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Mientras miles de israelíes se manifestaban ayer en Tel Aviv, la capital de Israel, en favor de un acuerdo con la milicia palestina Hamas que permita la liberación de los 59 cautivos israelíes, el Ejército de Israel intensificó sus esfuerzos militares con una nueva ola de reclutamientos. Fuentes militares confirmaron que decenas de miles de reservistas serán llamados para expandir la ofensiva terrestre en Gaza, que se lanzaría la próxima semana.
El objetivo de este llamado es reemplazar a las tropas regulares actualmente desplegadas en las fronteras de Líbano, Siria y Cisjordania ocupada, para que puedan participar activamente en las operaciones en Gaza. La medida busca reforzar la presión sobre Hamas y continuar con la evacuación forzada de civiles palestinos en la región. Trascendió que el número de reservistas enviados al frente será considerable.
Este despliegue se produce en un contexto de creciente oposición interna en Israel. A pesar del apoyo que la mayoría de los israelíes muestra por una solución negociada, las encuestas indican que un amplio sector de la población preferiría un acuerdo con Hamas que incluso incluya el fin de la guerra, si ello significara el regreso de los 59 secuestrados. Sin embargo, la postura del gobierno de Benjamín Netanyahu sigue siendo inflexible, lo que ha generado un creciente malestar entre reservistas y exmilitares. En las últimas semanas, decenas de cartas de protesta de reservistas han criticado la prolongación del conflicto, alegando que la ofensiva ya no responde a intereses de seguridad, sino a motivos políticos ligados a los líderes de la coalición de extrema derecha.
La situación en Gaza
El conflicto en Gaza ha cobrado un alto costo humano, con un aumento dramático en el número de víctimas mortales. El Ministerio de Sanidad de Gaza reportó que, en los últimos dos días, al menos 77 palestinos han muerto y otros 275 resultaron heridos a causa de los bombardeos israelíes. Desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, el número de muertos palestinos ya supera las 52.500 personas.
En los últimos días, los ataques aéreos israelíes han provocado la muerte de decenas de civiles, incluyendo niños. Entre los fallecidos se encuentran al menos diez palestinos que murieron ayer en un bombardeo sobre una vivienda en el barrio de Shujaiya, al este de la ciudad de Gaza. También se han reportado más víctimas en los ataques contra viviendas familiares en Jan Yunis, en el sur de Gaza, donde al menos 11 palestinos perdieron la vida, incluidos un niño de 11 años y tres bebés.
Además de la devastación humana, la situación en Gaza está siendo devastada por la crisis humanitaria. Más de 60.000 niños sufren desnutrición severa, y las muertes por desnutrición, falta de medicinas y agua potable aumentan día a día. Unicef ha alertado sobre la gravedad de la situación, mientras Israel mantiene un bloqueo que impide la entrada de suministros esenciales al enclave palestino desde el 2 de marzo.
Ante la gravedad de la situación, el Consejo de Seguridad de la ONU ha instado en repetidas ocasiones a un alto el fuego "inmediato", mientras la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha solicitado que se tomen medidas urgentes para prevenir un posible genocidio y aliviarla cuestión humanitaria.