El miércoles, cerca de las 21, una joven de 23 años se salvó de milagro. Su expareja, un hombre de 39, condenado por la Justicia Federal, disparó a quemarropa mientras la mujer intentaba huir a bordo de una moto. Uno de los proyectiles impactó en el cuerpo de la motociclista quien cayó desplomada mientras el atacante se daba a la fuga. Al cabo de algunas horas la Policía de Salta logró detener al sujeto quien fue imputado ayer por la fiscal Mónica Poma, de la Unidad Especializada en Femicidios.
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El miércoles, cerca de las 21, una joven de 23 años se salvó de milagro. Su expareja, un hombre de 39, condenado por la Justicia Federal, disparó a quemarropa mientras la mujer intentaba huir a bordo de una moto. Uno de los proyectiles impactó en el cuerpo de la motociclista quien cayó desplomada mientras el atacante se daba a la fuga. Al cabo de algunas horas la Policía de Salta logró detener al sujeto quien fue imputado ayer por la fiscal Mónica Poma, de la Unidad Especializada en Femicidios.
Fuentes consultadas por El Tribuno indicaron que el hombre, identificado con las iniciales P. A. O., recibió una condena de la Justicia Federal y purgaba la misma en un Complejo del Servicio Penitenciario de Jujuy. En los últimos días el reo recibió el beneficio de la prisión domiciliaria con lo cual iba a seguir cumpliendo con su condena en una vivienda de la capital Salteña.
Con la "libertad" prácticamente en sus manos, P. A.O. al parecer almacenaba en su mente un odio visceral contra su expareja. Las fuentes señalaron que cuando el hombre fue condenado y comenzó a cumplir su pena dejó a su exmujer en buena posición económica o material, sin embargo a poco de salir del encierro en Jujuy supo que la víctima había gastado prácticamente todos los "ahorros", vendió un auto y había comenzado una nueva relación.
Propio de las mentes patriarcales, del machismo impregnado y el pensar y obrar de aquellos para los que una mujer es sinónimo de objeto, algo sin razón, no hay fundamentos que justifiquen una acción semejante a la que tuvo P. A. O. contra su expareja.
"Me disparó mi expareja"
Casi sorpresivamente, el miércoles por la mañana la joven recibió un llamado. Era P. A. O., quien le informó que estaba por salir en libertad, según indicaron fuentes de la investigación.
En ese sentido, si el condenado tenía pensado matarla, ¿por qué le adelantó que estaba por salir? Los sabuesos presumen que se trató de una advertencia para meter temor o bien lo hizo sabiendo que la mujer se trasladaría hasta el domicilio del reo, donde ella tenía sus pertenencias, y de esa forma poder interceptarla en la vía pública.
Lo cierto es que esto último fue lo que ocurrió, cuando la mujer volvía del domicilio en moto junto a su hermana, sobre la avenida Discépolo, en sentido sur - norte, fue interceptada por el agresor, quien desenfundó un arma de fuego y comenzó a disparar.
Se trasladaba en un Renault Sandero color gris, uno de los balazos impactó en la humanidad de su expareja, quien cayó y quedó tendida en el suelo. El hombre se dio a la fuga.
La hermana de la víctima se comunicó con el Sistema de Emergencias 911, una comisión de policías se dirigió hasta el lugar, a la altura de la manzana 321 del barrio San Benito, y se entrevistó con las mujeres. La damnificada sostuvo que el sujeto que había disparado era su expareja.
Los sabuesos allanaron el domicilio del padre del reo, donde encontraron una tobillera electrónica dañada, dinero en efectivo y cartuchos, entre otros objetos. El taxista declaró que se iba a fugar a Bolivia.
Herida de gravedad, al ser consultada la mujer dio nombre y apellido del agresor en ese momento prófugo, sostuvo que se encontraba detenido en una cárcel federal de Jujuy y sin saber por qué recibió la domiciliaria para terminar de purgar su condena. Dio sus características físicas y describió cómo estaba vestido, con esos datos, entre otros, los investigadores comenzaron la búsqueda.
Detención
Con información recolectada a través de distintos métodos, investigadores de la Policía se dirigieron a un domicilio donde podría estar el agresor, zona sur de Salta capital. A través de una vigilancia discreta vieron llegar al hombre en un taxi, al cabo de algunos minutos volvió a salir a bordo del mismo vehículo.
Al cabo de algunos kilómetros fue interceptado, el taxista frenó y dio su nombre mientras el pasajero primero mintió en su identificación y después dijo que no tenía nada que ver. Fue puesto a disposición de la UFEM.