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Achicar gastos, como sea. Esa parece ser la consigna de este año a la hora de salir comer afuera. La inflación y el agotamiento del crédito personal a las familias, influye para tomar decisiones.
Fuentes del sector gastronómico coinciden en que hoy la gente busca locales más baratos o con grandes promociones. Y si no, hacen sacrificios en la mesa: resignan la entrada o el postre, comparten más, eligen platos y vinos baratos, piden lo justo y, si algo sobra, se lo llevan.
Además, muchos cambiaron salidas por delivery para no gastar en bebida. Según una consultora especializada, en 2012 el consumo en restaurantes cayó hasta un 20% promedio.
Y también un 20% aumentaron los precios de las cartas. Frente a estos valores, la gente sacó la tijera. “Ahora buscan lugares con un ticket promedio más barato. Y si aún así no pueden, se vuelcan al delivery, que viene creciendo”, explicó Martín Blanco, director de la agencia especializada en gastronomía Moebius Marketing.
“Los restaurantes están un 15 o 20% por debajo del año pasado en cantidades vendidas”, precisó.
En la Cámara de Restaurantes de Buenos Aires no hablan de números, pero admiten que el consumo “se amesetó”.
Y en la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica, explican que la actividad “se estancó” en 2012, y que notan “un consumidor más cauto”.
En Internet
Si algo creció, fue el uso de promociones con tarjetas y cupones.
En Guía Oleo, la principal comunidad gastronómica online del país, observan que el descuento ya es “un criterio de selección más” para decidir dónde comer.
Y explican que este año se quintuplicaron los cupones descargados en el sitio.
Si no hay descuentos, el ajuste se hace en la mesa. Los que siguen visitando establecimientos gastronómicos gastan poco.
Comparten más, piden vinos más baratos y ahorran en el postre. En comidas, cambian la carne por pollo, el salmón por merluza, y piden pastas al fileto”.
“Lo que viene en aumento es el delivery”, contaron las fuentes gastronómicas. Pero todos piden sin bebida.
La crisis afecta hasta a los restaurantes de comida por kilo. La gente concurre y se lleva la comida en bandejitas para ahorrarse la bebida.