La asociación civil "La Gauchita" hizo público su agradecimiento a la ministra de Educación, María Teresa Bovi, por haberse incluido en las efemérides del Anuario Escolar el nacimiento de la patriota jujeña Juana Gabriela Moro, acaecido el 26 de marzo de 1785.
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La asociación civil "La Gauchita" hizo público su agradecimiento a la ministra de Educación, María Teresa Bovi, por haberse incluido en las efemérides del Anuario Escolar el nacimiento de la patriota jujeña Juana Gabriela Moro, acaecido el 26 de marzo de 1785.
La entidad tradicionalista había solicitado poner en valor esa fecha con el fin de "hacer que se visibilice en la enseñanza aprendizaje de nuestras aulas la contribución de las mujeres al proceso de surgimiento de Argentina como una nación independiente, aspecto que a pesar de los avances de la Historia de Género continúa siendo nada o poco conocido dentro y fuera de las escuelas".
"La olvidada figura de Juana Gabriela Moro simboliza aquel accionar femenino pionero que en los albores de nuestra patria muestra a las mujeres como actoras de la historia, desafiando rígidos mandatos sociales para asumir compromisos directos y concretos con las causas de la libertad y la igualdad que cimentaron la construcción de nuestro país", expresó la asociación en la nota de solicitud al Ministerio para que se incluya el nacimiento de la patriota Moro entre las fechas que se conmemoran en las escuelas.
"La historia de esta destacada mujer, además, presenta la oportunidad para reflexionar sobre valores de indudable vigencia como la paridad de género, la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres y el rechazo a toda forma de discriminación por motivos de género, que constituyen hoy políticas de Estado a nivel provincial y nacional", agregó La Gauchita.
Semblanza
La historiadora jujeña Irene Ballatore escribió que Juana Gabriela Moro Díaz nació el 26 de marzo de 1785 en Jujuy y falleció el 17 de diciembre de 1874 en la ciudad de Salta. Perteneció a una acaudalada familia con tierras en Jujuy y en Orán. Su madre, Faustina de Aguirre Portal, jujeña, tenía una finca en Severino, y su padre, Antonio Moro Díaz, nacido en Asturias, era coronel de los ejércitos reales y uno de los fundadores del pueblo de Orán.
También ocupó cargos importantes en la estructura administrativa colonial, desempeñándose como escribano mayor y secretario de la Intendencia de Salta.
Teófilo Sánchez de Bustamante en sus "Biografías Históricas" afirma que en el año 1802, la familia Moro se radicó en la ciudad de Salta y al año siguiente Juana fue casada con el capitán salteño Gerónimo López.
Al llegar la guerra de la Independencia al territorio de las actuales provincias de Jujuy y Salta, adhirió al partido revolucionario y demostró que estaba dispuesta a correr cualquier peligro por esa causa.
Según la tradición oral, se vestía de gaucho o de colla para entrar a los campamentos y cuarteles de los españoles con el fin de obtener información que era de utilidad para el partido patriota y que además hacía de "chasqui" llevando mensajes de un lugar a otro, en medio de grandes peligros.
Se ha dicho también que jugó un papel fundamental en los hechos que desembocaron en la deserción de Juan José Fernández Campero, el poderoso "Marqués de Yavi", de las fuerzas realistas un día antes de la batalla de Salta, lo que contribuyó al memorable triunfo del general Manuel Belgrano.
Bernardo Frías en su "Historia del General Martín Güemes y de la provincia de Salta, o sea de la Independencia Argentina", refiere los planes urdidos por los patriotas en la casa de Juana horas antes de la batalla de Salta. La residencia de la "animosa doña Juana Moro" –dice Frías- había sido elegida como el principal sitio de asilo para que se refugiaran los soldados del rey que se pasaran al bando revolucionario.
Los realistas no olvidaron los valiosos servicios prestados por la animosa jujeña al movimiento independentista. En 1814, el brigadier Joaquín de la Pezuela, jefe de una nueva invasión realista a Jujuy y Salta, tomó venganza y condenó a Juana Gabriela Moro a morir "emparedada" en su casa. La piedad de los vecinos salvó a la patriota de una muerte aterradora: le pasaron agua y alimentos a través de un hueco en la pared, con lo cual ella pudo sobrevivir en el encierro hasta el retiro de los invasores.
Esa no fue la única represalia de los españoles contra Moro. En la sucesión de su padre Juan Antonio Moro Díaz se dice que los títulos de la finca de Severino (Perico de El Carmen) "se perdieron con otros papeles en el saqueo que hicieron de la casa del señor coronel Gerónimo López cuando mandó presa a Jujuy el gobernador Martínez de Hoz por patriota a su esposa doña Juana Gabriela Moro".
Sin duda que el brigadier Pezuela está hablando de ella y otras mujeres de Jujuy y Salta cuando en sus memorias reconocía que la guerra de recursos que soportaba no se hacía solamente con tropas. En la posición que el ejército del rey ocupaba de Jujuy a Salta en al año 1814 sufría "una continua seducción de los habitantes de ambas ciudades, especialmente en las mujeres (que era lo único que había quedado, pues los hombres raro era el que se veía). Belgrano que siempre maquinaba órdenes y cautelas, había arrancado y llevado a Tucumán y otros puntos interiores todas las familias que se conocían adictas al Rey y había dejado las mujeres y familias de los que servían en su ejército; de manera que tenía otras tantas espías como vivientes, que no solo le deben a su sucesor Rondeau las noticias más menudas de mis movimientos y fuerza, sino que hasta se presentaban las mujeres a mis oficiales y tropas con tal que consiguiesen seducirlos, de lo que resultó muchas deserciones, principalmente de los soldados prisioneros que habían tomado voluntariamente partido con el ejército del rey. Por el contrario nada sabía yo de los enemigos que permanecían en el Tucumán con su Quartel General ni aun de las avanzadas que tenía hasta el río del Pasage…".
Muchos años después de la guerra de la Independencia, Juana Gabriela aparece integrando una lista de mujeres que en 1853 reclamó a las autoridades "lamentando la postergación a que se relega al sexo femenino al no permitírsele jurar la Constitución nacional".
Los servicios a la patria de la ilustre Juanita Gabriela Moro fueron reconocidos por la Junta de Estudios Históricos de Salta en 1963, que propuso actualizar la investigación sobre el destino de sus restos y en caso de ser hallados, trasladarlos con ceremonia oficial al Panteón de las Glorias del Norte de la Catedral Basílica de Salta.
Murió a los 90 años el 17 de diciembre de 1874 en su casa de Salta. Ninguna escuela de Jujuy lleva su nombre. Sí en la vecina provincia, donde ha recibido numerosos reconocimientos.