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El frío extremo que azota gran parte del país se convirtió en un trágico telón de fondo para una madrugada que Junín jamás olvidará. Tres menores de edad perdieron la vida y un hombre permanece internado en estado crítico, luego de que un voraz incendio consumiera una casa familiar en el barrio Capilla de Loreto.
El siniestro se desató cerca de las 5.30 de la mañana del domingo, cuando la mayoría de los habitantes de la vivienda dormía. Según confirmaron fuentes judiciales y policiales, en la casa se encontraban ocho personas: cinco niños y tres adultos. El fuego, que se propagó con violencia, dejó a varios atrapados en el interior y obligó a los rescatistas a actuar contrarreloj.
Las víctimas fatales son Cataleya Acuña Castro, una beba de apenas ocho meses; su hermana Maimara, de dos años; y Alejandro Félix Melo, de 12. Los tres fueron hallados inconscientes por Bomberos Voluntarios y trasladados de urgencia al Hospital Interzonal General de Agudos “Abraham Piñeyro”. Pese a los esfuerzos médicos, los menores fallecieron poco después de llegar al centro de salud.
El escenario que encontraron los rescatistas fue desgarrador. Mientras algunos adultos y niños lograron escapar por sus propios medios, los tres menores permanecieron atrapados.
Además de las víctimas fatales, el incendio dejó un saldo de varios heridos. Jorge Oscar Alaniz, de 45 años, sufrió quemaduras graves y una severa afectación de sus vías respiratorias. Actualmente permanece en terapia intensiva, con respiración asistida, tras ser intervenido quirúrgicamente. Por su parte, Nara Monje, madre de Alejandro Félix Melo, sufrió quemaduras en un brazo y una pierna; y una niña de seis años fue atendida por irritación en la garganta.
Carolina Castro, otra de las ocupantes, logró escapar con dos hijos y no presentó lesiones graves. Dos efectivos policiales que participaron en el rescate también fueron atendidos tras inhalar monóxido de carbono.
Aunque las primeras versiones apuntan a un desperfecto en un artefacto eléctrico como causa del fuego, la fiscal Pamela Ricci ordenó peritajes exhaustivos y la realización de autopsias a los menores para confirmar si murieron por inhalación de humo o por quemaduras.
La tragedia dejó una huella profunda en la comunidad, que hoy se moviliza entre el dolor y el desconcierto. Las bajas temperaturas y el uso intensivo de calefactores eléctricos, muchas veces en condiciones precarias, son un cóctel peligroso que ya encendió las alarmas en varias localidades bonaerenses.
Mientras tanto, en Junín se multiplican los gestos de solidaridad. Vecinos organizan colectas y cadenas de oración por los sobrevivientes. La justicia, en paralelo, busca respuestas urgentes para entender cómo, en cuestión de minutos, el calor que debía proteger del frío terminó apagando tres vidas inocentes.