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Una escena de violencia insólita sacudió el martes por la tarde a la comunidad educativa de la Escuela N° 8 D.E. 4 Carlos Della Penna, ubicada en Braun Menéndez al 200, en pleno corazón del barrio de La Boca, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí, una madre y una abuela de un alumno del nivel primario atacaron brutalmente a las autoridades del colegio durante una reunión, dejando a tres personas heridas y obligando a suspender las clases.
Todo comenzó con un encuentro en la puerta del colegio entre las familiares del alumno, el director Luis Feigelman y la secretaria María Buraster. Según trascendió, el motivo original del encuentro habría sido una queja por una situación de bullying que afectaría al menor. Otras versiones indican que fue una discusión entre padres y que el personal escolar intentó intervenir para evitar que la situación escalara. Pero nada pudo frenar lo que vino después.
En medio de un intercambio tenso, la madre tomó una lapicera y se la clavó al director en un brazo. Acto seguido, la abuela del alumno sujetó por detrás a la secretaria y la agredió, provocándole un traumatismo de cráneo. Un auxiliar, identificado como Sixto Martínez, también fue golpeado en el intento por separar a las mujeres, y terminó con la fractura del pulgar izquierdo.
El ataque generó un inmediato despliegue policial. Personal de la Comisaría Vecinal 4C llegó al lugar tras un llamado al 911 y detuvo a las dos agresoras, quienes ahora enfrentan cargos por lesiones y violencia en una institución pública. Según fuentes oficiales, la familia ya tenía antecedentes de conductas violentas.
Los tres trabajadores agredidos fueron trasladados de urgencia por el SAME al Hospital Argerich. El director presentaba una herida cortante en un hombro, la secretaria un traumatismo craneal y el auxiliar la mencionada fractura.
Ante la conmoción, las autoridades de la escuela decidieron suspender las clases para ambos turnos durante este miércoles, bajo el marco de una jornada EMI (Espacio para la Mejora Institucional). La medida fue comunicada a través de un correo electrónico a todas las familias, en el que se explicó que la decisión buscaba "llevar tranquilidad a la comunidad educativa".
Desde el Ministerio de Educación porteño, explicaron que este tipo de jornadas están previstas en el calendario oficial y que, en este caso, se utilizó como marco para procesar los hechos y garantizar la contención del equipo docente.
Lo que debía ser una reunión entre adultos responsables terminó en un hecho de violencia escolar sin precedentes, donde los límites fueron borrados por la furia. La agresión con una birome como arma improvisada, el saldo de tres hospitalizados, y la suspensión de clases dejaron a toda una comunidad en estado de shock.