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La vitamina que aporta el sol es clave en la absorción del calcio

La D cobró relevancia los últimos años por su papel en el mantenimiento del metabolismo óseo y en el fortalecimiento de la inmunidad.
Lunes, 08 de enero de 2024 01:25
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Cada vez más, los especialistas hablan de la importancia de controlar y mantener niveles óptimos de vitamina D, un nutriente clave para el organismo y que ya es considerado una hormona por su función en la regulación de muchos procesos metabólicos. Sucede que más allá de su ya conocido papel en el mantenimiento del metabolismo óseo, en el último tiempo se conoció la relevancia de este nutriente en la inmunidad, como cofactor enzimático de varias reacciones inmunológicas.

El médico dermatólogo y especialista en medicina funcional Lucas Ponti (MN 130388) sostuvo que esta vitamina/ hormona interviene regulando muchos procesos y ofrece varios beneficios más allá de sus propiedades para prevenir la osteoporosis. Así, señaló que ayuda a modular el sistema inmunológico (mejora parte de las defensas), mejora la diferenciación de algunas células de la piel, músculos y neuronas, interviene en la regulación de un gen que codifica un sistema llamado renina/ angiotensina/ aldosterona por lo que puede prevenir y mejorar la hipertensión arterial, disminuye la incidencia de diabetes tipo 1, mejora la recuperación y fuerza muscular después del ejercicio y, por su efecto inmunomodulador, se vincula su deficiencia al empeoramiento y prevención de algunas enfermedades autoinmunes como lupus, artritis reumatoidea, hipotiroidismo, enfermedades del intestino, dermatitis atópica, hidradenitis supurativa y alopecia areata.

La hipovitaminosis D

Los bajos niveles de vitamina D en sangre terminan siendo una de las principales causas de fracturas en adultos mayores. En este grupo etario, se asocian la deficiencia (niveles menores a 20 ng/ml) o la insuficiencia de vitamina D (niveles de 20 a 30 ng/ml) con caídas repentinas, súbitas y no siempre causadas por factores mecánicos como puede ser tropezar con un objeto. Más bien, se manifiestan como una sensación de debilidad muscular que conlleva la caída y con una de las urgencias traumatológicas más frecuentes, como la fractura de cadera.

Por lo tanto, es importante mantener adecuados niveles de vitamina D en sangre (mayores a 30 ng/ ml) para evitar esas caídas y prevenir el deterioro óseo que provocaría una fractura.

Los niveles de vitamina D se revelan mediante un dosaje de sus valores en sangre, por lo que Ponti recomendó hacerse un análisis que mida ese valor mínimo una vez al año.

Qué contiene vitamina D

Antes de saber de dónde obtener vitamina D conviene conocer que esta se sintetiza en el tejido cutáneo a partir de moléculas de colesterol, con la ayuda de la radiación ultravioleta.

Esto significa que es necesaria la exposición al sol para fabricarla. Luego, una vez iniciada esta síntesis, esta continúa en el hígado y por último en el riñón, generando finalmente el metabolito que más interesa: la vitamina D3, que a diferencia de la vitamina D2, de origen vegetal, tiene la mayor actividad biológica.

Hecha la aclaración de que la exposición al sol es clave para la síntesis de vitamina D, en una menor proporción, vale decir que esta puede incorporarse a través de ciertos alimentos como los pescados grasos, el huevo, la palta, champiñones o productos alimenticios fortificados con vitamina D como el yogur o la leche.

Resumiendo, la principal causa de hipovitaminosis D suele ser la baja exposición solar, circunstancia que se ha ido potenciado durante los años de pandemia. Según Ponti, es muy frecuente ver, sobre todo durante este último tiempo, pacientes con valores muy bajos de vitamina D3, principalmente personas que tienen una baja actividad al aire libre o una baja exposición solar.

"Queda claro que existen dos formas de obtener este nutriente clave: la ingesta de determinados alimentos y la exposición a la luz solar", sintetizó Ponti.

Sin embargo, el especialista destacó que para que este ciclo se cumpla eficientemente se le suman muchas variables más. Entre ellas, enumeró la edad, el color de piel, hábitos como el consumo de tabaco y alcohol, patologías como celiaquía y colon irritable, enfermedades renales y hepáticas, la toma de determinados medicamentos y el peso de la persona, todos factores que influyen en la óptima absorción de vitamina D.

Por todos los motivos antes enumerados, para el dermatólogo no hay que estandarizar el tiempo en el que se debe estar al sol, sino que este es individual de acuerdo con los antecedentes clínicos.

"Somos seres solares y lo necesitamos, pero a la hora de hablar de frecuencia y tiempo de exposición hay que tener en cuenta algunos factores. Hay una regla que se puede seguir y es la de exponerse la mitad del tiempo en la que la piel se pone colorada. Con eso alcanza para la síntesis de la vitamina D. Si la piel se pone colorada se satura y no continúa la absorción. Se trata de pocos minutos, porque estar bronceado no es sinónimo de tener unos buenos niveles de vitamina D", concluyó.

 

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