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6 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Humo, desesperación y más humo

Jueves, 02 de marzo de 2023 02:34

Entre sus mejores técnicas narrativas, la Literatura cuenta con aquella de "las cajas chinas", donde varias historias autónomas se desarrollan dentro de otra narración que sirve de marco, bautizadas así por Mario Vargas Llosa por esas cajas orientales que contienen otra que encierra una más en su interior, en número variable y siempre impar y que recuerdan a las "matrioshkas" rusas que, huecas, llevan en su vientre otra muñeca de menor tamaño que atesoraba otra y que inspiraron al mismísimo Fabergé a labrar sus huevos magistrales de orfebrería.

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Entre sus mejores técnicas narrativas, la Literatura cuenta con aquella de "las cajas chinas", donde varias historias autónomas se desarrollan dentro de otra narración que sirve de marco, bautizadas así por Mario Vargas Llosa por esas cajas orientales que contienen otra que encierra una más en su interior, en número variable y siempre impar y que recuerdan a las "matrioshkas" rusas que, huecas, llevan en su vientre otra muñeca de menor tamaño que atesoraba otra y que inspiraron al mismísimo Fabergé a labrar sus huevos magistrales de orfebrería.

Aunque recientemente así denominado, el método de caja china se remonta a la mejor antigüedad clásica y ya el mismísimo Homero introducía episodios de ese tipo cuando, por ejemplo, cuenta cómo el Sol descubrió dormidos en un abrazo a Ares y Afrodita, amor que enriquece la historia del propio Ulises "fértil en ardides" que regresa "a su reina y su reino" luego de 10 años de batallar al pie de las murallas de Troya y otros 10 de surcar mares hacia Ítaca, demorado por su propio deseo más que por los encantos de Circe.

Ese Ulises es una de las mejores alegorías del hombre y de la vida, plena de avatares, decisiones difíciles, angustias abismales y situaciones impensadas; como héroe, defiende su honor, ataca a quienes lo mancillan, cree en los valores que resguarda, aprende de sus errores y -como es muy inteligente- trasmite siempre principios y enseñanzas a los espíritus superiores y también al pueblo, necesitado de acciones ejemplares, probidad y honradez de sus gobernantes.

La caja china permitirá también esconder la violencia política e intentar beneficiarse de su poder de persuasión: "brevedad, fragmentación y apariencia casual para camuflar la verdadera intención" (de sus decisiones) cuando los gobernantes descarrilan.

El olvido de la lectura

Tal vez esos libros se han dejado de leer. Tal vez la decadencia educativa ha fomentado la incomprensión de textos. O tal vez nadie entendió lo que leía… muy conveniente para los populistas que apuestan su supervivencia a la vulnerabilidad de los desocupados, a los que condenan a la dependencia de un plan que, a su vez, priva de dignidad al trabajador y despoja de futuro a miles de niños marginados por la desnutrición y sentenciados a la indigencia.

Como tales, los políticos siempre llevan agua para su molino. Lo que sorprende hoy es el grado de perversidad con que persiguen sus objetivos y el desprecio hacia todo y hacia los demás con que intentan conseguirlos.

Desde que asumió el gobierno bifronte y bipartito y a menudo acéfalo de los Fernández, los esfuerzos se han concentrado en asegurar a cualquier costo la impunidad de la condenada vicepresidenta que, en su megalomanía y obcecación, no duda en arrastrar hasta a su propia hija en sus maniobras y que está dispuesta a reventar lo que haga falta para subyugar la Justicia, llevándose puesto a jueces, fiscales, jueces de Corte y hasta la institucionalidad misma.

De allí que ha profundizado hasta el límite la grieta que divide, impide y abusa con la entusiasta colaboración de Juntos por el Cambio que no atina -hay alguna excepción- a reaccionar no solo ante la acometida inconstitucional de un desgobierno inútil sino ante la propia ciudadanía, aquejada por la inseguridad física, la inseguridad jurídica, la inflación que destruye a la clase media y condena a muerte a los pobres, traficando con contratos y vacunas, declamando que la inseguridad es una sensación y, la inflación, una idea trasnochada de la oposición. Si la ocasión lo requiere, toma distancia y arremete contra el mismo oficialismo que representa.

Lo que oye y lo que escucha

No falta a la verdad Alberto Fernández cuando asegura que las únicas quejas que oye son las de hacer colas de dos horas para almorzar en Mar del Plata. Tiene razón y lo respalda la Real Academia Española que establece que oír es percibir con el oído los sonidos y escuchar es prestar atención a lo que se oye.

Desoyendo lo que no conviene y ¿a caballo de la esquizofrenia?, su selectivo oído le permite (echando mano a la psiquiatría y extrapolando su campo) desandar las diferencias entre "Paranoias y Parafrenias" (Dr. Diego Costa y otros, Autowahn Editora), pasar de una orilla a la otra, disputarle a Cristina los vicios de proyección con que acusa a todo rival u opositor, instalar por medio de alucinaciones una realidad dorada que solo ellos recuerdan y, tomando distancia y con total desparpajo, declarar que parte de la inflación es autoconstruida, que está en la cabeza de la gente (gente deleznable, claro) que imagina que la luz sube como el agua y el gas, alucina un 30% de aumento en la carne, fantasea con subas de cuotas de servicios, nafta, gas oil, prepagas, harina y colegios al tiempo que ordena a sus esbirros y paniaguados arremeter con juicio político por mal desempeño contra los jueces supremos y, en forma simultánea (y revelando por "lapsus calami" la verdadera razón de la arremetida) critica la excesiva independencia de la Corte rectificándose minutos después: "Tenemos uno de los tres poderes que en un exceso de independencia pone su pie en los otros dos poderes y los otros poderes reaccionan".

Perdidos en la niebla

En su misma trinchera, compartiendo la fórmula presidencial y recomponiendo la relación ante las inminentes elecciones, tan o más responsable del desgobierno que campea en cualquier ámbito y agitando pancartas de Perón y/o Evita cuando es imprescindible y (como Dios) estando en todas partes y siendo al mismo tiempo oficialismo y oposición, Cristina ensaya cajas chinas con las que embarra la cancha, ahuyenta inversores, revela su debilidad, espanta empresas y hace el ridículo. El atentado de los copitos con el que intenta dejar pegada a la oposición, el desdoblamiento del bloque para birlar para sus huestes un sitio en el Consejo de la Magistratura, sus recusaciones judiciales que solo concluirán cuando consiga un juez de Justicia Legítima, todo revela algunas de las espirales de humo con que quiere ocultar su desesperación ante el caos.

Mientras tanto, Sergio Massea sigue apostando a sí mismo pese a que la inflación se desboca, Rosario se sume en la anarquía, Alberto declara por cadena oficial la nada misma desde la Base Marambio, un grupet de senadores constituye su propio bloque por no coincidir con la dirección del desgobierno de Alberto y, de paso y así, boicotean la mayoría de Cristina en el Senado, patraña que desmontarán en cuanto las papas quemen y la muchachada se vuelva a alinear en pos de impunidad. Y como si una inflación cercana al 100% y una pobreza superando el 40% no fueran preocupación para acciones urgentes, la comisión de Juicio Político sigue perdiendo tiempo con la bufonada que impuso Cristina, payasada que no prosperará porque los números no les dan, así de simple, solo puro humo.

Imposible pensar en el gobierno sin recordar a Gabriel García Márquez: "Se extravió por desfiladeros de niebla, por tiempos reservados al olvido, por laberintos de desilusión. Atravesó un páramo amarillo donde el eco repetía los pensamientos y la ansiedad provocaba espejismos premonitorios". (1)

(1) Gabriel García Márquez; Cien años de soledad

 

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