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Un extraño atentado en contra de un estudio jurídico y escribanía, ubicado sobre la calle Rivadavia 781, ocurrió el pasado sábado durante las primeras horas de la madrugada.
En el lugar trabajan las abogadas Daniela Rojas y María Luisa Fernández y a la escribana Marta la Fuente.
Periodistas de El Tribuno lograron comunicarse con Daniela Rojas, una de las letradas, quien se mostró sorprendida con la noticia, ya que no tenía conocimiento al encontrarse fuera de la provincia.
La profesional, que iba conduciendo cuando fue consultada telefónicamente por este medio, dijo al respecto: “No lo puedo creer, esto es muy raro, no tenemos casos penales ni conflictivos a tal extremo; mayoritariamente nos ocupamos de juicios sucesorios”. Aunque aportó un dato en el que podría estar la clave del ataque: “Nuestra actividad principal son los trabajos de mediación que realizamos”, dijo, y añadió la profesional: “Donde sí hay mucho movimiento es en la escribanía, pero no tengo conocimiento sobre si tienen algún conflicto con un cliente ni nada parecido”.
Por otro lado, en el lugar, una secretaria que se encontraba limpiando y sacando unas cortinas todas chamuscadas y que no quiso proporcionar su nombre informó que la dueña de la escribanía no se encontraba y se negó a hacer comentarios sobre lo sucedido.
Lo extraño de esta situación es que, hasta el cierre de esta edición, nadie radicó denuncia alguna por el atentado.
Una dotación de la División Bomberos de la Policía logró apagar las llamas gracias a un llamado anónimo que alertó al personal de la comisaría 1. En el área encontraron un balde lleno de un líquido inflamable con el que rociaron la puerta del estudio. Los efectivos lograron ingresar al inmueble y constataron que no había moradores allí.
Una testigo, que pasaba por la zona y que pidió reserva de su nombre por miedo a represalias, contó a los policías que cuando circulaba por la cuadra del frente, alrededor de las 3 de la madrugada, vio a un hombre parado en la puerta del estudio con un balde arrojando un líquido a mansalva, que posteriormente encendió con un fósforo para luego salir corriendo a toda velocidad.
Después de realizar las pericias de rigor y con los aportes de un testigo del hecho, los especialistas determinaron que el incendio fue provocado intencionalmente.