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La consternación por el cruento y despiadado asesinato de Tiago Maximiliano Mendoza, de 16 años, el viernes por la tarde en la plaza Santa Marta de Orán siguió con la indignación y el penar que se viralizó en las redes sociales. Ayer, en medio de mucho dolor, familiares, compañeros, amigos y vecinos de Tiago despidieron sus restos.
Horas después del crimen, El Tribuno habló con la madre y una tía del menor, además este medio pudo acceder a un audio donde una mujer que se encontraba internada en el hospital San Vicente de Paul denuncia que fue testigo del abandono que habría sufrido el adolescente en el hospital. "No le dieron bola", sostuvo.
Profundamente apenada, casi abatida por no poder hacer nada, la joven que desde un primer momento observó los movimientos moribundos del menor en el interior del hospital de Orán contó la situación: "Lo siento mucho. No sabes de dónde vino caminando el nene ese y nadie le dio bola. Yo estaba internada también, el guardia vino a avisar a los doctores de la guardia, él -por Tiago- venía vomitando sangre, re feo, re mal, y se sentó porque ya no podía más viste".
En un esfuerzo sobrehumano, porque no había otro deseo de Tiago que el de seguir con vida, como pudo y sin parar de emanar sangre llegó hasta una camilla donde logró sentarse al lado de la testigo. "Sale un enfermero y le dice ´vení vení sentate acá´ y la criatura ya no se podía levantar boludo, no se podía levantar. No se cómo pero el nenito se levantó, seguía vomitando, en el transcurso seguía vomitando, se sentó en la camilla al lado mío y vomitaba mal, todo era sangre", contó.
No es la primera vez que un hecho de extrema violencia es cometido a plena luz del día y frente a testigos. ¿Por qué nadie lo defendió?
"Lo llevaron caminando hasta la parte donde hacen suturas y esas giladas, ahí le rompieron la ropa y vieron que tenía dos puñaladas, él seguía vomitando sangre y, le decían que se tapara la boca porque iba a ensuciar todo. De ahí lo subieron al quirófano donde falleció". El relato, desgarrador y entre lágrimas, expone una situación de suma gravedad.
¿Intentó victimizarse?
En medio de tanto dolor e impotencia, la mujer contó que mientras Tiago trataba de seguir con vida, minutos más tarde "llegó el pibito que le hizo eso a él -por Tiago- vino a curarse la mano porque la tenía cortada y dijo que le habían querido robar el celular y por eso tenía su mano así. Y nada que ver, al rato llegó toda la policía, yo no podía hacer nada amiga porque había quedado internada, así pasó boludo. Lo siento mucho, el pésame a toda tu familia", apuntó.
Tras lo ocurrido el viernes entre las 17 y las 18.30 en la ciudad de Orán, donde Tiago fue brutalmente atacado efectivos de seguridad detuvieron a un joven de 15 años como sospechoso del hecho. De acuerdo a testigos y testimonios brindados a este medio, hay uno o dos menores más que están prófugos.
"No estaba haciendo nada"
Una testigo del atacado a plena luz del día en la plaza Santa Marta de Orán, frente al colegio Educativo 5.040 y a metros del 911, una dependencia policial y el hospital San Vicente de Paul, ratificó que el joven de 16 años estaba sentado esperando a alguien cuando fue sorprendido por delincuentes.
Fuentes identificaron a dos sospechosos: L.R. y M.N.S., quienes estaban a bordo de una moto. El segundo sería el atacante y el otro está prófugo.
"Estaba -por Tiago- sentado, al parecer esperando a alguien. Él vino -por el agresor- y primero le sacó la gorra, después le empezaron a pegar trompada, Tiago se defendió pero no tanto, la cosa que agarra el del bache y lo tira al piso para seguir pegándole, y empieza a sangrar, como no quería soltar el teléfono sacó el cuchillo y comenzó a puntear", expresó la testigo.
Profundo dolor por su despedida
En medio de un absoluto dolor ayer los restos de Tiago fueron trasladados al cementerio Municipal donde le dieron el último adiós. Familiares, amigos, compañeros y docentes del colegio Educativo 5.040 se acercaron para despedir al menor.
Docentes consultados por medios locales señalaron lo siguiente: "Tiago era un chico que no tenía maldad, inocente fue alumno mío el año pasado y este año. Tiago no falleció, le quitaron la vida, se la arrebataron", sostuvo el docente notablemente consternado.
El profesor agregó: "Pudiendo disfrutar de sus amigos y compañeros le quitaron la vida, por eso quienes tienen la posibilidad de cambiar las leyes deberían hacerlo. El que le hizo esto a Tiago no es una persona, es un ser viviente nada más. Y lo que hizo estaba premeditado, no fue al azar, es un menor pero muy consciente de lo que hizo".
Otra docente dijo: "Era un chico tranquilo, pacífico, cero violencia víctima de lo que todos estamos expuestos en una sociedad descontrolada por la violencia que afecta tanto a los jóvenes. Esto nos hace tomar consciencia de trabajar con los adolescentes y la violencia escolar".
"Podría haber sido cualquiera de nuestros hijos que se sienta en una plaza a esperar a un amigo o una amiga y le pasa esta tragedia, por tanto descontrol y la falta de seguridad en espacios públicos. Tiago no buscó la muerte, no era un chico problemático, estaba en una plaza y lo mataron. Hay que tomar consciencia de los jóvenes que andan armados, ver qué hacemos en los colegios para evitar esa situación", agregó.