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La segunda estación del World Rugby Sevens Series 2025-26 encontró a Los Pumas 7s en una versión renovada, más cercana a la de su mejor temporada y con el nivel de agresividad y precisión que el staff técnico había reclamado en la previa. Bajo el calor y la velocidad de Ciudad del Cabo, el equipo comandado por Santiago Gómez Cora no solo ganó, sino que dominó, ajustó errores recientes y envió un mensaje claro al resto de las potencias: Argentina volvió a estar en tiempo de protagonismo.
El impacto inicial tuvo forma de goleada. Con un 36-0 tajante frente a Australia, la victoria no fue solamente amplia en números, sino en concepto: presión alta, recuperación rápida y una estructura ofensiva sin titubeos. Los tries llegaron por intermedio de Santiago Mare, Marcos Moreta, Luciano González, Matteo Graziano (doblete) y Santiago Vera Feld, mientras que González aportó dos conversiones y Vera Feld sumó otra. Argentina no cedió metros, sostuvo el control del ruck y trabajó cada ataque con una lectura que desacomodó por completo al rival.
A ese arranque fulminante se sumó otra victoria que elevó el grado de confianza interna: Argentina se impuso 26-19 ante Francia, un rival que llegaba con antecedentes recientes a favor y que había frustrado a los albicelestes en Dubai. Los tries marcados por Santiago Vera Feld, Luciano González en dos oportunidades, y Martín Arrieta completaron una producción que combinó eficacia y madurez táctica. No fue solo revancha deportiva: fue respuesta ante un espejo que la semana pasada había expuesto fallas y desgaste.
El recorrido en Sudáfrica continuará a las 13.35, cuando el seleccionado cierre su participación en el Grupo B frente a España. Un triunfo lo depositará sin sobresaltos en instancias decisivas y, sobre todo, confirmará la recuperación tras el último lugar en Dubai, donde el equipo quedó lejos del rendimiento que lo distinguió a lo largo de la temporada anterior.
En Ciudad del Cabo, Los Pumas 7s volvieron a construir su juego desde la fortaleza física, la administración inteligente del ritmo y la convicción en defensa. Si el mensaje inicial del circuito era la necesidad de recuperar intensidad, la respuesta llegó sin rodeos: el plantel entendió, ajustó y ejecutó. Lo que se vio en Sudáfrica no fue solo un buen inicio de fecha, sino un retorno a la identidad competitiva que convirtió a este grupo en una referencia indiscutida del rugby seven mundial.