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El entusiasmo y el placer que solamente la música es capaz de brindar se apoderó de casi un centenar de niños de San Antonio de los Cobres, que comenzaron a identificar las primeras notas en brillantes instrumentos adquiridos exclusivamente para ellos.
Mientras un grupo se esfuerza por la interpretación instrumental, otros modelan sus voces como parte del coro que también comenzó a transitar sus primeros pasos en el pueblo de la Puna.
Son 64 los chicos que eligieron aprender a tocar algún instrumento, mientras unos 30 integran el coro que acompañará todo tipo de actividades.
La iniciativa surgió del intendente Leopoldo Salva y encontró eco en un joven del pueblo, Santos Lisandro Puca, quien integra la banda de música del Ejército Los Infernales de Gemes.
“Nací y me crié en San Antonio de los Cobres. Vengo de una familia de músicos porque mis abuelos tocaban sikus, un tío abuelo formó parte de las bandas del Ejército y de la Policía, además de ser profesor de la Escuela de Música provincial y mi hermano mayor está conmigo en la banda Los Infernales”, contó a El Tribuno este hombre de 34 años, que decidió dedicar los sábados a enseñar a los chicos de su localidad.
Obstáculos y logros
La primera tarea para conformar la orquesta infanto-juvenil fue buscar antecedentes entre los pobladores sobre la existencia anterior de una banda musical. La finalidad era recuperar instrumentos e identificar a potenciales maestros, pero no se encontraron rastros. Y esos fueron los primeros obstáculos con el que se encontraron los impulsores de la iniciativa.
Frente a esa realidad, la decisión fue conformar un grupo de docentes y gestionar la compra de instrumentos.
La compra
A través de la secretaria de Turismo de la comuna, Azucena Salva, se presentó un proyecto al Ministerio de Turismo y Cultura justificado en la importancia del desarrollo sustentable en la zona.
La gestión tuvo como resultado una ayuda económica de 35 mil pesos, monto que sirvió para viajar a Buenos Aires a buscar precios y calidad y que, sumado al aporte del municipio, permitió adquirir los instrumentos para comenzar a darle forma a la banda de música.
Cabe señalar que los instrumentos musicales son costosos, y a modo de ejemplo vale indicar que una tuba cuesta 24 mil pesos.
“Logramos comprar 4 trompetas, 3 trombones, un bombardín o flicorno, un saxo tenor, un saxo alto, 4 clarinetes, una flauta traversa, 5 tambores y un bombo”, explicó Puca quien subrayó que el intendente Leopoldo Salva aportó 18 mil pesos además de hacerse cargo de todo otro tipo de gastos.
Unidos para enseñar
Un pequeño grupo de docentes, provenientes de diferentes lugares, se unió al proyecto de enseñar música y canto en la Puna, pese a la dificultad que significa trasladarse semanalmente hasta San Antonio de los Cobres.
“Unimos a gente que tiene interés en transmitir sus conocimientos en la zona y asumieron el compromiso de hacerlo cada sábado, día que viajamos para dictar clases intensivas de 10 a 13 y de 14 a 17”, explicó Puca.
Trompeta enseña el profesor Héctor Espinoza, un chicoanense con mucha experiencia que desarrolló la tarea en esa localidad y también en Cafayate.
Clarinete, saxo y flautas están a cargo de Daniel Pérez, un cordobés que se inició en una banda infanto-juvenil de Cosquín y hoy brinda servicio en la banda del Ejército. Este joven tiene estudios de instrumentos de percusión y en poco tiempo egresará de la Escuela de Música de la Provincia.
El jujeño criado en Salta, Jesús Franco, es el percusionista del grupo, conocido por su amplia trayectoria en grabaciones con Jorge Rojas y “Chaqueño” Palavecino.
Santos Lisandro Puca, intérprete de trombón, nacido y criado en San Antonio de los Cobres. “A los 18 años me incorporé al Ejército, donde me capacité. Durante doce años me desempeñé en el Escuadrón 50 Buenos Aires y cursé el ciclo básico y medio en el Conservatorio Nacional de Música”.
Finalmente, Carolina Ciano es la directora del coro, una joven de Tandil que vive en Salta.
En 4 días se anotaron 50 chicos
Desde la comuna se lanzó la convocatoria y en solo cuatro días se inscribieron 50 chicos para aprender algún instrumento y 35 para el coro, cuyas edades van desde los 8 a los 17 años. Y no descartan hacer su primera presentación con un repertorio en público en mayo del año próximo.
En el Mercado Artesanal se hizo una presentación para padres y niños que se interesaron en el proyecto.
Ya se dictaron las tres primeras clases y, como es esperable, hubo un desgranamiento de chicos que se inscribieron pero no concurren. “No son suficientes las horas que dictamos porque en esto se necesita mucha práctica. Hemos coordinado para que los niños puedan practicar bajo la supervisión de un responsable del cuidado y mantenimiento de los instrumentos, dos cualidades que les transmitimos desde el principio a los propios aprendices”, explicó Puca.
“Les enseñamos que tienen el privilegio de tener instrumentos nuevos y deben cuidarlos al máximo. Ellos lo entendieron perfectamente y confiamos en su conducta. Es conmovedor el entusiasmo que demuestran y nos llena de satisfacción”, expresó mientras ya piensan en integrar sikus o formar una banda con ese instrumento propiamente andino.