El Luna Park es ese estadio que enamora, que te hace temblar las piernas y que también te consagra. Pasaron por allí los mejores boxeadores del país, los encumbrados que llenaron de gloria las páginas del boxeo argentino y esas luces son las que iluminan los sueños de cientos de púgiles que aspiran a un cinturón mundialista.
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El Luna Park es ese estadio que enamora, que te hace temblar las piernas y que también te consagra. Pasaron por allí los mejores boxeadores del país, los encumbrados que llenaron de gloria las páginas del boxeo argentino y esas luces son las que iluminan los sueños de cientos de púgiles que aspiran a un cinturón mundialista.
El estadio fundado por Tito Lectoure en 1931 también servirá de punto de partida para uno de los boxeadores salteños que intenta hacer carrera en el boxeo profesional. Se trata de Tomás "La Cobrita" Mamaní, el hijo de Javier "La Cobra" Mamaní, excampeón argentino y sudamericano.
Después de más de sesenta combates en el plano amateur, La Cobrita Mamaní dará el paso hacia el campo rentado y su primera presentación será nada menos que en el estadio Luna Park, el próximo viernes, en la velada Honor y Gloria VII organizada por el promotor nacional Osvaldo Rivero y que tendrá transmisión de TyC Sports.
La Cobrita Mamaní venía arrastrando el deseo de saltar al profesionalismo desde mucho tiempo atrás, pero por razones de edad era imposible hacer la transición del amateurismo al rentado. Sin embargo, el tiempo pasa para todos y en su caso llegó a los 19 años, la edad con la que la Federación Argentina de Box (FAB) habilita a sus púgiles a ser profesionales.
La entidad madre del boxeo argentino ya expidió su licencia y su primer registro oficial se dará el próximo viernes frente al neuquino Darío Peralta, otro debutante; animarán pelea a cuatro rounds en la categoría superwelter.
"Soy consciente de la responsabilidad que trae debutar en el Luna Park. Me estoy preparando de la mejor forma con tres o cuatro turnos de entrenamientos para dar lo mejor y representar bien a Salta. Yo quería hacer mi debut profesional a principios de año, pero por temas de normas y de reglamento de la FAB tuve que esperar hasta cumplir los 19 años y ahora se me da la oportunidad", contó Tomy Mamaní, a días de su debut.
"Tengo muchas peleas amateurs, muchos años invertidos ahí, toda mi adolescencia prácticamente. Para el profesionalismo solo espero dar buenas peleas para la gente de Salta", señaló el salteño.
La Cobrita Mamaní también habló sobre las expectativas que tiene para el combate contra el neuquino Peralta. "Me estoy preparando para lo que sea, la exigencia es al máximo para que nada nos sorprenda. Nunca se me cruzó por la cabeza debutar en el Luna Park, si tenía expectativa de hacerlo en Buenos Aires. Se que es muy difícil, no a cualquiera se le da y hay que aprovechar la oportunidad. Al Luna lo conozco por fuera, pero ahora me toca ser protagonista de una pelea", agregó.
Cuando se le consultó sobre la posibilidad de instalarse en Buenos Aires para continuar su carrera dijo: "En mi mente está que quiero llegar a lo más alto, no quiero pasar por la comodidad. Mientras más rápida sea mi carrera, sé que es un riesgo, va a ser mucho mejor porque sé que el deporte es difícil y muy duro".
El plan de trabajo de Mamaní incluye tres o cuatro turnos de entrenamientos de lunes a sábado. Arranca la jornada a las 7.30 entrenando junto a soldados en el predio del Ejército Argentino, luego se traslada al campo La Cruz para trabajar la parte aeróbica y más tarde hace pesas en un gimnasio de nuestra ciudad. El último turno es por la tarde - noche en el GyM Box La Cobra.
A la hora de describir su estilo de boxeo dijo: "Soy más de contraataque, pero considero que soy completo, si el rival no propone voy al ataque, si el rival ataca yo voy de contra. Así el nocaut viene solo, no me desespero por eso, es cuestión de técnica y encontrar el golpe justo".
Con el apoyo de la gran familia que tiene por detrás y de muchos amigos que también transitan por el camino del boxeo, La Cobrita Mamaní busca dar ese primer gran paso en el profesionalismo que marque el ascenso hacia una carrera que lo lleve a meterse en la historia del boxeo nacional.