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Cañeros perderían más de la mitad de su producción por la sequía

El estado de crecimiento de las plantaciones es preocupante a 45 días del inicio de la zafra. La Unión de Cañeros Independientes de Jujuy y Salta espera urgentes asistencias.
Domingo, 26 de marzo de 2023 03:20

La larga sequía, que lleva tres años consecutivos marcados por La Niña, fenómeno climático que en el norte argentino es sinónimo de escasez de lluvias, tiene a cañeros independientes de Salta y Jujuy con la soga al cuello a 45 días del inicio de la zafra azucarera

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La larga sequía, que lleva tres años consecutivos marcados por La Niña, fenómeno climático que en el norte argentino es sinónimo de escasez de lluvias, tiene a cañeros independientes de Salta y Jujuy con la soga al cuello a 45 días del inicio de la zafra azucarera

Sin agua para riego, con los suelos resecos y el estrés hídrico acentuado en las plantaciones por las elevadas temperaturas, el deficiente desarrollo de los cañaverales anticipa un panorama sombrío para un sector de la economía regional que se declaró en la primera semana de marzo en "estado de alerta".

La Unión Cañeros Independientes de Jujuy y Salta solicitó "ayuda urgente" de los gobiernos provinciales y nacional en un escenario de desastre que amenaza con "dejar a muchos productores en el camino" y derrumbar los puestos de empleo directo e indirecto que sostiene la actividad.

Tras una reunión que realizó días atrás en San Pedro de Jujuy, la dirigencia de la entidad regional que preside René Macina advirtió que la situación actual es mucho más crítica que la de la zafra de 2022, que "finalizó un mes antes y con pérdidas en la producción que ascendieron a más del 30%", recordó la institución. Para la cosecha de este año, a iniciarse en mayo, se prevén "pérdidas superiores al 50% debido al grave estado de los cañaverales".

"No ha llovido, las temperaturas siguen altas y los cañaverales están en muy mal estado, salvo en algunas zonas" muy puntuales, como ocurrió también en superficies sembradas con soja, maíz y poroto, al igual que en áreas ganaderas de la región que fueron declaradas en emergencia.

"Luego de atravesar tres campañas bajo los efectos devastadores de la sequía ocasionada por la permanencia del fenómeno de La Niña, el sector cañero ha quedado en una situación caótica, sin agua para riego, sin financiamiento, y con un costo altísimo de electricidad que superan los beneficios de utilizarla", advirtieron los cañeros.

"Los efectos fueron acumulativos durante las campañas 20/21, 21/22 y la actual, ya que comenzamos con pérdidas significativas en los rendimientos culturales, pasando luego a la pérdida de cepa, plantaciones malogradas y hoy nos encontramos con un gran porcentaje de cañaverales que no llegará a cosecha", lamentaron.

Los productores pidieron tener acceso a alguna línea oficial de financiamiento con período de gracia, devolución a largo plazo y tasas subsidiadas para poder encarar la indispensable renovación de cañaverales, además de obras hidráulicas para mejorar la captación de agua de riego y un subsidio a la energía para quienes usen aguas subterráneas.

Solicitaron, asimismo, una exención de Ingresos Brutos, Canon de Riego e Impuesto Inmobiliario, un subsidio del 100% en el pago de los aportes patronales y quedar liberados del anticipo del Impuesto a las Ganancias, que consideran una ironía ante la magra cosecha prevista.

Tras 3 años de seca, sin caña para plantar

Desde la Unión de Cañeros Independientes de Jujuy y Salta se advirtió que, por más que llueva en lo que resta de la estación húmeda, las pérdidas de esta zafra serán significativas, porque los efectos de la prolongada sequía y las elevadas temperaturas fueron devastadores en el desarrollo de los cañaverales, salvo en zonas  puntuales que tuvieron algunas precipitaciones.

Los cañaverales deberían haber estado creciendo desde noviembre hasta abril, porque en condiciones de normalidad en la región llueve desde octubre. En este contexto, productores afectados advirtieron que tras tres años de sequía  "no hay caña para plantación".

Aclararon que, si se tratara de cañaverales renovados, con uno o dos años de siembra, tendrían una reacción diferente ante la escasez de agua, como se en las plantaciones de los ingenios, pero renovar un cañaveral cuesta hasta 1.600 dólares la hectárea y el sector está ahogado.

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