persona, como ser empático con el otro. A mí me molestó mucho que muchos artistas no salieran a apoyar ninguna causa de la gente que no tenía para comer. Me revienta esa cosa del que está acomodado y no le importa nada porque le pasa al otro. Ningún gobierno nos tiene que robar, ni maltratar ni decirnos que no podemos trabajar.
 

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