Suena como la trama de una película clase B, pero es una realidad: el comportamiento inusual de los tiburones en las costas de Florida, en Estados Unidos, podría estar vinculado con el consumo de cocaína.
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Suena como la trama de una película clase B, pero es una realidad: el comportamiento inusual de los tiburones en las costas de Florida, en Estados Unidos, podría estar vinculado con el consumo de cocaína.
Conocida como "la capital de la mordedura del tiburón", el Estado lidera los rankings mundiales vinculados a estos tipos de ataques. Solo en 2022 registró 16 de los 41 que sufrió el país y de los 57 mundiales.
En lo que va del año, el estado fue escenario de una serie de eventos catastróficos que tuvieron como protagonistas a tiburones.
Esto coincidió con el hallazgo de un cargamento de cocaína valuado en 186 millones de dólares en los Cayos de Florida.
La droga descartada en las aguas es un fenómeno frecuente, por lo que desde hace décadas existen teorías y rumores sobre tiburones que entran en contacto con esta sustancia.
Discovery Channel, con motivo de su tradicional "Shark Week", decidió encarar una investigación al respecto, donde participaron científicos, biólogos marinos e ingenieros ambientales.
Entre las pruebas que se realizaron a fin de conocer los comportamientos, tiraron ladrillos falsos de cocaína y notaron cómo los tiburones iban a morderlos.
Durante los días de estudio vieron llegar paquetes reales de cocaína a las costas y comprobaron en primera persona que se trata de un escenario lamentable, pero común.
Los especialistas determinaron que el extraño comportamiento de los animales es un hecho. Pero por más de que la cocaína sea una droga soluble, no es posible asociarla directamente con los ataques.
Las actitudes de los tiburones podrían estar vinculadas con una lesión pasada o un desequilibrio químico a raíz de otros desechos como los farmacéuticos, que también contaminan el mar.