inicia sesión o regístrate.
Seguro de tener el respaldo oficial a sus dichos y a solo dos días del cacerolazo del 8N, el titular de la Comisión de Presupuesto de Diputados, Roberto Feletti, aseguró ayer que el Gobierno “no convalidará que cada agente económico al que le sobre un peso lo transforme en dólares, para gastarlo fuera del país”.
El exviceministro de Economía hizo así una cerrada defensa a las restricciones que el gobierno impuso a la compra de dólares para ahorro o adquisición de propiedades. Si bien en un primer momento la medida se aplicaba a los grandes ahorristas, posteriormente se extendió a todos los ciudadanos. Sin embargo, desde el Gobierno aseguran que la compra de dólares se puede realizar una vez que la AFIP otorgue su autorización, pero cientos de contribuyentes no pueden incluso ni acceder a la compra de un dólar.
La medida, está más que claro, no tiene vuelta atrás. El exdirigente frepasista y exfuncionario de la Alianza dijo que quienes compran la divisa norteamericana sólo “representan un 12 por ciento de la población”, lo cual no explicaría muy claramente la enorme preocupación del oficialismo por evitar esas operaciones a toda costa.
El diputado sostuvo que el oficialismo no convalidó un escenario en el cual, a mediano plazo, los sectores populares se iban a perjudicar, aunque distintos estudio establecieron que también la clase baja trataba de pasar sus pocos ahorros a dólares para evitar el impacto que podría tener sobre sus alicaídos bolsillos una devaluación brutal, de las muchas que sufrió la historia argentina.
Feletti añadió que en caso de “endeudar al Estado, liberar el mercado cambiario, abrir el de capitales para que ingresen dólares y dejar que se los lleven los mismos de siempre”, los más afectados sería los sectores con menos recursos.
Sostuvo también que el país está “mejor que hace un año” -a pesar de que todos los indicadores oficiales indican lo contrario- y explicó que “el Gobierno mira para delante”, ya que “ha planteado un conjunto de medidas que apuestan a reformas estructurales”.
Feletti celebró que, contrariamente a lo que vaticinaba la derecha, el gobierno nacional no tomó deuda ni devaluó. Sin embargo, en el mercado de las divisas, el dólar empezó a tener más de una cotización. El dólar oficial, que en realidad al momento de realizar operaciones cambiarias e inmobiliarias no era tomado en cuenta. El verdadero valor para estas operaciones era tomada por el dólar paralelo. Esto implicó en la vida diaria del bolsillo de los ciudadanos un incremento del 35% o viéndolo de otra manera una devaluación encubierta.
El legislador destacó, entre las decisiones gubernamentales recientes, la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, con lo cual “se rompió con la lógica de que no podemos emitir un peso si no tenemos un dólar de respaldo”.