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El ingenio San Isidro producirá bioetanol de maíz y burlanda

La Secretaría de Energía de la Nación amplió en 30 millones de litros su participación en el plan de biocombustibles. El complejo de Campo Santo invertirá 37 millones de dólares en sus nuevas plantas.
Martes, 28 de noviembre de 2023 00:00

Ayer se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina una resolución con la que la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón, amplió en 30 millones de litros anuales el cupo de bioetanol que la firma Bío San Isidro tiene asignado en el departamento salteño de General Güemes en el marco de la ley 27.640. Por la citada norma, las naftas que se comercializan en el territorio nacional deben contener, como porcentaje de mezcla obligatoria mínima, un 12% del biocombustible que se elabora en distintas regiones del país a partir de la fermentación de caña de azúcar y de maíz.

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Ayer se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina una resolución con la que la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón, amplió en 30 millones de litros anuales el cupo de bioetanol que la firma Bío San Isidro tiene asignado en el departamento salteño de General Güemes en el marco de la ley 27.640. Por la citada norma, las naftas que se comercializan en el territorio nacional deben contener, como porcentaje de mezcla obligatoria mínima, un 12% del biocombustible que se elabora en distintas regiones del país a partir de la fermentación de caña de azúcar y de maíz.

La medida es relevante porque el ingenio San Isidro podrá incrementar exponencialmente su producción de bioetanol incorporando la molienda y destilación de maíz a las de caña. También lo es porque las nuevas instalaciones que comenzará a montar en Campo Santo en marzo de 2024, con una inversión de más de 37 millones de dólares en tres años, darán forma a "la primera planta dual de bioetanol del país". Así lo remarcó el titular del ingenio San Isidro, Diego Ruiz, tras precisar que actualmente el complejo industrial sucroalcoholero del Valle de Siancas produce 10 millones de litros anuales de alcohol de caña, de los cuales entrega 6 millones de litros (alcohol anhidro) al programa nacional de bioetanol y exporta los otros 4 millones de litros (alcohol orgánico) a distintos mercados.

  Diego Ruiz. 

"Nosotros destilamos esos volúmenes durante la zafra, o sea en los cinco meses de molienda de caña que tenemos entre junio y noviembre. En marzo del año próximo vamos a iniciar la construcción de la planta de molienda de maíz, con la cual a partir de noviembre de 2024, comenzaremos a procesar unas 20.000 toneladas de maíz en la actual planta de destilación del ingenio en los meses en que no tenemos zafra. De esa forma, tenemos previsto producir desde noviembre de 2024 hasta mayo de 2025 unos 8 millones de litros de bioetanol de maíz, en una primera etapa que contempla una inversión cerca de 16 millones de dólares", detalló Ruiz.

 

"La etapa de construcción de las nuevas instalaciones del ingenio generará cien puestos de trabajo.  Solo con la burlanda la producción local ahorrará 4 millones de dólares en fletes de maíz a los puertos".

El referente de grupo empresario norteño que adquirió el ingenio San Isidro en 2018 señaló que en la segunda etapa del proyecto, cuya inversión prevista ronda en los 10,5 millones de dólares, "vamos a moler un total de 40.000 toneladas, a partir del segundo semestre de 2025 y durante el año completo, porque sumaremos una nueva destiladora con la adicionaremos unos 16 millones de litros de bioetanol de maíz a los 10 millones de litros de alcohol de caña producidos durante los cinco meses de zafra", explicó.

"En la tercera etapa, con otros 10,5 millones de dólares de inversión, pasaremos a moler 80.000 toneladas de maíz, duplicando nuestra capacidad de molienda y destilación en 2026 para cubrir el nuevo cupo que tenemos otorgado", acotó Ruiz.

Un ingenio con historia

La historia del ingenio San Isidro, uno de los primeros en elaborar productos orgánicos en Sudamérica, se remonta hasta 1760 y guarda una estrecha relación con el Valle de Siancas y la economía regional. Su actividad industrial incluye hoy, además de la fabricación de diferentes tipos de azúcar, mieles y melazas, la destilación y deshidratación de alcohol para múltiples usos en la industria farmacéutica, industrias químicas y en bebidas alcohólicas, como así también para el corte del 12% de bioetanol (alcohol anhidro) que la vigente ley de biocombustibles exige actualmente, como mezcla mínima obligatoria, en las naftas de origen fósil.

Modelo diversificado

El ingenio de Campo Santo cuenta con cerca de 11.000 hectáreas de tierras. Alrededor del 40% de esa superficie está destinada a las plantaciones de caña de azúcar. El resto comprende bosques naturales y una fracción apta para la cría y engorde de animales vacunos en la que Grupo Ruiz diversificó la cadena productiva del complejo sucroalcoholero que adquirió en 2018 con un feed lot de 15.000 cabezas. El Establecimiento San Carlos, inaugurado en mayo último, ocupa un predio de 60 hectáreas, con 30 mil metros cuadrados de construcción, 3,5 kilómetros de caminos de acceso y 10 kilómetros de cañería para la red de agua, entre otras infraestructuras en las que se volcó una fuerte inversión.

Pilar del empleo

El complejo sucroalcoholero de Salta, Jujuy y Tucumán es uno de los pilares del empleo en el NOA, con cerca de 61.000 puestos de trabajo ocupados en forma directa.

El sector conformado por los ingenios de la región también sostiene a más de 800 cañeros independientes.

Cambio climático

El régimen de promoción de los biocombustibles promueve el agregado de valor a la producción primaria y la participación de las energías renovables en la matriz energética del país.

El bioetanol y el biodiésel generan entre un 70 y 80% menos de emisiones que los combustibles fósiles, por lo que el estímulo a la producción y uso de biocombustibles es clave para reducir la emisión de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático. En los biocombustibles, además, esta ausente el particulado con el que la naftas y el gasoil de origen fósil dañan la salud.

Los cortes obligatorios de bioetanol en las naftas y de biodiésel en el gasoil, además de los beneficios ambientales y en la salud, amortiguan el déficit fiscal que generan las importaciones de combustibles en un país que, pese al auge de Vaca Muerta, siguen dependiendo de costosas adquisiciones en mercados de ultramar para cubrir las demandas internas, como quedó evidenciado durante la crisis de desabastecimiento que, en pleno proceso eleccionario, encontró a estaciones de servicios de todo el país con mangueras cruzadas, carteles de "sin stock" e interminables colas en los surtidores.

 

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