Juega un rol fundamental que no se ve y no aparece demasiado en los flashes fotográficos, pero si hay otro salteño que se merece el reconocimiento del mundo de las tuercas es Tomás "Cabezón" Acedo, quien con el Mundial obtenido por Luciano Benavides este miércoles, logró quedarse con el título anual de la FIM y también con el Rally Dakar, la competencia más extrema del planeta.
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Juega un rol fundamental que no se ve y no aparece demasiado en los flashes fotográficos, pero si hay otro salteño que se merece el reconocimiento del mundo de las tuercas es Tomás "Cabezón" Acedo, quien con el Mundial obtenido por Luciano Benavides este miércoles, logró quedarse con el título anual de la FIM y también con el Rally Dakar, la competencia más extrema del planeta.
Acedo acompañó a Kevin Benavides desde sus inicios en el Rally y antes también, pero como asistente personal logró festejar el Dakar de 2021 junto al salteño en Arabia Saudita y hoy puede decir que "si bien estoy viviendo un sueño, yo luché muchísimo para estar acá y lo estoy disfrutando un montón".
"Estuve con Ricky (Brabec) en 2020, con Kevin en 2021, con Sam (Sunderland) en 2022 y en 2023 con Kevin nuevamente al formar parte de un mismo equipo con KTM, Husqvarna y Gas Gas. Sin embargo para él, esta fue "la carrera más importante de mi vida".
Acedo comenzó a trabajar con el menor de los hermanos el año pasado y los logros se vieron rápidamente (ganaron 10 etapas en 2023). "A esta carrera la viví de una forma muy especial. Comencé a trabajar en Husqvarna con Luciano en agosto de 2022 y tuvimos una buena química, nos empezó a ir muy bien en las carreras. Si bien yo había trabajado mucho con Kevin, se dio la posibilidad de pasar a Husqvarna y arrancar con él", dijo por el menor de los Benavides.
A la par de Kevin en sus inicios
En 2016 debutó, junto a Kevin, quien fue el mejor de los novatos. Y desde esa competencia a este presente, cambió mucho especialmente el profesionalismo y las responsabilidades. "Se nota que cuando van pasando etapas, carreras y situaciones en donde los tiempos están tan cerrados uno se va a acostumbrando, es la última carrera y la importante de mi vida".
Sin embargo no todas son buenas noticias, porque la profesión tiene sus contras como estar alejado de su familia y amigos. "Es una vida muy sacrificada , se deja la familia atrás por este deporte. Lo que más me cuesta es dejar a los míos, más que el estrés de una carrera. Tengo amigos que me mandan mensajes todos los días, mi mamá me llama a diario. Tengo una hinchada bastante interesante para no caerme. Es una responsabilidad muy grande la que tengo y tengo que estar 200% cada día".
Acedo, antes de ser mecánico, fue piloto pero el camino lo llevó al taller más que a las pistas. "Siempre fue una pasión desde los 4 años, me volvía loco por las motos y a los 14 comencé a correr en Salta, lo conocí a Kevin y nos hicimos amigos. En 2009 se me acabó el sponsor que era mi papá y ahi me llamó (el mayor de los Benavides) para que lo ayude".
Luego el salteño soltó su carrera en la universidad y siguió su camino con las herramientas. "Me costó mucho y al final se logró el objetivo de ser mecánico profesional. Estoy viviendo un gran momento".