Mientras la dermatitis atópica afecta al 20% de la población pediátrica y 3% de la población adulta, vivir con ella es duro por las limitaciones cotidianas, el estigma y trastornos del sueño. El diagnóstico es confuso y es subdiagnosticado en el país y Jujuy no escapa a eso. Siendo clave el tratamiento para evitar que se agudice se lanzaron nuevos medicamentos, Abrocitinib y Crisaborol de Pfizer, aprobados por Anmat que prometen atacar con eficacia la picazón e inflamación al tratarse de inhibidores vía oral y en crema.
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Mientras la dermatitis atópica afecta al 20% de la población pediátrica y 3% de la población adulta, vivir con ella es duro por las limitaciones cotidianas, el estigma y trastornos del sueño. El diagnóstico es confuso y es subdiagnosticado en el país y Jujuy no escapa a eso. Siendo clave el tratamiento para evitar que se agudice se lanzaron nuevos medicamentos, Abrocitinib y Crisaborol de Pfizer, aprobados por Anmat que prometen atacar con eficacia la picazón e inflamación al tratarse de inhibidores vía oral y en crema.
"Es una enfermedad crónica que puede aparecer en la infancia o en la edad adulta, acompañar a los pacientes a lo largo de toda su vida, le trae dificultades en su vida de relación, la capacidad escolar y laboral. Es una enfermedad de la piel pero con un gran impacto en muchos otros aspectos en la vida de la gente", explicó la jefa de la Sección de Dermatología Pediátrica y coordinadora de la Unidad de Dermatitis Atópica del hospital Universitario Austral, Carla Castro.
Sucede que es una enfermedad inflamatoria de la piel, los pacientes la tienen seca sin suficiente eficacia para mantener una barrera a los irritantes externos fuera del contacto con el sistema de defensas de la piel, con lo cual lo irritan para que trabaje en forma exagerada. "Es donde aparece la picazón, el síntoma fundamental de la enfermedad y las eczemas que son rojas, duras y muy pruriginosas", precisó.
Al ser crónico debe llevarse al paciente al manejo diario de la enfermedad, de productos especiales para bañarse, cremas humectantes y otras con medicamentos para las lesiones, y cuando es severa tienen una función inmunosupresora. En etapas avanzadas la enfermedad suele llegar a ser incapacitante para realizar actividades cotidianas, por la picazón y dolor en lesiones, impide hacer deportes por ejemplo; en adultos genera trastorno del sueño por la continua picazón, que incide en su desempeño laboral, angustia y ansiedad.
"Hasta ahora contábamos con un tratamiento que nos permitía ayudar a estos pacientes pero muchos no podían utilizarse por mucho tiempo y la realidad es que la enfermedad evoluciona. Entonces contar con tratamientos que son más eficaces porque son más específicos para la enfermedad y que aparte nos permiten utilizarlos el tiempo que sea necesario es sin lugar a dudas un gran avance en el manejo", explicó Castro sobre la nueva opción terapéutica.
Hasta ahora el manejo era cuidados diarios, reconstituir la barrera cutánea alterada, restaurar microfisuras y de acuerdo a los brotes y eczemas se trabajaba con tratamiento tópico, cremas con medicamentos y en severas se recurre a fototerapia e inmunosupresores. Abrocitinib, en comprimidos está destinado a las formas más moderadas y severas, para pacientes adultos y adolescentes desde los 12 años que tienen la enfermedad moderada a grave. Crisaborol en ungüento para las leves y moderadas. Esta terapia funciona como un inhibidor selectivo de las enzimas JAK1, modulando así diversas citoquinas cruciales en la inflamación de la piel, responsables de desencadenar la dermatitis atópica.
A esta molécula la respalda un amplio programa de desarrollo clínico en estos estudios que demostraron la eficacia, seguridad y rapidez de acción. Ante el prurito, Abrocitinib demostró mejorar la severidad de este síntoma a partir de las 24 horas de la primera dosis. Mientras, más del 60% de los pacientes alcanzó un 75% de mejoría en sus lesiones a las 12 semanas de recibir este tratamiento en monoterapia12, 13, informaron.
"No todas las dermatitis son iguales y eso hace que sean subdiagnosticadas", aseguró Valeria Angles, jefa de Dermatología Infantojuvenil del Servicio de Dermatología del hospital Italiano de Buenos Aires. "Genera mucha picazón y trae alteraciones del sueño, produce lesiones en la piel que el estar expuestas puede estigmatizar al paciente, que puede sentir vergüenza. Está relacionado al bullying y alteraciones sociales", sostuvo. Dijo que en el país según estudios epidemiológicos en el hospital Italiano de Buenos Aires y estudios multicéntricos, la prevalencia es del 5 al 10% de los niños y del 3% de los adultos, pero estimó que es posible que haya más casos.
Es clave lograr diagnóstico
Valeria Angles, jefa de Dermatología Infantojuvenil del Servicio de Dermatología del hospital Italiano de Buenos Aires, se refirió a la carga de la enfermedad en los pacientes con dermatitis atópica, a la calidad de atención, la dificultad de conseguir turnos con especialistas, y para llevar adelante su día ya que requiere tratamientos específicos de alto costo ya que aún obras sociales no la cubren.
Por lo que recomiendan usar ropa de algodón y otros cuidados. En niños suele surgir incomprensión ante las inasistencias por brotes y requiere informes médicos especiales, además hay estigma y bullying por el aspecto de sus lesiones. Según Mariana Palacios, presidenta de Adar y madre de una paciente de 23 años quien manifestó la enfermedad a los cinco años, antes no había información y a su hija le fue difícil transitar la escuela.
En 2016 crearon un grupo de Facebook con gran respuesta, hoy son 7.000; encontraron acompañamiento en vivencias compartidas y capacitaron inclusive a pacientes para que conozcan más; y en 2019 se organizaron como asociación y siguen visibilizando el tema. “Necesitamos que todos sepan de qué se trata. La mayoría de los pacientes sufre discriminación”, explicó Palacios respecto a la falta de conocimiento por lo que al diagnosticar se minimizan sus síntomas o se confunde con una alergia o una condición cosmética por lo que es clave crear conciencia también en los médicos por el impacto que tiene la enfermedad si se agudiza.
De hecho se refirió a una encuesta a 508 pacientes adultos que hicieron en 2022 y detectaron falta de oportunidades laborales y educativas, discriminación y burla, vergüenza, sobrepeso, depresión y ansiedad e insatisfacción con el tratamiento.
Subdiagnosticada en Jujuy
A veces la dermatitis atópica suele tener afectación a nivel respiratorio, asma y rinitis alérgica por lo que es multifactorial y requiere un abordaje multidisciplinario. En el país es subdiagnosticada y a veces subtratada, se confunde con alergias, lo que retrasa el correcto abordaje y se agudizan síntomas. El diagnóstico es clínico y es clave que sea temprana para que llegue a la adultez en mejor estado, con control de la enfermedad, evite los brotes permanentes y busque tratamiento en forma segura.
En Jujuy la dermatitis tendría el mismo impacto que en el resto del país, aunque no hay datos estadísticos, según su experiencia la dermatóloga Fernanda Lui dijo que está aún subdiagnosticada y muchos están siendo subtratados. “En general el diagnóstico se hace pero el tratamiento se hace con medicación estándar, que quedó en el tiempo, que trata solamente síntomas, pero no se va al nudo del problema, el quid de la cuestión es bloquear las vías de inflamación, la respuesta TH2”, explicó Lui.
“En este momento hay un montón de pacientes, a nivel niños muchos y recién se están utilizando las terapias en Jujuy subtratados”, dijo y planteó que se ve adultos con eczemas en manos, el cuerpo y en el cuero cabelludo; y en el hospital y en consultorios muchos casos subdiagnosticados y subtratados. Destacó que lo bueno es contar con nuevos tratamientos dirigidos a bloquear la respuesta inflamatoria exagerada de estos pacientes porque son medicamentos que apuntan a modular lo que el paciente no tiene, por lo que mejoraría la barrera cutánea. Lui suele adherir a campañas gratuitas para acceso a tratamientos, dicta charlas y difunde en redes sociales.