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“Mi hija no tiene nada que ver y no la nombren más. Son ustedes, los periodistas, los que le tiraron tanta mierda a mi hija y eso no se los voy a perdonar nunca (sic)”, declaró ayer Bonafini antes de cortar la comunicación telefónica con un medio afín al Gobierno nacional.
Antes del cruce, Bonafini aseguró que la decisión del juez federal Norberto Oyarbide era algo que estaban esperando. “Más que nada por la asociación ilícita, porque el resto de los delitos son muy difíciles de condenar. Estamos muy satisfechas y esperamos que esto llegue adonde tenga que llegar y vayan presos todos los que tienen que ir presos”, declaró. “Estoy satisfecha con la Justicia; esperaremos las condenas. Esperábamos la detención de Sergio, después del daño que nos hizo, de las mentiras, del robo, fue un año difícil. La prensa nos trató muy mal a nosotras, a todos en la fundación”, dijo.
Bonafini explicó que las Madres continúan trabajando en la construcción de viviendas “con mucho esfuerzo y ayuda”, y pidió que finalmente sean juzgados “muchos tipos que se hicieron ricos haciéndole daño a las mujeres que integran la Fundación”.
“Más allá de todo, yo voy a seguir confiando en las personas, esto no va a cambiar la forma de ser de las madres”, concluyó.
Indagan a Alejandra Bonafini
Luego de dictar la detención de Sergio Schoklender, el juez Norberto Oyarbide le tomará declaración indagatoria al resto de los implicados en la causa. La ronda incluye al hermano del exapoderado de Madres, Pablo Schoklender; a la exesposa de Sergio, Viviana Sala; a María Alejandra Bonafini, hija de Hebe de Bonafini, y a Alejandro Gotkin, exempleado de Madres y presidente de las empresas Antártica y Meldorek.