"Andaba en cosas malas, trabajando por dos pesos y tomando en la esquina del barrio" comenzó relatando Marco "el Chavo" Berta. Hoy, a sus 32 años y con un gran presente triunfando en el kickboxing puede recordar su pasado sin culpas ni remordimientos.
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"Andaba en cosas malas, trabajando por dos pesos y tomando en la esquina del barrio" comenzó relatando Marco "el Chavo" Berta. Hoy, a sus 32 años y con un gran presente triunfando en el kickboxing puede recordar su pasado sin culpas ni remordimientos.
La llegada que cambió su vida
"A mis 19 llegué a estar preso por hacer cosas malas, cuando salí conocí a una chica y nació mi hija", explicó.
Al separarse de su pareja, él decidió que lo mejor para su hija es que estuviera con él, desde allí no dejó de trabajar para darle lo mejor y que no le falte nada. Trabajó en servicios de mensajería, fue cadete e hizo unas que otras "changas".
Sus inicios en el kickboxing
Un día tomando unos tragos con amigos, se desató una pelea en la que agredieron a un familiar de "El Chavo" y él salió a defenderlo. Ese momento de furia y golpes hizo que un vecino se acerque a dialogar con él para hacerlo reflexionar sobre su vida. Ahí le comentaron de una escuela de kick boxing y desde ese momento nació su amor por este deporte. Su rutina era trabajar, buscar a su hija de la escuela e ir a entrenar.
Empezó a competir y recorrió la provincia con sus guantes y con mucho sacrificio. "Iba en moto, en colectivo y a veces a dedo, cada uno hacía su rifa o bono para solventar sus gastos", agregó.
Ni la pandemia lo detuvo y recibió diferentes propuestas. Allí fue cuando incursionó en el arte de dar clases. Primero en Plaza Alvarado, luego en el Campo Militar y después en el Club Colón. Más adelante, encontró su lugar para entrenar y también dar clases en los gimnasios de el "Coco Chavez".
"Me puse a hacer cursos de capacitación para ser profesor, tuve que ir a perfeccionarme a Jujuy y Tucumán para aprender porque aquí en Salta no hay", contó.
Después de enseñar en tantos lugares y dejar su huella, Fidel Puggioni le ofreció el salón "Madres de la Patria" en Ibazeta 875, al frente del Estadio Delmi.
"Ahí comenzamos desde cero, teníamos dos bolsas de boxeo y dos pares de guantes; ahora ya contamos con más de veinte pares de guantes, maquina de pesas, más de nueve bolsas y mucho más equipo", expresó.
Al día de hoy, el "Chavo" junto a otros amigos más entrena a 20 chicos en su escuela de kickboxing, entre ellos hay nueve becados carentes de recursos y otras víctimas de violencia de género o en situación de calle.
Comenzaron los torneos
Ya instalado en el salón de la Ibazeta, comenzaron a llegar las invitaciones a torneos. Con sus alumnos viajó a Jujuy en donde supo ganar muchas veces, luego a Tucumán y todos estos viajes fueron posibles gracias al apoyo de los vecinos que les colaboraban para juntar el dinero necesario para los viajes.
Las experiencias vividas en estos torneos incentivaron a el "Chavo" a organizar sus propios torneos en Salta. Asi fue que pudo realizar 50 peleas con competidores salteños que nunca habían vivido la experiencia de una competición.
Luego de tanto tiempo abocado a dar clases y contener a varios chicos con este deporte, el "Chavo" tuvo su primera pelea internacional en un torneo de Brasil y aunque no ganó, la experiencia lo motivó a seguir entrenando para competencias futuras. Así llegó el próximo Torneo Internacional de la Asociación Mundial de Kickboxing y MMA en Cochabamba, donde junto a otros salteños representó a la Selección Argentina y trajo a Salta la medalla de oro y el cinturón sudamericano. Ahora se encuentran entrenando al 100% para conquistar más medallas en otro torneo internacional, en Chile.
"Le digo a mis alumnos que no pasen lo que yo pasé"
Con 32 años y un camino lleno de éxitos con el kickboxing, el "Chavo" sigue transmitiendo ese mensaje de motivación que alguna vez le dieron a él. "Le digo a mis alumnos que no pasen lo que pase yo, hay chicos a los que sus padres no los quieren ni ver, por eso a través de la escuela les brindo una familia para que ellos puedan tener el cariño que no reciben en casa", expresó.