Esta vez su proyecto tiene la mirada puesta en Barcelona, España. Es que Nahuel Muñoz Storni, el director de coros y orquesta jujeño, vivió una fuerte realidad que se selló en diciembre con el cierre de la Escuela de Música "Federico Frings", su último intento por movilizar la cultura de este arte en su provincia natal.
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Esta vez su proyecto tiene la mirada puesta en Barcelona, España. Es que Nahuel Muñoz Storni, el director de coros y orquesta jujeño, vivió una fuerte realidad que se selló en diciembre con el cierre de la Escuela de Música "Federico Frings", su último intento por movilizar la cultura de este arte en su provincia natal.
Está esperando que la pandemia lo permita, para instalarse en Barcelona, donde se reencontrará con su padre Daniel Muñoz, y su hermano Facundo Muñoz, cantantes líricos de gran reconocimiento.
"Luego de más de 15 años documentados para mi provincia decidí apuntar a Barcelona para hacer de ella una base, para trabajar y seguir buscando ahora por medio de un nuevo proyecto la Casa de Jujuy en ese país", comienza contando en conversación con nuestro diario. Tiene, además, grandes posibilidades de dirigir ópera en esa ciudad.
La idea es tener un lugar, un espacio donde "invitar a los jujeños artistas a exponer, generar recursos y promocionar la provincia como un lugar que vale la pena conocer". Continuará contando como herramienta para gestionar, la Fundación Viento Norte que preside y que creó hace muchos años, y a través de la cual pudo concretar algunas propuestas muy pretenciosas, que lamentablemente se cumplieron, pero no tuvieron buen fin o no se sostuvieron en el tiempo.
"La Fundación Viento Norte se encuentra a disposición, como siempre sucedió, para todo aquel que sienta la motivación de conocer el mundo, buscar referentes, buscar escenarios. Poco o mucho, en esta institución encontrarán una mano motivada a ayudar", dice, entre entusiasmado por lo que viene, y desilusionado por lo que no pudo sostener en Jujuy.
Nahuel estudió en La Plata, y cuando volvió a Jujuy, propuso varios emprendimientos culturales y llevó adelante otros, todos de gran porte. Fue coordinador de Coro y Banda de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy fue director del Coro de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy, dirigió el Coro Nacional de Ciegos, la Orquesta Sinfónica del Paraguay, la Banda del Regimiento N20 y numerosos coros y orquestas regionales.
Su vocación encuentra asidero en su familia. Desde pequeño se vinculó con su abuelo, Eduardo Storni (director de orquesta y musicólogo), creador de la Sinfónica de Salta de repertorio orquestal clásico. Es nieto e hijo también de las directoras de coro, Aida Morera y Cecilia Storni (musicoterapeuta y profesora de canto).
Se formó en las carreras de Licenciatura en Dirección Coral y Licenciatura en Dirección Orquestal en la Universidad Nacional de La Plata, la Licenciatura en Música de Cámara de la Universidad Nacional de Lanús.
Fue cantante del Coro Nacional de Jóvenes dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación por concurso. Como promotor de actividades para el crecimiento espiritual, artístico e intelectual de la comunidad, generó una gran cantidad de proyectos para el Ministerio de Salud de la Provincia y la Municipalidad de la ciudad de Jujuy.
Es director del Congreso del inti Raymi, que se hizo durante muchos años en Uquía.
Para la creación de la Escuela de Música "Federico Frings", invirtió en la incorporación de 4 artistas venezolanos al staff.
Con todo, dice que se va "porque me parece que se agotaron los intentos, me cansé de intentar generar actividades en la provincia. Lo más grande que hice fue la Misa Criolla con el Coro de Hipocúsicos de la Escuela Hellen Keller, y la Escuela de Música Federico Frings, que consideré que eran importantes, pero no tuvieron cabida aquí", analiza.
Él dice que la antesala de la pandemia para él, fue el cierre de la escuela, que ocurrió en diciembre, cuando tuvo que entregar la casa donde había montado las instalaciones para una escuela de música integral. Un espacio que levantó incluso con sus propias manos.
"La pandemia sólo empeoró las cosas. Quizás no era el momento, o yo no supe leer el interés de la gente, o no supe generar relaciones con la gente del estado que podría haber llegado a pagar los costos de este emprendimiento para incorporarlo en su programa. Todo lo intenté y no lo logré", dice.
Había conseguido para su escuela instrumentos que son muy costosos, como un fagot de origen venezolano, y tres violines (dos franceses y uno alemán). "El fagot se lo doné al profesor Antonio Aray, de la Orquesta Sinfónica de Salta, después de haber estado tres años guardado y de ser el primero que llegó a la provincia; y los violines estoy viendo qué destino tendrán", cuenta. Como dato muy interesante podemos decir que el fagot tiene un costo de 3.100 euros. Estos instrumentos fueron un capital muy importante de la fundación.
A pesar de su desencanto, se propone en esta nueva etapa ser una "herramienta vinculante". En la Casa de Jujuy en Barcelona "vamos a mostrar, promocionar y vender productos jujeños, dar un servicio a quienes tengan algo para mostrar. Habrá lugar para exponer cuadros, proyectar películas, etc. Ojalá podamos trabajar en contacto con los organismos locales", concluyó.