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Echarse panza arriba

Lunes, 05 de noviembre de 2012 23:04
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“Echarse panza arriba” significado de hacerlo “descuidando o abandonando el trabajo u otra actividad”.

El conocido refrán “echar sapos y culebras” equivale a “decir palabras injuriosas o indecentes”

El dicho que titula estas páginas, conocido en nuestro país de este modo, tiene su origen (según el especialista Iribarren) en otro español similar que dice: “Tumbarse a la bartola”. Esta última palabra, asegura el autor citando a Sbarbi, tiene el sentido de "barriga, estómago, buche o pancho'. Por su parte, el DRAE rescata la locución adverbial coloquial “Echarse, tumbarse a la bartola” con el significado de hacerlo “descuidando o abandonando el trabajo u otra actividad; despreocupándose, quedando libre de toda inquietud o preocupación”. Recalca el primer autor lo dicho explicándolo como “tumbarse tripa arriba” lo cual coincide con nuestro “echarse panza arriba”, apelando a nuestros términos y forma de hablar.

La posición referida echa luz suficiente al sentido de despreocuparse totalmente de un asunto importante u obligación, dedicándose a dormir o a filosofar mirando al cielo. Además, muestra la actitud propia de aquel que acaba de llenar su barriga y solamente quiere descansar para hacer una buena digestión. En una palabra, con la imagen propia de ocuparse solamente de “llenar el buche”, una mera necesidad fisiológica, aunque muy importante, desplaza cualquier actividad mucho más importante, como hacer algo por los demás (que hasta pueden ser sus propios hijos), velar por la seguridad y satisfacción de las necesidades mínimas, consagrándose a un trabajo rentado, lo que se resume en dejar de lado el cuidado que todos ellos se merecen.

Echar sapos y culebras

También el mismo autor se ocupa de explicar este refrán, al que conocemos y usamos, como veremos más adelante, con otras versiones. Expresa textualmente: “En las primeras ediciones del Diccionario de la Academia equivale a "decir palabras injuriosas o indecentes'. El Diccionario actual le asigna las acepciones de "decir disparates' y "proferir con ira denuestos'. La verdadera frase, la completa, es la de "Echar sapos y culebras por la boca'. Según Montoto ("Un paquete de cartas'), la genuina significación de este modismo es la de "jurar, blasfemar y maldecir'. "Y estos sapos y culebras -añade- son representaciones corpóreas de los mismos demonios del infierno. Estos tales salían, tomando la forma de aquellos animalitos, por la boca de los endemoniados, que juraban, blasfemaban y maldecían de todo lo más santo cuando se les exorcizaba'. Efectivamente; en dibujos antiguos donde se representa a condenados, endemoniados y exorcizados, aparecen estos, arrojando "sapos y culebras' por la boca”.

Sin embargo, tal como lo adelanté, las alimañas y reptiles a que alude la explicación anterior, se reproducen, en similares palabras que acostumbramos decir para ello, del mismo modo o bien por medio de otras metáforas o referencias. Suelen, por ello, coexistir las siguientes frases: "estar echando putas', "estar reventado de odio', "estar muerto de rabia', aunque también se escucha "echar sapos y culebras'.

Agua que no has de beber...

Un mensaje como el que entrega esta sentencia es más cristalino que el agua de una vertiente y no necesita, precisamente, recurrir a fuentes que nos proporcionen datos ni siquiera información fehaciente para entenderla. Tampoco, quizá, la historia de su creación porque seguramente habrá más de un idioma que la cuente en su repertorio. La apelación a un elemento de la naturaleza tan valioso para la vida, no solo humana, le otorga el valor de una metáfora riquísima que acredita su nacimiento eminentemente popular.

Sin embargo, a pesar de lo dicho, no está de más consultar el DRAE para comprobar que la palabra "agua' ha sido utilizada de mil maneras, a lo largo de la historia, para evocar distintas realidades. Algunos ejemplos lo acreditan: “caer en aguas de borrajas”, es hacerlo en cosas sin importancia o de poco valor; “agua de socorro”, el bautismo suministrado por cualquier persona ante la posibilidad de muerte de un recién nacido; “aguas mayores / menores”, excremento u orina humanos, lo mismo que “aguas servidas”; “agarrar a alguien un agua”, en Cuba, emborracharse; “ahogarse en un vaso de agua”, angustiarse por poca cosa; “bañarse en agua rosada”, alegrarse mucho del bien o del mal ajeno; “claro como el agua” o “más claro que el agua”, se refiere a algo evidente, no refutable; “correr el agua por donde solía”, volver a antiguos usos o costumbres; “echar agua en el mar”, hacer algo inútilmente; “irse un negocio o una cosa al agua”, fracasar; “sin decir agua va”, se expresa cuando alguien ocasiona intempestivamente un daño o pesar a una persona. Estas son algunas muestras de cuánto valor se otorga a este elemento vital para crear comparaciones aplicables a la vida.

Se me ocurrió comentarles sobre esta máxima cuando leí, en El Tribuno, el artículo publicado por Trilce Lovisolo el 27 de octubre en el que informaba sobre una idea estudiantil de los chicos de la Fundación Jeva x vos. Ellos, bajo la consigna “agua que no has de beber, no la dejes correr”, desarrollaron un simple pero valioso proyecto que consiste en colocar una botella llena de agua en el tanque de un inodoro, particularmente de las instituciones educativas, con el objeto de ahorrar la descarga de agua, la cual es minimizada por el volumen de la botella.

Amén del ingenioso recurso que provoca un importante ahorro de agua, si se tiene en cuenta que su aplicación generalizada en colegios y escuelas, hay que destacar el recurso lingístico de tergiversar el sentido del dicho, en forma positiva, con el que se invita a imitar, sin costo alguno, el procedimiento con el objeto de generar una conciencia social en niños y jóvenes por el cuidado y respeto hacia el medio ambiente.

El impacto que puede producir este mensaje en aquellos a quienes se lo dirige recurre, de un modo indirecto, al conocimiento que se tiene de ese refrán, redirigiéndolo hacia un noble objetivo como es el cuidado de un bien ya escaso en el mundo actual, pero que lo será mucho más en el futuro. Es decir, además de demostrar su inteligencia práctica para la puesta en marcha de un proyecto simple pero de gran valor, lo han hecho, asimismo, al buscar el mensaje más apropiado para convencer a sus destinatarios sobre tal propuesta.

 

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