inicia sesión o regístrate.
En un tiempo donde las buenas noticias escasean, un gesto simple pero poderoso se convirtió en ejemplo de honestidad y sentido común. Todo ocurrió en Santa Fe, cuando Mauro, un joven usuario bancario, descubrió de forma inesperada que su cuenta tenía $12,5 millones más de lo habitual. La historia, que parece salida de una película, fue tan real como admirable.
El origen del insólito giro del destino fue un error de tipeo en el alias de una cuenta. Del otro lado de la operación estaba un empresario de Paraná, dedicado a la venta de autos, que había intentado transferir el dinero a un proveedor. Sin saberlo, terminó depositando la millonaria suma en la cuenta de Mauro.
"Me llegó un mensaje por Facebook Messenger de un desconocido que me decía que probablemente había recibido una transferencia equivocada", relató Mauro en diálogo con Cadena 3 de Córdoba. En lugar de ignorar la advertencia o alarmarse, el joven optó por investigar. "Mi reacción fue simplemente ver qué intenciones tenía", contó. Tras solicitarle un número de teléfono al desconocido, confirmó que efectivamente era de Santa Fe, lo cual le sumó credibilidad a la historia.
La confirmación no tardó en llegar. Mauro revisó su home banking y allí estaban: los 12,5 millones de pesos. Lejos de dejarse tentar, tomó una captura de pantalla, se comunicó con el empresario y le devolvió el dinero. “Sin ningún inconveniente, sin ningún problema de transferencia, se lo reenvío”, explicó con total naturalidad.
El empresario, atónito ante el acto de honestidad, le preguntó si deseaba alguna recompensa. Pero Mauro fue contundente: “Realmente no quería nada porque esa plata era de él, no era mía”. Sin embargo, con un toque de humor, deslizó una propuesta más terrenal: “Vamos a comer un buen asado, un buen asado con una gaseosa bien fría”.
Al recordar la experiencia, Mauro confesó: “Siempre lo vi por televisión, pero es la primera vez que me toca en persona”. Y si bien tuvo un momento de sorpresa, su decisión fue clara desde el principio: “No tenemos por qué quedarnos con algo que no nos corresponde”.
La historia concluyó con un deseo: “Que el de arriba te devuelva el doble”, dijo Mauro. Y aunque él no lo diga, es probable que ya haya recibido algo más valioso que el dinero: el reconocimiento sincero de quienes todavía creen que los buenos gestos merecen ser contados.