Ayer se llevó a cabo la entronización de la imagen de San José, en la parroquia que lleva su nombre, en la localidad de Cerrillos.
Por la tarde, los fieles partieron en procesión con escolta de gauchos, desde la gruta ubicada a la vera de la ruta nacional 68, a la altura del ingreso al casco urbano hasta la iglesia local.
Este viernes comenzará el rezo de la novena, que se extenderá hasta el sábado 16. Las actividades comenzarán temprano. A las 6.30 será el turno del Rosario de la Aurora, a las 19 misa en los barrios y rezo del Rosario, y a las 20 la Santa Misa y novenario.
El patrocinio de San José comenzó a celebrarse en “Los Cerrillos”, hace aproximadamente 232 años, cuando don José Iradis levantó en un predio de su propiedad la primera capilla para honrarlo. Al morir, dejó a favor de San José una fracción de su inmueble donde comenzó a crecer el pueblo que originalmente se llamó San José de los Cerrillos, denominación que dejó de usarse por décadas, hasta que hace algunos años renació con fuerza hasta oficializarse.
Tiempo después se erigió un nuevo templo, y en 1816, frente a este, los ejércitos de los generales Martín Güemes y José Rondeau firmaron el Pacto de Paz que posibilitó la declaración de la independencia por parte del Congreso de Tucumán.
En 1844, un terremoto afectó al segundo oratorio de San José, que fue demolido a mediados del siglo XIX. Posteriormente, el presbítero Serapio Gallegos levantó con la ayuda de los franciscanos, un nuevo templo en honor a San José, edificio que a mediado de los 80, en el siglo XX, a causa del deterioro de su estructura y del derrumbe de una de sus partes fue reemplazado por la actual iglesia.
La ornamentación del templo
Como todos los años, los cerrillanos colaboran con la ornamentación del templo para la gran fiesta religiosa del pueblo. Karina Burgos es una de las encargadas de embellecer la fachada y el interior de la iglesia, junto a un grupo de colaboradores de la parroquia. También los vecinos se acercan para ofrecer lo que haga falta, como el caso de María Luisa, vecina de la localidad, quien llegó con globos amarillos y blancos, y papel crepe con los colores papales.