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En la madrugada del sábado, que era la medianoche Nueva York, el Gobierno argentino presentó ante la Justicia su propuesta argentina para resolver el planteo de los fondos buitre. Puntualmente, ofreció reabrir -previa autorización del Congreso- la negociación con los tenedores de títulos de deuda que quedaron afuera del canje en 2005 y 2010.
Las condiciones serían dos. En primer lugar, que la Justicia norteamericana obligue a los “buitres” a negociar. Estos acreedores quieren cobrar la totalidad del valor nominal de los títulos y nuestro país les ofrece una transacción que incluye la misma quita que se acordó en 2010.
La otra condición es que quede definitivamente sin efecto el fallo del juez federal Thomas Griesa que obliga a Argentina a pagar 1.330 millones de dólares a los fondos NML Capital y Aurelius por bonos en default.
Los abogados del estudio Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, que representan a nuestro país, reiteraron que la orden de Griesa vulnera el principio de equidad con los tenedores de bonos que entraron en el canje. Griesa invocó el principio de “pari passu”, que confiere igual trato a todos los acreedores y obligaría al país a pagarle a los holdouts al mismo tiempo que lo hacía con los acreedores que aceptaron los canjes.
El fallo de Griesa, afirman los expertos, era insostenible, porque ponía un antecedente de alto riesgo para cualquier negociación futura de un país en default. Sin embargo, el suspenso se mantuvo. En el medio, el 2 de octubre, los “acreedores buitre” consiguieron que un país poco relevante en el concierto internacional, como Ghana, retuviera la Fragata Libertad provocando enormes pérdidas económicas -alrededor de 10 millones de dólares- y evidenciara la fragilidad de la diplomacia argentina. La fragata es una nave militar y nunca debió ser embargada.
No obstante, cuando primero el ministro Hernán Lorenzino y luego la presidenta Cristina de Kirchner cedieron en sus discursos, dejaron de amenazar con no pagar a los buitres y accedieron a reabrir el canje, la cámara norteamericana revocó el fallo de Griesa y la fragata fue liberada.
El amigo americano
También en la madrugada, el gobierno de Barack Obama se presentó ante la Corte como “amicus curiae” de la Argentina con un escrito que critica el fallo de octubre. El texto despliega apabullantes argumentos legales, económicos y políticos en apoyo a la posición argentina. Consideran que el fallo “compromete las reestructuraciones de deuda soberana, afecta las relaciones exteriores de EE.UU. y podría perjudicar el rol de Nueva York como centro financiero y el papel del dólar en la economía global”.