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Hoy, a las 18, por segundo año consecutivo la comunidad de Campo Quijano pedirá protección al Señor y la Virgen del Milagro. Será en la glorieta de la plaza Martín Fierro.
Tras dos años aún perdura fresco el recuerdo del sábado 27 de febrero de 2010, cuando al mediodía un fuerte sacudón de la tierra hizo temblar la provincia dejando centenares de familias sin hogar, dos muertos y varios heridos. Los principales afectados: la gente humilde de la Quebrada del Toro, donde 57 casas quedaron totalmente destruidas y otras tantas sufrieron daños estructurales. Durante meses la gente vivió en carpas hasta que pudieron reconstruir sus hogares y retornar a sus tareas habituales, pero nunca nada fue igual. El temor, lejos de menguar, retorna en cada verano cuando el clima, que se ensaña una y otra vez con los indefensos, provoca derrumbes y anegamientos que nuevamente los despoja de lo poco que lograron recuperar.
Ese día, las primeras informaciones llegaron del Servicio de Geología del Gobierno de Estados Unidos (USGS) que registró un temblor de 6,3º en la escala de Richter, con epicentro al oeste de La Caldera. Luego el INPRES precisó que en realidad se trataba de un sismo de magnitud 6,1º, con foco en La Merced.
Las réplicas se sucedieron durante febrero y mediados de marzo. El terror invadió a los salteños que durante meses ya no pudieron dormir tranquilos. Fue pasando el tiempo y en los grandes centros urbanos retornó la calma, pero en las montañas muchos salteños aún no lograron recuperar por completo sus vidas.
Una de las localidades más afectadas fue Campo Quijano, donde más de 250 familias asentadas en la inmensa serranía fueron afectadas de manera directa. El paisaje causaba espanto y dolor. A orillas del camino se podían ver viviendas derruidas y otras apuntaladas. Los ancianos no paran de llorar al ver tanta devastación, y los niños se abrazaban a sus padres buscando protección.
Las víctimas
Como consecuencia directa del temblor, un niño de 9 años, Mariano Fabián, murió en La Merced a causa de un traumatismo de cráneo, al caerle una pared encima. También sus dos hermanitos resultaron heridos, uno sufrió traumatismo de pelvis y el otro una contusión en la pierna.
En finca Los Nogales, de La Silleta, Demecio Borjas, de 58 años, perdió la vida al quedar atrapado bajo los escombros de la vivienda en que trabajaba.
Días después, el camionero Carlos Medina fue sepultado por un alud en el paraje Virrey Toledo, a unos 4 kilómetros de Campo Quijano.
Datos:
* El domingo 28 fueron cuatro los movimientos de tierra, según informó el INPRES. Durante la primera semana de marzo la tierra continuó temblando.
* La iglesia de El Moyar también quedó destruida. Hasta la imagen del santo patrono del lugar, San José, quedó hecha añicos al caer de su atrio a causa de los sacudones.
* Gran parte del ramal C-14 quedó deteriorado y tapado por las rocas caídas de los cerros. En muchos tramos los rieles fueron retorcidos. Hasta las macizas casas de piedra, construidas por el ferrocarril en las primeras décadas del siglo XX, sucumbieron ante los movimientos telúricos.
* Los parajes más afectados fueron El Alisal, El Moyar, El Candado, Santa Rosa, El Toro, Palomar, San Bernardo de la Zorra, El Rosal, Potrero de Chañi, Solá, El Alfarcito e Ingeniero Mauri, entre otros.
En Salta capital, la gente también estuvo presa del miedo
Luego del temblor, los salteños se volcaron masivamente a la plaza 9 de Julio, frente a la Catedral Basílica, para pedir que cesaran las réplicas. Fue entonces que el arzobispo, Mario Cargnello, abrió las puertas del templo para permitir el acceso de la gente que se encontraba agolpada en las veredas y escalinatas.
Por la tarde, las imágenes del Señor y la Virgen peregrinos fueron colocadas en el atrio, para que los fieles pudieran estar más cerca de ellas.