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El sábado 13, de 17 a 22, se realizará la cuarta edición del Salta Revival Retro Festival en la Usina Cultural (España y Juramento). Con entrada libre y gratuita habrá shows en vivo, concursos, charlas, proyecciones, juegos, muestras y una surtida feria de coleccionismo, diseño y merchandising de diferentes épocas.
La organizadora del evento, Doris David, de La Magia Producciones, anticipó las novedades. Señaló que armarán un mundialito de metegol. También un espacio de karaoke, para que quienes gusten se diviertan cantando temas de distintas épocas y géneros. Además, Nintendo Salta dispondrá de un sector para usar consolas de videojuegos clásicos. Por último, revivirán las típicas actividades de los recreos de las escuelas de antaño: el elástico, la rayuela, la escondida, el mensú, la payana, etc. "En este caso, más allá de la información que llevamos para compartir y enseñar, invitamos a las familias a sumar juegos y canciones que recuerden, algo así como un laboratorio colaborativo de juegos retro", definió Doris.
Agregó que repetirán el concurso de cosplay; la feria retro, con 30 emprendedores; el callejón de artistas y tatuadores; las trivias con premios y las proyecciones de openings clásicos. Por último, dos bandas musicales cerrarán la jornada.
Se volvió popular la cultura retro
Puesta a analizar el gran interés del público por la propuesta, que se traduce en muchos visitantes, expresó: "El famoso 'todo vuelve, como se suele decir sobre la moda, en la actualidad aplica a muchas cuestiones. De hecho, paulatinamente podríamos decir que se volvió bastante popular toda la cultura retro. Hace años ya se habla en psicología y marketing sobre el 'kidult', es decir, el adulto de 20 a 45 años aproximadamente que mantiene gustos y tendencias de consumo tradicionalmente vinculadas con la infancia. Un hecho reciente donde tomó notoriedad esta tendencia fue el éxito descomunal de la película de Barbie".
Justamente una porción de cómo evolucionó la muñeca más famosa de todos los tiempos a lo largo de 65 años de existencia se podrá ver en la muestra de coleccionistas de juguetes retro del Noroeste, que se completará con una selección de He-Man y los amos del universo, Mi Pequeño Pony, Jem, Thundercats, Halcones galácticos, Ositos Cariñosos, entre otros.
Un He-Man como primer contacto
En diálogo con este medio, el coleccionista tucumano Martín López señaló que se dedica a los juguetes retro y vintage. Puesto a rememorar su primer contacto con ellos dijo que la primera parada en la senda de este hobbie lo lleva a un He-Man que tuvo en su infancia, con sello de la compañía argentina Top Toys. Esta empresa a mediados de los 80 tuvo licencia de Mattel para fabricar en el país Barbie, He-Man y Mi Pequeño Pony, entre otros. También afirmó que el muñeco había constituido entonces "la revolución del barrio", porque como eran piezas caras en las familias los espaciaban e incluso sucedía que ni siquiera "se llegaban a conocer uno con el otro" de la misma línea. Pasados sus veinte años Martín se reencontró con sus muñecos de Los amos del universo y con el castillo Grayskull en la casa de su abuela.
"En algún lado había visto que estaba de moda, si se quiere coleccionarlos. No sé realmente dónde, porque en esa época no había mucha internet ni redes, y tampoco se difundía el coleccionismo en la televisión. Pero de alguna manera me llegó a mí la idea de coleccionarlos. Entonces los lavé y afortunadamente el castillo había preservado a los muñecos dentro y estaban más o menos completos", comentó. Acerca del primer objeto que guardó para coleccionar fueron un par de muñecos de X-Men, Cíclope y Coloso, franquicia a la que se aficionó de adolescente consumiendo cómics y dibujos animados.
Habilidad y paciencia, claves
"Habría tenido unos 16 años en ese momento y lo próximo que supe es que estaba buscando figuras para aumentar esa colección que directamente fueron compradas con ese fin no como muñecos, no como juguetes y actualmente la de X-Men es mi colección más grande y diversa", afirmó. El espacio y el dinero suelen ser de los grandes condicionantes para coleccionar. "Ahí está el truco. El coleccionismo no requiere de grandes erogaciones de dinero, sí de habilidad, paciencia y de esperar a que llegue esa pieza que querés coleccionar. A mí personalmente no me gusta la idea del coleccionista que desembolsa unas sumas de dinero grandes y así hace su colección. Eso es muy fácil. No lo critico, pero no me parece entretenido, ni que por ese lado vaya. Me parece que la cuestión es conseguir las cosas a buenos precios", definió.
Acerca de exhibir las colecciones, un ítem nada menor, porque quien no tiene todo expuesto para que se integre con su entorno puede perder de vista la dimensión de sus objetos preciados y también ver cómo se licua la satisfacción de poseerlos, comentó que durante una época tenía sus líneas distribuidas por todo el departamento y que actualmente ya destinó un espacio específico con vitrinas y estanterías en las que las hace rotar, cual museo con sus colecciones permanentes.
Por último, señaló que pertenece a grupos de coleccionistas. "Las ventajas son las amistades, las relaciones, el poder hablar por muchísimas horas con gente que te entiende y que valora esta pasión que es el coleccionismo. Y el lado negativo de los grupos me parece que es casi una paradoja: se ha ampliado tanto a nivel nacional que ha generado una sensación de escasez. No es que se están acabando los juguetes simplemente hay mucha más gente ávida de conseguir lo mismo que vos y también mucho más vendedores ávidos de satisfacer este mercado. Entonces se hace bastante más complicado que antes conseguir buenas piezas a buenos precios".
Las Aquelarre Rosa
Llamativas en su condición son las coleccionistas de Barbie Aquelarre Rosa, grupo formado por Jésica Rosales, Noelia Díaz, Gilda Aguilar, Lorena López y María de los Ángeles Rojas. Ellas han organizado juntas la Expo Barbie 60 años. Más allá del mundo en rosa, en abril de 2019 en el Centro Cultural América, y creen en los caminos compartidos. De hecho, expondrán juntas en esta edición de la Feria Retro, donde desembarcarán por cuarto año consecutivo con su estand de ventas. "El nuestro es un grupo pequeño, pero que ya lleva años de amistad, y digo amistad porque ya pasó la barrera del coleccionismo, compartimos nuestras vivencias, alegrías y tristezas, etc. Compartimos siempre los datos cuando vemos ofertas o publicaciones de muñecas que alguna está buscando o sabemos que le podría interesar a otra. Conocemos los gustos del grupo, así es que nos pasamos esa información", comentó Jésica Rosales. Ella está estudiando la Tecnicatura Superior en Arte Textil e Indumentaria, una vocación que descubrió gracias a las minicosturas para Barbie, con las que emprendió hace casi una década. "Siempre me gustaron las Barbie, desde niña. No recuerdo cuál fue mi primera muñeca de la infancia, pero sí la primera de mi colección una Basic Jeans, con cuerpo model y ropa con detalles realistas, cosa que no recordaba de las muñecas de mi infancia. Con ella entré en el mundo Barbie, conocí sobre la diferencia que hay entre las playline, collector, vintage y repro, los tipos de cuerpo a través de la historia, etcétera. Ahora me atraen las made to move, simplemente porque al tener el cuerpo tan articulado puedo jugar y hacerles fotos con los outfits que creo para ellas", comentó.
"Yo soy He-Man"
El coleccionista Pablo Chireno se inclinó por He-Man y Batman, aunque también contó que busca juguetes que tenía de niño o que algún primo o allegado tuvo en su infancia. "He-Man siempre tuvo algo especial. Era mi dibujo animado favorito, hasta recuerdo el instante cuando mi papá me lo regaló y fue un momento mágico tenerlo en mis manos. Me lo entregó en el aeropuerto luego de llegar de viaje y el muñeco estaba en una bolsa de la desaparecida juguetería El duende azul, de Buenos Aires", relató, haciendo gala de una condición que caracteriza a los habitantes de "la patria coleccionista": son extremadamente memoriosos. Relató que a él le ocurrió lo que a la mayoría de los niños cuando entran en la adolescencia: perder sus muñecos por diversos motivos.
"De chico vivía jugando en unas macetas que había en la galería de casa, con el tiempo crecí y nos mudamos. Tuve que regalar mis juguetes, porque el departamento donde íbamos era mucho más chico. Ya de grande, en un viaje de trabajo por Buenos Aires, volví a encontrar en una tienda de coleccionismo el muñeco de He-Man con su tigre Battlecat y no lo dudé, lo compré ahí mismo. Aquí es donde comienza mi etapa de coleccionista", contó. Y se despidió compartiendo su noción sobre el hobbie: "Lo más valioso para mí es reecontrarme con el pasado, utilizar estos juguetes para recordar buenos momentos. Es una manera de mantener intactos los recuerdos con algo tangible".