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Una vez más, por otro conflicto en las fuerzas se seguridad, llegó el agua al cuello. A pocos días de que Prefectura y Gendarmería mantuvieran en vilo a toda la sociedad, cuyo reclamo salarial, aún inconcluso, le costó la cabeza a la cúpula de ambas fuerzas, ahora la Armada corre por una situación tan similar como grave. Es que ayer, a casi dos semanas que el buque escuela de la Armada quedara embargado en Ghana por los fondos buitres, el Gobierno decidió pasar a disponibilidad a dos altos oficiales y les inició un “sumario administrativo” para determinar las responsabilidades por la elección de la escala en ese país africano de la Fragata Libertad.
Las sanciones recayeron en el secretario general de la Armada, almirante Luis González Day, y en el director de Organización y Doctrina, comodoro Alfredo Blanco.
Pero en las primeras horas de la tarde, la máxima autoridad de la fuerza, el vicealmirante Alberto Paz renunció y, mediante una fugaz designación de la presidenta Cristina de Kirchner, fue reemplazado por el segundo en el mando, el vicealmirante Daniel Martín.
Lo cierto es que el domingo, González Day había sorprendido a más de uno cuando aclaró que la decisión de desembarcar en Ghana, como parte del cuadragésimo tercer viaje de instrucción de la fragata, fue “interministerial”, tirando por la borda la responsabilidad de la fuerza o del mismo secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
A Moreno se le imputaba la responsabilidad de la decisión en un “búsqueda frenética” de nuevos mercados, especialmente en los países de Africa.
De todos modos, la nave ya venía “sorteando” puertos, principalmente en Europa, en donde se tornada peligroso un desembarco frente a las amenazas de los fondos buitres de ejecutar el embargo sobre la fragata y ante las faltas de garantías de los fueros internacionales.
Pero el mismo domingo, el ex jefe de la Armada, almirante Jorge Godoy, dijo por una radio porteña que la Cancillería “tiene la decisión final respecto del itinerario del buque”.
Y luego de explicar minusiosamente el proceso Godoy destacó que Relaciones Exteriores “es el que firma y autoriza la salida del buque”.
“La conformación de un viaje se hace en función de varios factores económicos, o reciprocidades entre la Armada y los países. La Cancillería es muchas veces la que tiene interés en ir a un país o a otro. En ese intercambio de información más las invitaciones que se reciben, con eso se va conformando el viaje que resulta en definitiva aprobado por la Cancillería”, concluyó el jefe marino.