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El Club Unión Huaytiquina volvió a quedar al borde del abismo. Otra vez. Como si los más de cien años de historia no alcanzaran para frenar una maquinaria judicial que avanza sin mirar hacia atrás y una presión mediática que, según denuncian desde la institución, busca instalar miedo y confusión en Campo Quijano.
El pasado 2 de diciembre circuló un escrito judicial que cayó como una bomba en redes y grupos de WhatsApp: “la jueza Jacqueline San Miguel fijaba fecha de remate del club para el viernes 12 de diciembre, a las 17.15, en el Colegio de Martilleros de Salta”. No era un simple aviso. Era una orden: “Hágase conocer”.
La martillera Julia Alejandra Auza pedía avanzar y la jueza hacía lugar.
De inmediato, la palabra "remate" volvió a erizar a la familia del Club Huaytiquina, que ya tiene cicatrices de sobra. Pero desde el club salieron a desmentir categóricamente el supuesto inminente final: “el pago exigido por la Justicia ya había sido depositado y acreditado”, según confirmó a El Tribuno Rodrigo Palazzo, el abogado ad honorem que tiene la institución.
Palazzo explicó que el caso tiene detrás “12 expedientes de ejecuciones de honorarios” acumulados desde gestiones anteriores del club de Campo Quijano, varios iniciados incluso en el año 2008. El juicio principal, que había motivado el remate del año pasado, ya fue cancelado y “todos los honorarios regulados en este expediente fueron abonados”, lo que suspendió aquella subasta.
Sin embargo, la insistencia mediática reapareció ahora esta semana.
Palazzo explicó “es sorprendente esta intención de instalar miedo. El club pagó todo. El remanente por el que se pretende justificar un remate se canceló este miércoles”.
Los números son contundentes:$2.900.000 abonados en noviembre del año pasado.$6.926.000 pagados la semana pasada, tras la confirmación de la Cámara.
Y $1.731.000 acreditados este miércoles, correspondiente a honorarios e incidentes. En total más de 10 millones de pesos para el abogado Ramiro Ulivarri.
Este monto desembolsado por Huaytiquina, es una fortuna para una institución sin fines de lucro que carga sobre su espalda una deuda ajena originada en el conflicto entre Jorge Figueroa y Oscar “Chochi” Ríos, años atrás. Ambos se declararon insolventes. El club, que había sido representado por el mismo abogado que hoy ejecuta la deuda, quedó pagando los platos rotos.
“El abogado Ulivarri, quien representó al club en aquellos procesos, hoy ejecuta honorarios contra la misma institución a la que defendió porque no pudo cobrar a las personas que perdieron el juicio”.
Según Palazzo, “Huaytiquina está pagando una deuda que no le corresponde. Ganó los juicios, pero terminó obligado a hacerse cargo de obligaciones ajenas”. Para colmo apareció la maquinaria del miedo: redes, filtraciones y apuros sospechosos en estos días. El detonante del nuevo revuelo fue la difusión pública del decreto del 2 de diciembre. La resolución existe, pero “ya no tiene razón de ser”, porque el expediente quedó económicamente saldado. “Se difundió para alarmar a la sociedad, presionar y apurar un remate que ya no corresponde. Es una maniobra poco ética”.
La sospecha, para muchos en Quijano, no es nueva, cada avance del caso vuelve justo cuando el club cancela pagos o consigue ayuda para sostenerse. Durante años, Huaytiquina recibió apoyo del Gobierno provincial, del municipio y de vecinos para hacer frente a una deuda que parecía interminable. Y que ahora ya está saldada.