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TEL: Cuando las palabras no se entienden

Martes, 15 de noviembre de 2016 01:30
<div>TEL/ EN EL MUNDO, EL 7 POR CIENTO DE LOS NIÑOS PADECEN DE ESTE TRASTORNO.</div><div>
El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), es una problemática desconocida para muchos, dado a la escasa información que existe al respecto, pero que es de vital importancia para garantizar la inserción en el ámbito social y escolar de los niños.
Según define American Speech- Language- Hearing Association (Asha) es "un trastorno de lenguaje es la anormal adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito. El problema puede implicar a todos, uno o alguno de los componentes fonológico, morfológico, semántico, sintáctico o pragmático del sistema lingístico. Los individuos con trastornos del lenguaje suelen tener problemas de procesamiento del lenguaje o de abstracción de la información significativa para el almacenamiento y recuperación por la memoria a corto plazo".
En términos científicos, se define como un desarrollo enlentecido del habla, pero que nada tiene que ver con una dificultad cognitiva, una deficiencia mental ni atencional. Tampoco con lesiones cerebrales evidentes.
Actualmente, se lo considera un trastorno invisible dado el desconocimiento que existe sobre el tema en la sociedad; sin embargo, a nivel mundial, afecta al 7 por ciento de los niños. A nivel nacional y provincial, no existen estadísticas al respecto, pues suele transcurrir de manera silenciosa en su inicio pero más tarde, puede traducirse, como mínimo, en dificultades escolares.
Silvina Márquez, presidente de "Decires", una asociación dedicada al abordaje de los trastornos de los lenguajes del aprendizaje infantil, consultada sobre el tema expresó que el TEL es considerado un trastorno invisible porque no aparece la necesidad en una edad o etapa determinada. "Se trata de una problemática que afecta la comunicación, no es no pronunciar la R, poner las S o hablar con la L, no es lo que comúnmente las fonoaudiólogas denominan dislalia. En una afección que altera la comunicación, la comprensión y desde luego afectan la emisión verbal de un niño", refirió.
"Si sobre el año o año y medio, el niño todavía no habló, es preocupante. Los chicos a determinada edad tienen que cumplir ciertos parámetros del lenguaje, si no los cumplen, puede ser que trate de un caso de TEL", acotó Márquez.
Precisó que en ocasiones, se lo suele confundir con trastornos del espectro autismo; sin embargo, lo que marca la diferencia es la intención de comunicar. "Una cosa es que intente hablar y les salgan las palabras con errores y otra, es que vos le hables y el chico no te responda con el gesto, con la mirada o con la intención. Esto marca la diferencia entre el autismo y el trastorno del lenguaje", sostuvo.
Remarcó que una persona que está dentro del espectro o de los trastornos generalizados del desarrollo, son personas en las que básicamente la dificultad está centrada en la intención comunicativa, en reconocer al otro como par; mientras que "los niños que con trastornos del lenguaje no pueden asociar lo que quieren decir con la producción, lo que quieren decir con lo que van a decir".
Esa imposibilidad para comunicarse, agregó, "suele provocar que los chicos hagan berrinches o lloren mucho".

La importancia de la detección temprana
Como toda afección, es sumamente importante la detección temprana. "Es de vital importancia realizar diagnósticos tempranos, para poder iniciar con los procesos de estimulación, ya que si esto no sucede, su inserción en el ámbito social y escolar, se verá severamente afectada", enfatizó la presidente de Decires, Silvina Márquez.
La falta de información y el desconocimiento sobre el Tel, suele jugar en contra a la hora de la detección. "Siempre hay alguna justificación para poder esperar un poco más, ahora con los avances de todo lo que es la neurociencia, la comprensión de plasticidad neuronal, lo que son subsistemas neuronales, se puede determinar si padecen o no de TEL a muy temprana edad", expresó.
"Tener una detección precoz, nos permite un abordaje oportuno Si no se trabaja en tiempo, como toda patología, aparecen secuelas secundarias, por ejemplo, cuando tenga que aprender otros códigos como el lecto escrito o el aritmético, el niño va a tener graves dificultades", advirtió, al tiempo que resaltó el rol que cumplen los padres y docentes para localizar si un niño padece o no de este trastorno.
"Siempre hay que tener en cuenta el tema de los parámetro. Un niño sobre el año o año y medio, alguna palabra tiene que decir porque si dijo la primer palabra, ya sabemos que el niño empezó a semantizar, ya empezó a comprender situaciones, a hacer uso de situaciones y establecer relaciones sociales. Ahí es cuando tenemos que estar a atentos", ponderó Márquez.
Asimismo, mencionó, la familia es un eje fundamental a la hora del tratamiento. "Una vez que, conjuntamente con el equipo interdisciplinario, establecimos que el niño padece de TEL, el abordaje lo realiza el profesional pero se trabaja conjuntamente con la familia, buscando que ésta se convierta en la entidad que contenga y acompañe al niño en el proceso", completó Silvina Márquez.
El papel de los padres y de los docentes
A diferencia de la dislexia (trastorno específico del proceso de lectura y que se caracteriza porque no se asimilan correctamente algunos símbolos gráficos del lenguaje), el Trastorno Específico del Lenguaje nada tiene que ver con una herencia bilógica o genética, aunque muchas veces los que avalan los síntomas, son los padres.
"No siempre el que llega a consulta es el que tiene el problema. Hay casos o situaciones que nosotros vivimos en las que el niño encarna el síntoma que sería escribir mal, no hacer bien los cálculos, no poder leer y llorar al entrar a la escuela. Sin embargo, nuestra pregunta es por qué el niño necesita hacer este síntoma, quien avala este síntoma", explicó Adriana Copparoni, psicopedagoga integrante del equipo interdisciplinario de Decires.
Copparoni señaló que los padres muchas veces suelen vincular el trastorno con la forma en cómo ellos eran durante su infancia, situación que en lugar de ayudar al menor, "está reforzando el síntoma".
"No existe una herencia orgánica. Muchas veces los padres dicen "yo era igual" y relacionan el comportamiento del menor con su infancia, lo que está mal porque al hacer esto, los padres están otorgando legalidad a lo que hacen sus hijos, están reconociendo que el no poder hablar no es tan grave y lo dejan seguir haciéndolo, en lugar de corregirlos o llevarlos a un profesional para que los ayude ", enfatizó la profesional.
En esa línea, Copparoni destacó el papel que cumplen los docentes a la hora de la detección: "Una de las primeras personas que sospechará que un niño podría tener el TEL suele ser un maestro de jardín o de la escuela primaria", expresó.
"La labor de los maestros es de vital importancia, deben ser objeto de atención constante aprovechando todas las circunstancias sistemáticas y ocasionales de la vida escolar, de manera que se pueda detectar a tiempo", completó.
Decires, un equipo especializado e interdisciplinario
Decires, es una asociación especializada en trastornos de los lenguajes del aprendizaje infantil, que brinda su servicio en la provincia hace doce años. Actualmente, cuenta con un equipo de profesionales compuesto por psicopedagogos, fonoaudiólogos, psicólogos, profesores de educación especial y por profesores de sordos.
Los ejes básicos de la institución son: "el trabajo debe ser interdisciplinario, donde la familia es un pilar importante en este equipo y la otra es que la inclusión escolar de los niños, debe hacerse de la manera más seria y comprometida", según expresó su presidente.
La Asociación recibe niños desde un año hasta la edad infantil, es decir 8 o 9 años.
Los interesados pueden visitar Decires que está ubicado en Independencia 210, de lunes a viernes, básicamente a partir de las 16, o bien comunicarse al teléfono 4243583.


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El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), es una problemática desconocida para muchos, dado a la escasa información que existe al respecto, pero que es de vital importancia para garantizar la inserción en el ámbito social y escolar de los niños.
Según define American Speech- Language- Hearing Association (Asha) es "un trastorno de lenguaje es la anormal adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito. El problema puede implicar a todos, uno o alguno de los componentes fonológico, morfológico, semántico, sintáctico o pragmático del sistema lingístico. Los individuos con trastornos del lenguaje suelen tener problemas de procesamiento del lenguaje o de abstracción de la información significativa para el almacenamiento y recuperación por la memoria a corto plazo".
En términos científicos, se define como un desarrollo enlentecido del habla, pero que nada tiene que ver con una dificultad cognitiva, una deficiencia mental ni atencional. Tampoco con lesiones cerebrales evidentes.
Actualmente, se lo considera un trastorno invisible dado el desconocimiento que existe sobre el tema en la sociedad; sin embargo, a nivel mundial, afecta al 7 por ciento de los niños. A nivel nacional y provincial, no existen estadísticas al respecto, pues suele transcurrir de manera silenciosa en su inicio pero más tarde, puede traducirse, como mínimo, en dificultades escolares.
Silvina Márquez, presidente de "Decires", una asociación dedicada al abordaje de los trastornos de los lenguajes del aprendizaje infantil, consultada sobre el tema expresó que el TEL es considerado un trastorno invisible porque no aparece la necesidad en una edad o etapa determinada. "Se trata de una problemática que afecta la comunicación, no es no pronunciar la R, poner las S o hablar con la L, no es lo que comúnmente las fonoaudiólogas denominan dislalia. En una afección que altera la comunicación, la comprensión y desde luego afectan la emisión verbal de un niño", refirió.
"Si sobre el año o año y medio, el niño todavía no habló, es preocupante. Los chicos a determinada edad tienen que cumplir ciertos parámetros del lenguaje, si no los cumplen, puede ser que trate de un caso de TEL", acotó Márquez.
Precisó que en ocasiones, se lo suele confundir con trastornos del espectro autismo; sin embargo, lo que marca la diferencia es la intención de comunicar. "Una cosa es que intente hablar y les salgan las palabras con errores y otra, es que vos le hables y el chico no te responda con el gesto, con la mirada o con la intención. Esto marca la diferencia entre el autismo y el trastorno del lenguaje", sostuvo.
Remarcó que una persona que está dentro del espectro o de los trastornos generalizados del desarrollo, son personas en las que básicamente la dificultad está centrada en la intención comunicativa, en reconocer al otro como par; mientras que "los niños que con trastornos del lenguaje no pueden asociar lo que quieren decir con la producción, lo que quieren decir con lo que van a decir".
Esa imposibilidad para comunicarse, agregó, "suele provocar que los chicos hagan berrinches o lloren mucho".

La importancia de la detección temprana
Como toda afección, es sumamente importante la detección temprana. "Es de vital importancia realizar diagnósticos tempranos, para poder iniciar con los procesos de estimulación, ya que si esto no sucede, su inserción en el ámbito social y escolar, se verá severamente afectada", enfatizó la presidente de Decires, Silvina Márquez.
La falta de información y el desconocimiento sobre el Tel, suele jugar en contra a la hora de la detección. "Siempre hay alguna justificación para poder esperar un poco más, ahora con los avances de todo lo que es la neurociencia, la comprensión de plasticidad neuronal, lo que son subsistemas neuronales, se puede determinar si padecen o no de TEL a muy temprana edad", expresó.
"Tener una detección precoz, nos permite un abordaje oportuno Si no se trabaja en tiempo, como toda patología, aparecen secuelas secundarias, por ejemplo, cuando tenga que aprender otros códigos como el lecto escrito o el aritmético, el niño va a tener graves dificultades", advirtió, al tiempo que resaltó el rol que cumplen los padres y docentes para localizar si un niño padece o no de este trastorno.
"Siempre hay que tener en cuenta el tema de los parámetro. Un niño sobre el año o año y medio, alguna palabra tiene que decir porque si dijo la primer palabra, ya sabemos que el niño empezó a semantizar, ya empezó a comprender situaciones, a hacer uso de situaciones y establecer relaciones sociales. Ahí es cuando tenemos que estar a atentos", ponderó Márquez.
Asimismo, mencionó, la familia es un eje fundamental a la hora del tratamiento. "Una vez que, conjuntamente con el equipo interdisciplinario, establecimos que el niño padece de TEL, el abordaje lo realiza el profesional pero se trabaja conjuntamente con la familia, buscando que ésta se convierta en la entidad que contenga y acompañe al niño en el proceso", completó Silvina Márquez.
El papel de los padres y de los docentes
A diferencia de la dislexia (trastorno específico del proceso de lectura y que se caracteriza porque no se asimilan correctamente algunos símbolos gráficos del lenguaje), el Trastorno Específico del Lenguaje nada tiene que ver con una herencia bilógica o genética, aunque muchas veces los que avalan los síntomas, son los padres.
"No siempre el que llega a consulta es el que tiene el problema. Hay casos o situaciones que nosotros vivimos en las que el niño encarna el síntoma que sería escribir mal, no hacer bien los cálculos, no poder leer y llorar al entrar a la escuela. Sin embargo, nuestra pregunta es por qué el niño necesita hacer este síntoma, quien avala este síntoma", explicó Adriana Copparoni, psicopedagoga integrante del equipo interdisciplinario de Decires.
Copparoni señaló que los padres muchas veces suelen vincular el trastorno con la forma en cómo ellos eran durante su infancia, situación que en lugar de ayudar al menor, "está reforzando el síntoma".
"No existe una herencia orgánica. Muchas veces los padres dicen "yo era igual" y relacionan el comportamiento del menor con su infancia, lo que está mal porque al hacer esto, los padres están otorgando legalidad a lo que hacen sus hijos, están reconociendo que el no poder hablar no es tan grave y lo dejan seguir haciéndolo, en lugar de corregirlos o llevarlos a un profesional para que los ayude ", enfatizó la profesional.
En esa línea, Copparoni destacó el papel que cumplen los docentes a la hora de la detección: "Una de las primeras personas que sospechará que un niño podría tener el TEL suele ser un maestro de jardín o de la escuela primaria", expresó.
"La labor de los maestros es de vital importancia, deben ser objeto de atención constante aprovechando todas las circunstancias sistemáticas y ocasionales de la vida escolar, de manera que se pueda detectar a tiempo", completó.
Decires, un equipo especializado e interdisciplinario
Decires, es una asociación especializada en trastornos de los lenguajes del aprendizaje infantil, que brinda su servicio en la provincia hace doce años. Actualmente, cuenta con un equipo de profesionales compuesto por psicopedagogos, fonoaudiólogos, psicólogos, profesores de educación especial y por profesores de sordos.
Los ejes básicos de la institución son: "el trabajo debe ser interdisciplinario, donde la familia es un pilar importante en este equipo y la otra es que la inclusión escolar de los niños, debe hacerse de la manera más seria y comprometida", según expresó su presidente.
La Asociación recibe niños desde un año hasta la edad infantil, es decir 8 o 9 años.
Los interesados pueden visitar Decires que está ubicado en Independencia 210, de lunes a viernes, básicamente a partir de las 16, o bien comunicarse al teléfono 4243583.