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En apenas 49 segundos, un nuevo hecho de inseguridad fronteriza volvió a encender las alarmas en el norte salteño. En Finca Karina, una franja limítrofe con Bolivia que parece haber quedado fuera del radar estatal, un hombre fue asaltado a plena luz del día, en plena vía pública, sin que ninguna autoridad se hiciera presente y sin que nadie interviniera.
El video, que rápidamente se viralizó, muestra a un grupo de personas que intercepta al hombre mientras camina. Entre gritos, empujones y un violento forcejeo, lo reducen hasta dejarlo en el suelo. Luego, le sustraen sus pertenencias y huyen como si nada. No hay patrulleros. No hay agentes. No hay reacción.
“Esto pasa todos los días. Ya ni siquiera se esconden. Actúan con total impunidad porque saben que acá no hay nadie”, denunció un lugareño. Según contó, los hechos delictivos son cada vez más frecuentes, pero ninguna autoridad nacional ni provincial se ha acercado a dar respuestas.
Ubicada en una zona clave para el tráfico de personas y contrabando, Finca Karina -en el norte de Salta- se ha convertido en sinónimo de zona liberada. La falta de controles fronterizos y de presencia policial ha generado un escenario ideal para que operen bandas delictivas, que se disputan el territorio a plena luz del día.
Finca Karina, tierra de nadie, vuelve a ser noticia. No por su ubicación estratégica ni por algún desarrollo productivo. Sino por ser el escenario de una violencia desatada, donde las reglas las imponen los delincuentes.