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Embarcación celebró su primer centenario aunque este pueblo, conocido años antes como la finca Tres Pozos, es mucho más antiguo. El 11 de octubre de 1911 se institucionalizó la fecha de fundación en coincidencia con la llegada del ferrocarril.
Embarcación vivió días de fiesta y seguramente muchos recordaron a quienes hicieron de ese lugar una verdadera comunidad, en la que el trabajo y el esfuerzo mancomunado no son una frase hecha y casi desgastada, sino una realidad que hoy disfrutan las nuevas generaciones.
Hace poco más de 50 años Embarcación no tenía un colegio secundario y los adolescentes de aquel entonces debían emigrar hacia otros lugares una vez que concluían la escuela primaria. Muchos debieron sufrir la tristeza del desarraigo porque con 12 ó 13 años eran llevados por sus padres hacia la ciudad de Salta o a San Salvador de Jujuy para completar sus estudios secundarios.
Un puñado de jóvenes nacidos, criados y por esa razón emigrados casi a la fuerza de Embarcación, cuando pasaron los años regresaron a su pueblo siendo profesionales. Aquí se puede mencionar al contador Ernesto Salomón, el doctor Aldo Farfán, el doctor Velázquez Vera y el geólogo Aldo Peirone. Ellos, más los doctores Fornaciari, Coutada y Marini y otros vecinos que no habían tenido la posibilidad de realizar estudios superiores, consideraron que no podía pasar un año más sin que Embarcación tuviera un colegio secundario. Así nació el Instituto Juan Carlos Dávalos.
Los comienzos fueron difíciles. El colegio comenzó funcionando en dos habitaciones del municipio cedidas por el intendente Yamil Salomón y quienes comenzaron a dictar clases fueron el contador Ernesto Salomón, el doctor Farfán, el doctor Velázquez y el geólogo Peirone, todos ad honorem. Amanda Maurín de Texta, una docente jubilada, fue designada directora y el cargo de secretaria docente lo ocupó Juanita Ramírez de Velázquez. En una habitación funcionaba un aula y en la otra la dirección del colegio.
El 20 de julio de 1959 comenzó a transitar el instituto Dávalos un largo y prolífico camino, con la misión de educar a miles de chicos.
Los profesionales trabajaron 4 años consecutivos, demostrando generosidad y verdadero compromiso ciudadano. El decreto de creación del colegio y la designación de los docentes estaban perdidos en algún entramado de la burocracia estatal, pero los docentes siguieron trabajando como si cobraran en tiempo y forma.
Durante más de 50 años la cooperadora funcionó como una de las entidades más comprometidas de Embarcación; así, a lo largo de varias décadas se logró una estructura edilicia de primer nivel a la que cada año se le agregan nuevas aulas, comodidades y laboratorios.
Al celebrarse las bodas de oro del colegio, al que asisten más de 600 chicos. En aquellos días se “gestionaron” profesores de Tartagal para tomar los exámenes. Salomón, Peirone y Farfán, entre otros, hicieron varias reuniones con los docentes de Tartagal y lograron ese objetivo.
Salomón trabajaba en su estudio contable, mientras que Peirone prestaba servicios en la primera refinería que existió en la zona, perteneciente a la Standard Oil Company ubicada en el paraje La Quena, en la ribera norte del río Bermejo.
Otro de los impulsores más firme que tuvo la iniciativa de crear el colegio -cuyo nombre fue idea del contador Ernesto Salomón, un gran admirador de Juan Carlos Dávalos- fue el doctor Aldo Farfán, hijo de un maquinista ferroviario, nacido en Embarcación . Al celebrarse los primeros 50 años del colegio Farfán recordaba “en los inicios, crear un colegio era solo una buena idea porque la realidad era que no teníamos edificio, profesores, muebles ni elementos de trabajo. Pero era necesario hacerla realidad porque éramos conscientes que sólo unos pocos -
como nos sucedió a nosotros- iban a tener la posibilidad de que sus padres les costeen sus estudios a partir de sexto grado fuera de Embarcación”.
Después de un año de funcionamiento en la oficina cedida por el intendente Salomón, el colegio se trasladó frente a la plaza hasta que en el año 1972 se inauguró el edificio actual ubicado entre las calles Belgrano esquina Hipólito Yrigoyen.
En los primeros tiempos, el colegio solamente dictaba el ciclo básico, pero en 1964 fue autorizado para que funcione como escuela normal para la formación de maestros. En 1965 egresó la primera promoción y a esa le siguieron otras cuatro promociones de docentes.
Desde su creación, el Instituto Juan Carlos Dávalos que funciona bajo la modalidad de gestión privada pero cobra a sus alumnos una cuota mínima, nunca dejó de crecer ediliciamente, en la matrícula y en su propuesta académica. Y en coincidencia con el aniversario 100 de Embarcación, es loable recordar a estos vecinos comprometidos con su pueblo quienes hicieron realidad esta obra maravillosa.