Sociedad de Tiro y Gimnasia vive un gran momento futbolístico, ya que su plan principal era conservar la categoría. Pero con el paso de los partidos, su funcionamiento se fue solidificando y los buenos resultados no tardaron en llegar.
La clave está en que el equipo no tiene una figura excluyente, pero eso si, todos son obreros del fútbol, corren, meten y en los momentos complicados sacan a relucir un amor propio encomiable digno de destacar.
En cada partido, tiene una historia diferente y en cada caso afloró una mística que solo con trabajo silencioso y con los pies sobre la tierra se puede mostrar.
En el partido frente a Pellegrini, tras convertir un gol decisivo y que a la postre le dio el triunfo a Tiro, Amín Aparicio inexplicablemente le cometió una falta artera a Argañaraz y le aplicaron la roja directa.
Entonces, con uno menos y ante un rival muy afligido por las circunstancias que se le vino encima, sacó chapa de protagonista, donde cada uno entregó hasta la última gota de transpiración. Por eso, el triunfo adquiere un mayor valor agregado, fueron como obreros edificando una victoria, sin muchas luces pero con enorme sacrificio.
En ese contexto, ganó protagonismo, aunque ya lo venía haciendo, Joaquín Iturrieta se convirtió en un patrón controlando el mediocampo, recuperó cuanta pelota circuló por su sector, imponiendo su figura de "cinco" y así fue el más destacado.
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Sociedad de Tiro y Gimnasia vive un gran momento futbolístico, ya que su plan principal era conservar la categoría. Pero con el paso de los partidos, su funcionamiento se fue solidificando y los buenos resultados no tardaron en llegar.
La clave está en que el equipo no tiene una figura excluyente, pero eso si, todos son obreros del fútbol, corren, meten y en los momentos complicados sacan a relucir un amor propio encomiable digno de destacar.
En cada partido, tiene una historia diferente y en cada caso afloró una mística que solo con trabajo silencioso y con los pies sobre la tierra se puede mostrar.
En el partido frente a Pellegrini, tras convertir un gol decisivo y que a la postre le dio el triunfo a Tiro, Amín Aparicio inexplicablemente le cometió una falta artera a Argañaraz y le aplicaron la roja directa.
Entonces, con uno menos y ante un rival muy afligido por las circunstancias que se le vino encima, sacó chapa de protagonista, donde cada uno entregó hasta la última gota de transpiración. Por eso, el triunfo adquiere un mayor valor agregado, fueron como obreros edificando una victoria, sin muchas luces pero con enorme sacrificio.
En ese contexto, ganó protagonismo, aunque ya lo venía haciendo, Joaquín Iturrieta se convirtió en un patrón controlando el mediocampo, recuperó cuanta pelota circuló por su sector, imponiendo su figura de "cinco" y así fue el más destacado.