En un año de agitación política y social, la propuesta del candidato presidencial Javier Milei de implementar vouchers en el sistema educativo —como una manera de dar respuesta y abordar la necesidad apremiante de reformas educativas en Argentina— desafía a los educadores a analizar las posibilidades reales en cuanto a su implementación.
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En un año de agitación política y social, la propuesta del candidato presidencial Javier Milei de implementar vouchers en el sistema educativo —como una manera de dar respuesta y abordar la necesidad apremiante de reformas educativas en Argentina— desafía a los educadores a analizar las posibilidades reales en cuanto a su implementación.
Por un lado, indudablemente, está el fenómeno político que rodea la propuesta de Milei y su resonancia entre los jóvenes en Argentina, y particularmente en Salta, que constituyeron el grueso de sus votantes en las recientes PASO. Más allá de la propuesta que plantea, cómo lo hace y los recursos que utiliza, el discurso de Milei está en sintonía con lo que algunos autores llaman "las nuevas subjetividades juveniles".
Desde esta perspectiva autores como Néstor García Canclini, que en su obra Culturas Híbridas: Estrategias para entrar y salir de la Modernidad (1990) exploran cómo los jóvenes construyen sus identidades a través de la mezcla de diferentes influencias culturales en un contexto globalizado. Así, las nuevas subjetividades trascienden las categorías tradicionales, algo que tal vez la política tradicional no supo ver.
También Manuel Castells (1996), otro renombrado investigador y referente educativo, cuando habla de la sociedad en red, indaga cómo las tecnologías digitales y las redes sociales están moldeando las identidades y las interacciones de los jóvenes; Zygmunt Bauman (1999) aborda el tema cuando habla sobre la modernidad líquida y Eva llouz, la reconocida socióloga francesa que en El consumo de la utopía romántica (1997) trata y explora cómo las expectativas emocionales de las generaciones jóvenes están influyendo en sus elecciones y acciones.
En el caso de la votación por Milei, la adhesión de los jóvenes a una propuesta política radical y disruptiva podría reflejar su búsqueda de alternativas fuera de los paradigmas convencionales; relacionado todo esto con un fenómeno signado por lo emocional y las formas utilizadas para comunicar. Las nuevas subjetividades influyen en su percepción de la realidad y su comportamiento, muy diferente con respecto a generaciones anteriores. Tal vez, la "vieja política" no lo supo ver. Los jóvenes de hoy están más conectados que nunca a través de las redes sociales y tienen acceso a una diversidad de información y perspectivas. Esto puede influir en su construcción de nuevas identidades políticas y sociales, cómo perciben a los líderes políticos y cómo buscan soluciones a los problemas que enfrenta la sociedad en un contexto de cambio constante.
Una generación sin futuro
Es perceptible el descontento de los jóvenes con la situación en general, que no les permite prosperar. La pandemia y sus consecuencias fueron nefastas para la mayoría, aumentando su frustración. Muchos piensan en irse al exterior porque no ven reales oportunidades en su país, y para todos es muy fuerte el sentimiento de desilusión con la dirigencia política, por las condiciones en las que viven ellos y su familia. Pero la frustración se profundiza cuando verifican que no pueden acceder a las mejores oportunidades de empleo, las que significan mejores ingresos, simplemente, porque no adquirieron las habilidades y competencias necesarias en el sistema educativo actual.
Esta generación quiere soluciones innovadoras y romper con el statu quo. De alguna manera, Milei logró establecer una conexión emocional genuina con los votantes jóvenes que, además de impulsar su popularidad, hizo que la mayoría de ellos lo eligieran en las urnas.
El nivel educativo es central. El Dr. Guillermo Jaim Etcheverry lo predijo hace más de 20 años, en La tragedia educativa (1999), y la situación no se modificó; incluso, la pandemia la profundizó. Las desigualdades se profundizaron. Hace más de 20 años que los chicos aprenden cada vez menos, según revelan los resultados de las evaluaciones que se realizan, y el facilismo no fue la solución. Hoy sienten las manos atadas.
Demasiados días sin clases y el incremento de la pobreza hicieron lo suyo.
Hesíodo, poeta clásico de la Grecia Antigua, decía que "la educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser". El conocimiento puede ampliar el horizonte del desarrollo personal de los niños y jóvenes, pero la realidad es que, en Argentina, la educación pública dejó de ser una preocupación real para la política en los últimos tiempos; por eso, por negligencia de los gobernantes, conspiró contra el desarrollo personal de los jóvenes.
Un cambio de paradigma
La propuesta más destacada de Milei, en el área educativa, es la implementación de un sistema de vouchers. Una idea radicalmente innovadora, que abre muchos interrogantes acerca de su viabilidad, ya que implica un cambio de paradigma; por ese camino, el Estado otorgaría comprobantes a las familias permitiéndoles elegir la escuela que mejor se adapte a las necesidades de sus hijos. Esto marcaría un cambio radical en el enfoque tradicional, en el que el Estado tiene un control directo sobre las instituciones educativas. La transición hacia un sistema de vouchers no solo influiría en la forma en que se financia la educación, sino que también transformaría el proceso de elección de escuelas. En este sistema, los padres eligen lo que consideran es "la mejor escuela para sus hijos", lo cual impulsa a que los establecimientos mejoren su calidad para que estén en mejores condiciones de competir e innoven pedagógicamente.
La principal dificultad será actualizar el marco legal y definir cuál será la propuesta para mejorar la calidad educativa de las instituciones "ofertantes", sin correr el riesgo de profundizar más las brechas sociales existentes. Es evidente que la idea no muestra aún fundamento pedagógico autorizado y tampoco ofrece garantías al derecho constitucional a una educación pública, con acceso universal a los mismos saberes y sin segmentaciones ni discriminaciones de ninguna índole.
Son imprescindibles los consensos para hacerlo, ya que también implicará un nuevo enfoque de financiamiento y presupuesto para el área; establecer las regulaciones necesarias y acreditación; garantizar la equidad y el acceso, además de un adecuado monitoreo y evaluación del sistema. Como todas las propuestas que viene realizando este candidato, causó mucho ruido: argumentos a favor, pero más en contra. Lo que no se puede dudar es que es una propuesta concreta que se hace para tratar de mejorar la situación por la que atraviesa nuestro sistema educativo. Con resultado incierto.
El voucher educativo no es un concepto completamente nuevo en el panorama internacional. Varios países como Suecia, Chile y Holanda han implementado sistemas de vouchers en sus sistemas, cada uno con resultados diversos. En Suecia, la introducción de vouchers ha llevado a un aumento en la autonomía escolar y la competencia entre instituciones educativas, lo que ha mejorado la calidad educativa. No obstante, también ha habido preocupaciones sobre la segregación socioeconómica y la falta de regulación. En Chile, el sistema de vouchers ha impulsado la diversificación de enfoques pedagógicos, pero también ha resultado en disparidades en la calidad de la educación. Estos ejemplos muestran que, mientras que los sistemas de vales pueden ser prometedores, también conllevan desafíos y altísimo riesgo para un país en franca decadencia en cuanto a inclusión, equidad y calidad educativa.
Sería esencial abordar la capacitación de docentes y la calidad de las instituciones educativas para asegurar que todas las opciones disponibles sean viables y de alta calidad. Asimismo, no resolvería un tema crítico: la actualización curricular y los métodos de los docentes para que hagan competitiva a las instituciones. Motivo por el cual, el riesgo estaría latente ante la posibilidad de que la brecha se incremente entre establecimientos de gestión privada y estatal, aunque nada se ha dicho de cómo piensa llevarlo a cabo.
El electorado de Milei, en su mayoría compuesto por jóvenes menores de 35 años, refleja un deseo urgente de transformación. Este es el mensaje fundamental que se expresó en las urnas. La generación actual ha sido testigo de crisis económicas y sociales, lo que ha impulsado su búsqueda de soluciones audaces y efectivas. El candidato personifica la rebeldía y la audacia, cualidades que resuenan en los jóvenes y que anhelan ver reflejadas en la política. Su actitud sin tapujos, enfoque disruptivo y su rechazo al statu quo han conectado con la generación del cambio y la han impulsado a expresar su apoyo a través de las urnas. En medio de una atmósfera política convulsa y una profunda insatisfacción con el sistema educativo, la propuesta de vouchers es impactante. Aunque potencialmente pueda representar una oportunidad para revitalizar la educación en Argentina, deberá delinearse cuidadosamente, porque educar es una tarea compleja, es una necesidad de la sociedad y el Estado y un derecho de cada persona.
La educación es el pilar sobre el que se construye el desarrollo y el crecimiento de cualquier sociedad, y la reforma educativa es esencial para equipar a las futuras generaciones con las habilidades necesarias para afrontar los desafíos de un mundo en constante evolución. La propuesta de vouchers es un llamado a la acción; una oferta concreta frente al silencio dentro de la campaña sobre un sistema educativo congelado en el tiempo y en franco deterioro, y que, sin demoras, debe empezar dar respuestas acordes a la realidad del país y del mundo, y a las exigencias de un futuro inmediato.