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Finalmente, tras unas controvertidas elecciones, ayer asumió la presidencia de México Enrique Peña Nieto. La asunción ocurrió con una serie de desmanes por parte de sectores opositores que enfrentaron a las fuerzas de seguridad. Mientras, el dirigente del PRI tendrá un enorme desafío por delante: derrotar al narcotráfico y la violencia que trajo aparejado en su país tantas muertes de civiles como la guerra en Irak.
El combate contra el narco ha sido uno de los elementos más importantes que ha desgastado al gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Calderón, que sacó al ejército para enfrentar al crimen organizado, logró capturar o abatir a varios narcos importantes, pero la capacidad de los cárteles para recuperarse ha puesto en jaque al ejército. Con una policía corrupta, mal preparada y mal pagada, Peña Nieto ha prometido un mando policial único y la retirada paulatina de los militares de las calles cuando la decrezca la violencia. Sumado a esto, los números son escalofriantes.
La guerra contra el narco arroja un número de muertes que, a falta de estadísticas oficiales completas, la mayoría de recuentos cifran por encima de 60.000. Pero el semanario “Zeta” de Tijuana eleva esa cantidad hasta los 83.000 muertos, mientras que el Instituto Nacional de Geografía e Informática ha calculado unos 95.000. La organización civil México Evalúa, con base a datos públicos, va más allá y estima que entre 2006 y 2012 se han producido 101.000 asesinatos. Esta es una cantidad incluso superior a la de la guerra en Irak durante la década pasada, que la revista médica británica “The Lancet” sitúa en 98.000 víctimas civiles.
El PRI volvió al poder
Otro de los retos que Peña Nieto tendrá por delante es demostrar la renovación de cuadros que tuvo dicha organización. Esto no lo será nada fácil. Es que el primer obstáculo lo tendrá en el Congreso, donde está en minoría.
De esta manera Peña Nieto tendrá ante sí el desafío de demostrar que estos doce años en la oposición trasformaron la vieja burocracia en un partido de jóvenes tecnócratas. Algo que todavía no ha demostrado.
Lo que ya es un hecho es que, a diferencia del pasado, el poder del PRI ya no es del antes, ni en la calle ni en las instituciones, y el primer obstáculo está en el Congreso, donde está en minoría.
Asunción con disturbios
Su llegada al poder no se dio sin disturbios y desmanes a las afueras del Congreso. Movimientos sociales y políticos protagonizaron enfrentamientos contra la policía y las fuerzas de seguridad presente.
Más de dos mil personas se enfrentaron a fuerza de piedras y bombas caseras con los uniformados. Según la prensa en el lugar, ya hay 3 detenidos y más de 20 heridos.
¿El motivo? Sectores de la oposición siguen apuntando contra las controvertidas elecciones que sacaron triunfante a Peña Nieto.
Más aún con la minoría en el Congreso, la oposición le envió un duro mensaje al gobierno: estará al acecho en cualquier error de Peña Nieto.
Lo destacado
El principal partido opositores de ese país convocó en todas las plazas públicas de los 32 estados mexicanos a protestar.
Las denuncias de gran parte de la oposición apuntan al fraude y a la compra de votos por parte del PRI.
Hace 6 años, la asunción de Felipe Calderón estuvo marcada por un gran alboroto en medio del rechazo de la izquierda.
Más de seis mil policías y militares vigilaron la asunción de Enrique Peña Nieto ante el rechazo social que está generando.