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Cáncer de vagina: cuales son sus síntomas y cómo es el tratamiento

Se trata de un tipo raro de cáncer que no muchos conocen. Todos los detalles.  

Miércoles, 17 de mayo de 2023 16:32

El cáncer de vagina es un tipo raro de cáncer que se manifiesta en la vagina: el tubo muscular que conecta el útero con los genitales externos. El cáncer de vagina se origina con mayor frecuencia en las células que revisten la superficie de la vagina, a veces llamada canal de parto.

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El cáncer de vagina es un tipo raro de cáncer que se manifiesta en la vagina: el tubo muscular que conecta el útero con los genitales externos. El cáncer de vagina se origina con mayor frecuencia en las células que revisten la superficie de la vagina, a veces llamada canal de parto.

Si bien existen varios tipos de cáncer que pueden extenderse de otras partes del cuerpo a la vagina, el cáncer que se origina en la vagina (cáncer de vagina primario) es raro.

El diagnóstico temprano del cáncer de vagina ofrece las mejores probabilidades de cura. El cáncer que se extiende más allá de la vagina es mucho más difícil de tratar.

Síntomas

El cáncer vaginal temprano puede no causar ningún signo ni síntoma. A medida que progresa, el cáncer vaginal puede causar signos y síntomas como los siguientes:

Sangrado vaginal inusual, por ejemplo, después del coito o después de la menopausia

Secreción vaginal acuosa

Un bulto o masa en la vagina

Dolor al orinar

Necesidad de orinar a menudo

Estreñimiento

Dolor pélvico

Cuándo debes consultar con un médico

Consulta con tu médico si tienes cualquier signo o síntoma relacionado con el cáncer vaginal, como sangrado vaginal anormal. Debido a que el cáncer vaginal no siempre causa signos y síntomas, sigue las recomendaciones de tu médico sobre cuándo debes hacerte los exámenes pélvicos de rutina.

Factores de riesgo

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer vaginal se incluyen los siguientes:

Envejecimiento. El riesgo de desarrollar cáncer vaginal aumenta a medida que envejeces. La mayoría de las mujeres que reciben un diagnóstico de cáncer vaginal tienen más de 60 años.

Neoplasia intraepitelial vaginal (células atípicas en la vagina). Tener neoplasia intraepitelial vaginal aumenta el riesgo de desarrollar cáncer vaginal. Con la neoplasia intraepitelial vaginal, las células de la vagina se ven diferentes de las células normales, pero no lo suficiente como para que se considere cáncer. Un pequeño número de las mujeres con neoplasia intraepitelial vaginal desarrolla, con el tiempo, cáncer vaginal; no obstante, los médicos no están seguros de qué es lo que hace que, en algunos casos, se convierta en cáncer y que, en otros, no. Con frecuencia, la causa de la neoplasia intraepitelial vaginal es el virus del papiloma humano de transmisión sexual, que puede provocar cáncer de cuello uterino, de vagina y de vulva, entre otros. Se ofrecen vacunas que previenen algunos tipos de infección por el virus del papiloma humano.

Exposición a un medicamento para prevenir abortos espontáneos. Si tu mamá tomó un medicamento denominado «dietilestilbestrol» durante el embarazo en la década de 1950, puedes correr un mayor riesgo de desarrollar un tipo de cáncer vaginal específico denominado «adenocarcinoma de células claras».

Otros factores de riesgo que se han vinculado con un mayor riesgo de cáncer vaginal incluyen los siguientes:

Varias parejas sexuales

Primera relación sexual a temprana edad

Tabaquismo

Infección por VIH

Diagnóstico

Examen para detección de cáncer vaginal

El cáncer de vagina a veces es detectado durante un examen pélvico de rutina antes de que los signos y síntomas sean evidentes.

Durante el examen pélvico, el médico inspecciona cuidadosamente los genitales externos y luego inserta dos dedos de una mano adentro de la vagina y al mismo tiempo, presiona el abdomen con la otra mano para sentir el útero y los ovarios. Luego, inserta en la vagina un dispositivo llamado espéculo. El espéculo abre el canal vaginal para que el médico pueda inspeccionar la vagina y el cuello del útero en busca de anomalías.

Es posible que el médico también realice un Papanicolaou. Los Papanicolaou se usan generalmente para detectar el cáncer cervical, pero a veces las células cancerosas vaginales se pueden detectar en un Papanicolaou.

La frecuencia con que te realizas estos exámenes de detección depende de tus factores de riesgo de cáncer y si has tenido Papanicolaou anormales en el pasado. Consulta con tu médico sobre la frecuencia con que deberías realizarte estos exámenes de detección.

Exámenes para diagnosticar el cáncer vaginal

El médico puede realizar un examen pélvico y un examen de Papanicolaou para detectar anomalías que indiquen la presencia de cáncer vaginal. Sobre la base de estos hallazgos, el médico puede realizar otros procedimientos para determinar si tienes cáncer vaginal, por ejemplo, los siguientes:

Inspeccionar la vagina con un instrumento con lupa. La colposcopia es un examen de la vagina que se hace con un instrumento especial, que tiene luz y una lupa, llamado colposcopio. La colposcopia permite que el médico vea de forma aumentada la superficie de la vagina para detectar cualquier zona de células anormales.

Extraer una muestra de tejido vaginal para analizarla. Una biopsia es un procedimiento que se realiza para extraer una muestra de tejido sospechoso y detectar células cancerosas. El médico puede tomar una biopsia de tejido durante una colposcopia. El médico envía la muestra de tejido a un laboratorio para analizarla.

Estadificación

Una vez que el médico diagnostica el cáncer vaginal, se tomarán medidas para determinar la extensión del cáncer: un proceso llamado estadificación. La etapa del cáncer ayuda al médico a decidir qué tratamientos son apropiados en tu caso. Para determinar la etapa del cáncer, el médico puede utilizar lo siguiente:

Pruebas de diagnóstico por imágenes. El médico puede ordenar exámenes de diagnóstico por imágenes para determinar si el cáncer se ha diseminado. Las pruebas de imágenes pueden incluir radiografías, tomografías computarizadas (TC), imágenes por resonancia magnética (RM) o tomografías por emisión de positrones.

Pequeñas cámaras para ver dentro del cuerpo. Los procedimientos que utilizan cámaras diminutas para ver dentro del cuerpo pueden ayudar al médico a determinar si el cáncer se ha diseminado a ciertas áreas. Las cámaras ayudan al médico a ver el interior de la vejiga (cistoscopia) y el recto (proctoscopia).

Tratamiento

Sus opciones de tratamiento para el cáncer vaginal dependen de varios factores, como el tipo de cáncer vaginal que tienes y la etapa en la que se encuentra. Tú y tu médico trabajan juntos para determinar cuáles son los mejores tratamientos para ti según los objetivos de tu tratamiento y los efectos secundarios que estás dispuesto a soportar. El tratamiento para el cáncer vaginal normalmente incluye cirugía y radiaciones.

Cirugía

Los tipos de cirugía que se pueden utilizar para tratar el cáncer vaginal incluyen los siguientes:

Extirpación de pequeños tumores o lesiones. El cáncer que se limita a la superficie de la vagina se puede extirpar, junto con un pequeño margen de tejido sano circundante para asegurar que todas las células cancerosas hayan sido eliminadas.

Extirpación de la vagina (vaginectomía). Es posible que sea necesario extirpar parte de la vagina (vaginectomía parcial) o toda la vagina (vaginectomía radical) para extirpar todo el cáncer. Según la extensión de tu cáncer, el cirujano puede recomendar una cirugía para extirpar el útero y los ovarios (histerectomía) y los ganglios linfáticos cercanos (linfadenectomía) junto con la vaginectomía.

Extirpación de la mayoría de los órganos pélvicos (exenteración pélvica). Esta cirugía extensa puede ser una opción si el cáncer se ha diseminado hacia el área pélvica o bien si el cáncer vaginal ha vuelto a aparecer. Durante la exenteración pélvica, el cirujano puede extirpar muchos de los órganos del área pélvica, entre ellos, la vejiga, los ovarios, el útero, la vagina, el recto y la parte inferior del colon. Se realizan orificios en el abdomen para permitir que la orina (urostomía) y los desechos (colostomía) salgan del cuerpo y se acumulen en bolsas de ostomía.

Si la vagina se extirpa por completo, puedes optar por someterte a una cirugía para construir una nueva vagina. Los cirujanos usan trozos de piel, secciones de intestino o colgajos de músculo de otras áreas del cuerpo para formarla.

Con algunos ajustes, una vagina reconstruida te permite tener relaciones sexuales vaginales. Sin embargo, una vagina reconstruida no es lo mismo que tu propia vagina. Por ejemplo, una vagina reconstruida carece de lubricación natural y genera una sensación diferente cuando se toca debido a los cambios en los nervios circundantes.

Radioterapia

La radioterapia emplea haces de energía de gran potencia, como los rayos X, para eliminar las células cancerosas. La radiación puede administrarse de dos maneras:

Radiación externa. La radiación con haces externos se dirige a todo el abdomen o solo a la pelvis, según la extensión del cáncer. Durante la radiación con haces externos, estás acostada en una mesa y una máquina grande se mueve a tu alrededor para dirigir la radiación a la zona en tratamiento. La mayoría de las mujeres con cáncer de vagina reciben radiación con haces externos.

Radiación interna. Durante la radiación interna (braquirradioterapia), te colocan dispositivos radioactivos —semillas, alambres, cilindros u otros materiales— en la vagina o en el tejido circundante. Después de un tiempo determinado, pueden retirarse los dispositivos. Es posible que las mujeres con cáncer de vagina en estadio muy temprano reciban solo radiación interna. Otras pueden recibir radiación interna después de someterse a la radiación externa.

La radioterapia elimina rápidamente las células cancerosas en crecimiento, pero también puede dañar células sanas cercanas, lo que provoca efectos secundarios. Los efectos secundarios de la radiación dependen de la intensidad de la radiación y adónde se dirige.

Otras opciones

Si no es posible controlar el cáncer con cirugía y radiación, podrían considerarse otros tratamientos, a saber:

Quimioterapia. La quimioterapia emplea sustancias químicas para eliminar las células cancerosas. Aún no se sabe con certeza si la quimioterapia es eficaz para tratar el cáncer de vagina. Por este motivo, no se la suele indicar como único tratamiento del cáncer de vagina. En cambio, se la puede utilizar conjuntamente con radioterapia para incrementar la eficacia de la radiación.

Ensayos clínicos. Los ensayos clínicos son experimentos en los que se prueban nuevos métodos de tratamiento. Por lo tanto, aunque ofrecen la oportunidad de probar los últimos avances terapéuticos, no son garantía de cura. Analiza con tu médico los ensayos clínicos en curso para comprender mejor tus opciones, o comunícate con el Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute) o con la Sociedad Americana contra el Cáncer (American Cancer Society) para saber en qué ensayos podrías participar.

Atención médica de apoyo (cuidados paliativos)

Los cuidados paliativos consisten en atención médica especializada que se centra en proporcionar alivio del dolor y otros síntomas de una enfermedad grave. Los especialistas en cuidados paliativos trabajan contigo, con tu familia y con otros médicos para proporcionar un nivel de apoyo adicional que complemente tu atención continua.

Cuando se emplean los cuidados paliativos junto con todos los demás tratamientos adecuados, las personas que padecen cáncer pueden sentirse mejor y vivir más.

Los cuidados paliativos están a cargo de un equipo de médicos, personal de enfermería y otros profesionales especialmente capacitados. Los equipos de cuidados paliativos tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer y de sus familias. Esta forma de atención se ofrece junto con los tratamientos curativos o de otro tipo que puedas estar recibiendo.

FUENTE: INFOBAE