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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La peor ley inmobiliaria

Miércoles, 03 de mayo de 2023 02:38

Si hay algo que sobra en la Argentina, es la demagogia con políticas errantes y la puesta en marcha de la maquinaria estatal para crear puestos de trabajos inútiles o parasitarios.

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Si hay algo que sobra en la Argentina, es la demagogia con políticas errantes y la puesta en marcha de la maquinaria estatal para crear puestos de trabajos inútiles o parasitarios.

En su momento, debido a la inflación que venía trepando (con un dólar que aumentó 300% en la etapa macrista y en este gobierno 820%), un lobby de afectados conformado por un grupo de inquilinos reaccionarios pidieron modificar la ley. Tal es así que lograron poner manos a la ley de alquileres. Otra vez, el intervencionismo estatal del cual todos sabemos que es sumamente nocivo, comienza a ser la estrella de todos los desmanes económicos y, en este caso, el que afecta justamente a la economía familiar de manera directa, como así también a la construcción.

Todos pierden. Es la única ley que no sirve para nadie. No le sirve al propietario, no le sirve al inquilino, no le sirve al Estado, no le sirve a la familia, no le sirve al Estado; ergo, nadie gana.

Para completar la peor ley del mundo jamás creada por gobiernos que creyeron tener más fotos por ser demagogos, nos encontramos con que al finalizar el gobierno macrista que ya autorizaba al Estado al control de aumentos de alquileres en ejecución y empezó a desalentar a los inquilinos a ofertarlos y a las empresas constructoras a seguir invirtiendo, aparece el gobierno de Alberto Fernández poniendo un cepo al dólar, mucho más estricto.

Así es como en todo lo que el Estado interviene, toca, se pudre y causa estragos en la economía, en los pequeños, medianos y grandes contribuyentes, en la economía de familia, en todos los ámbitos.

Con una moneda tan débil como el peso argentino que se ha devaluado estrepitosamente con respecto al dólar desde $395 al 31 de marzo hasta un récord de $510 en las últimas semanas. De ese modo, se han caído señas de compras y de alquileres, marcando la muerte del mercado inmobiliario.

La mayoría de los representantes del pueblo, hoy están más embebidos en la campaña política que en buscar las soluciones que el pueblo necesita.

Tal analizábamos con el experimentado empresario inmobiliario Armando Pepe, que reside en Buenos Aires, sobre la necesidad de que los diputados tomen las riendas sobre un asunto tan importante como el negocio de bienes raíces. Es que los alquileres, la casa propia, la construcción, y todo lo que ello implica, es el gran motor de la economía de cualquier país, pero parece que los ideales de la política no pasan por ahí, sino en cómo mover las fichas para seguir ocupando las bancas.

En su momento conversaba con el Dr. Enrique Abatti, especialista en derecho inmobiliario, (Presidente de la Cámara de Propietarios de la República Argentina), y también estaba de acuerdo sobre la no intervención del Estado en su aspecto limitativo al prohibir el aumento según la inflación.

En general, se viola el derecho de la autonomía de la voluntad de las partes y es el Estado el que intoxica el negocio inmobiliario hasta generarle una muerte anunciada, de la cual será muy poco probable que, en el corto y mediano plazo, pueda recuperarse. Tras esto, ya hay empresas constructoras que quebraron hace bastante y otras que ya languidecen.

 

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