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En medio de una escasez de agua innegable en la provincia, el gobernador Juan Manuel Urtubey reconoció ayer ante la prensa: “Estamos pagando las consecuencias del desastre que fue Aguas de Salta”. La exprestataria privada dejó de brindar el servicio de agua y cloacas en 2009, tras el decreto 2190/09 que puso fin al contrato.
Pasaron más de dos años y medio desde que Cosaysa, en calidad de sociedad del Estado y con el nombre de Aguas del Norte, tomó la riendas; sin embargo, el déficit aún se manifesta en los reclamos de los vecinos.
El mandatario afirmó que es fuerte la inversión anual (según sus declaraciones ronda los 100 millones), pero en estos días quedó en evidencia la falta de un plan de obras acorde al crecimiento poblacional.
¿Y el argumento?
Cuando se creó Cosaysa, con el decreto 2195 del 2009, se fundamentó que “habida cuenta el carácter esencial del servicio de provisión de agua potable y cloacas, el Estado provincial debe adoptar todas las medidas necesarias para asegurar su continuidad en forma general, obligatoria, uniforme y en igualdad de condiciones para todos los usuarios”. Los reclamos muestran que el objetivo sigue lejos.