¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
29 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

¿Qué enfermedades se pueden desarrollar por dormir con perros o gatos?

Más de 100 enfermedades que transmiten los animales están relacionadas con la convivencia entre las personas y sus mascotas.

Sabado, 18 de noviembre de 2023 09:17

Los animales que son denominados como domésticos se han convertido en una pieza fundamental para los hogares de las familias. Incluso, algunas personas llegan a considerar a la mascota como un integrante más de la familia y permiten que sus perros o gatos duerman a su lado. Aunque esta práctica parece inofensiva para la salud, existen algunas consideraciones por parte de expertos en la materia que no están de acuerdo con pasar la noche al lado de una mascota.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Los animales que son denominados como domésticos se han convertido en una pieza fundamental para los hogares de las familias. Incluso, algunas personas llegan a considerar a la mascota como un integrante más de la familia y permiten que sus perros o gatos duerman a su lado. Aunque esta práctica parece inofensiva para la salud, existen algunas consideraciones por parte de expertos en la materia que no están de acuerdo con pasar la noche al lado de una mascota.

A pesar de contar con el esquema completo de vacunación y de mantener al animal en un estado limpio, higiénico y saludable, tanto perros como gatos son transmisores de infecciones y enfermedades como los parásitos, virus y bacterias que tienen presentes de manera natural. Además, se ha comprobado que son más de 250 enfermedades que pueden transmitir los animales y son más de 100 las que tienen que ver con la relación que existe entre los humanos y sus mascotas.

Entre las infecciones más comunes que se presentan luego de haber dormido con un perro o un gato, o por recibir lamidas, se encuentran los anquilostomas, la tiña, los nemátodos, estafilococos resistentes a medicamentos, así como problemas respiratorios o de alergia. También se aumenta la posibilidad de desarrollar trastornos al momento de conciliar el sueño.

Respecto a esto último, se pueden presentar interrupciones del sueño debido al aumento de probabilidades de ser despertado, ya sea por los ronquidos de la mascota, por alguna mordedura o por la irritación y molestia que podrían producir los movimientos de la mascota mientras la persona permanece dormida.

Sin embargo, y a pesar de los riesgos que existe por dormir con una mascota, también existen dos casos en los que podría resultar favorable el pasar toda la noche en compañía de un canino o felino.

El primero está relacionado con la salud cardiovascular, debido a que ayuda a disminuir la presión arterial y el colesterol, mientras que la salud mental también agradece la compañía de perros o gatos porque impactan de manera positiva y reducen los síntomas de soledad, depresión o ansiedad, además de reducir el cortisol, hormona que genera el estrés.

Lo que más recomiendan los expertos es mantener a las mascotas bañadas regularmente y con las uñas y orejas limpias, además de contar con el esquema de vacunas completo. Desparasitar periódicamente e incluir alimentos nutritivos son otras de las maneras en las cuales se optimiza el sistema inmune y se reduce considerablemente la posibilidad de que el animal sufra enfermedades o infecciones.

¿Cómo hacer para que gatos y perros se lleven bien en la casa?

Introducir a un gato y a un perro en el mismo hogar puede ser un desafío, ya que ambos son animales con diferentes comportamientos y necesidades. Sin embargo, con paciencia, tiempo y cuidado, es posible lograr que gatos y perros se lleven bien en la casa.

Por tal razón, algunos consejos que pueden servir para ayudar en el proceso de hacer que convivan de manera armoniosa son:

1. Introducción gradual: realizar una introducción gradual y controlada entre el gato y el perro es importante, y se debe comenzar por permitir que se huelan y se vean a través de una puerta cerrada para que se acostumbren a la presencia del otro sin contacto directo. Luego, se puede usar una puerta con una rejilla o una correa para permitir una interacción más cercana sin riesgo de confrontación.

2. Espacios separados: al comienzo, hay que asegurarse de que cada animal tenga su propio espacio separado con comida, agua, cama y juguetes. Esto les dará una sensación de seguridad y les permitirá adaptarse a la presencia del otro gradualmente.

3. Supervisión: cuando los animales estén listos para interactuar directamente, hay que asegurarse de supervisarlos de cerca, y una recomendación es mantener al perro con correa para tener un mayor control y evitar dejarlos solos sin supervisión hasta que hayan demostrado una convivencia pacífica durante períodos de tiempo prolongados.

4. Reforzamiento positivo: premiar y elogiar a ambos animales por comportamientos amigables y pacíficos. Esto puede incluir darles golosinas, caricias y palabras de aliento cuando estén cerca uno del otro sin mostrarse agresivos.

5. Tiempo individual: hay que asegurarse de pasar tiempo individual de calidad con cada animal. Esto les permitirá sentirse seguros y amados, evitando posibles conflictos por atención o territorio.

6. Permitir el escape: es importante asegurarse de que ambos animales tengan la posibilidad de escapar o retirarse a un lugar seguro si se sienten incómodos. Esto puede ser una habitación separada para el gato o un área alta accesible donde el perro no pueda llegar.

Los ‘besos’ o dejar que los perros y gatos laman la cara conllevan el riesgo de transmisión de una de esas enfermedades. Aunque la mayoría de enfermedades infecciosas de perros y gatos no afectan a los humanos, y viceversa, sí hay bacterias que pueden afectar la salud de ambos. Las bacterias zoonóticas más comunes son la salmonella, la clostridium, la E-Coli y la campylobacter.

El contagio de estas bacterias se produce cuando una persona entra en contacto directo con la saliva o heces de un animal infectado y, por más pulcro que sea un perro o un gato, siempre hay riesgo de que sean portadores de ellas. De hecho, la organización Kids Health explica que muchos animales de compañía que tienen una infección de campylobacter son asintomáticos, por lo que no es posible saber si el lametazo es 100% seguro.

En general, estas infecciones causan diarrea, dolor abdominal, fiebre, vómito, deshidratación y un cuadro de gastroenteritis. Las personas más propensas a infectarse con ellas son los bebés, los niños menores de 5 años de edad, las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunitarios débiles. Teniendo en cuenta esto, es preferible que se evite dar besos o dejar que un perro o gato lama la cara de su dueño.

Adicionalmente, las mascotas también pueden ser huéspedes de otras enfermedades zoonóticas que no se contagian por el contacto con saliva sino por rasguños o el contacto con las heces. Entre ellas se encuentra la rabia, la enfermedad por arañazo de gato, la tiña, la toxocariasis y la toxoplasmosis.

Las dos últimas son causadas por parásitos presentes en las heces de los animales de compañía. La toxoplasmosis es especialmente delicada para las mujeres embarazadas y puede ser transmitida a los bebés. Los síntomas de estas dos enfermedades, según Mayo Clinic, son fiebre, dolores musculares y ganglios linfáticos inflamados. Por esto, es de suma importancia tener al día las desparasitaciones de los perros y gatos.

Recomendaciones para evitar las enfermedades zoonóticas:

  • Lávese bien las manos luego del contacto directo con la saliva, heces o sangre de los animales de compañía.
  • Mantenga al día las vacunas, desparasitaciones y revisiones veterinarias de los perros y gatos.
  • Evite que las poblaciones de riesgo sean las encargadas de limpiar las heces de los animales.
  • No deje que su perro lama su cara y, de ser posible, no comparta los espacios de cocina y dormitorio con los animales de compañía.
  • Evite el contacto con perros o gatos que presenten comportamientos extraños o que se vean enfermos.