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La crisis económica española es cada vez más profunda. Ahora, el Estado español va por Bankia, el cuarto banco del país. Tras la renuncia del presidente de esa entidad, Rodrigo Rato, su sucesor José Ignacio Goirigolzarri, propuso que el Estado nacionalice esta entidad, lo que lo convertirá directamente en el accionista mayoritario de la institución.
Esta opción se ejecutaría con la conversión en acciones de la deuda que tiene pendiente BFA con el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, por 4.446 millones de euros.
Cabe destacar que esta entidad se encontraba contra las cuerdas. En la actualidad, Bankia tiene ahora 31.800 millones de euros en créditos y activos tóxicos, provenientes de la burbuja inmobiliaria.
Si avanzara la operación a través del Estado ibérico, se cubriría el agujero patrimonial desatado por la auditoría de Deloitte que considera que existe una sobrevaloración de la participación de BFA en este banco de al menos 3.500 millones de euros y que es imposible de cubrir sin ayuda del Estado.
Sin embargo, algunos analistas coincidieron en que no alcanzará con la intervención estatal que es igual a la cifra de los recortes de educación y sanidad, por lo que Bankia debería fusionarse y ser repartida entre bancos como el BBVA y el Santander por dar algunos ejemplos.
En otras palabras, la entidad podría desaparecer. Pero hasta el momento nada se sabe con exactitud y todas son especulaciones de diversos sectores.
Lo que se espera es que mañana el Consejo de Ministros anuncie la reforma financiera que hace tiempo promete el gobierno de Mariano Rajoy, que ya suma unos cuantos “viernes negros” entre anuncios de aumentos de impuestos y recortes a carteras como sanidad y educación.
La confianza de Rajoy
El presidente español Mariano Rajoy ha dicho que se reforzará la confianza en el sistema financiero “con las decisiones que se tomarán este viernes, en el Consejo de Ministros, y antes”.
Rajoy, además, ha querido lanzar desde Oporto, donde ha participado en la XXV Cumbre Hispano Lusa, un mensaje de “tranquilidad a todos los depositantes” de la entidad y ha insistido en que corresponde a los nuevos responsables de Bankia plantear las decisiones adecuadas. Ayer el sustituto de Rodrigo Rato, Goirigolzarri, tomó posesión de su nuevo cargo tras la dimisión del exministro, el lunes, una vez que se conocieron las intenciones del Gobierno de sanear la entidad. Cabe destacar que cuando Rato se había puesto al frente de Caja Madrid, esta entidad ya arrastraba el problema del “ladrillo” y fue entonces en el verano de 2010 que se fusionó a otras cajas en similar estado, entre ellas Bancaja, recientemente intervenida por el Banco de España.
En este complicado marco es que Goirigolzarri dijo asumir el cargo con el reto de hacer la entidad “más fuerte, rentable y potente”. “Creo que tenemos entre las manos un proyecto de extraordinario futuro”, añadió en declaraciones a agencias de noticias internacionales.
Problema de la entidad
Los banqueros del país ibérico llevaban tiempo reconociendo en privado que buena parte de la solución a las dudas sobre la solvencia del sistema financiero español pasaban por resolver el futuro de Bankia. Hasta que llegó el Fondo Monetario Internacional (FMI), señaló con el dedo a la entidad y al gobierno de Mariano Rajoy no le quedó más remedio que salir a su rescate. ¿Por qué? Sobre todo por su exposición al negocio del ladrillo, la más elevada de todo el mapa bancario.
Banco Financiero y de Ahorros (BFA) -matriz de Bankia y en la que el grupo ha aparcado sus activos inmobiliarios- aglutina 37.517 millones de euros en créditos a la construcción y la promoción inmobiliaria.
La cifra es muy superior a la de sus principales competidores. Santander acumula 23.442 millones, BBVA 14.158, Caixabank 22.437, Sabadell 9.402 y Banco Popular 16.481 millones.
Por si fuese poco, el 47,5% de la cartera de Bankia con préstamos al negocio del ladrillo es problemático.
En concreto, 10.564 millones de euros son de dudoso cobro -acumulan ya tres meses en impago- y 7.283 millones son considerados subestándar: aunque aún están al corriente de todos sus pagos hay un riesgo real de que se conviertan en morosos. Y 1.748 millones ya son fallidos; esto es, irrecuperables.
Además, a la entidad le ha tocado digerir 9.083 millones de euros en activos inmobiliarios adjudicados, recibidos en compensación por deudas y créditos impagados. De esa cantidad, el suelo -el activo más deteriorado en cuanto a precio y por lo tanto el más difícil de vender- supone 2.488 millones de euros.
"La recesión provocará desempleo”
Una visión negativa de lo que viene para España y su pueblo. De acuerdo al Servicio de Estudios del BBVA prevé que la contracción económica en España provocará un deterioro adicional del mercado de trabajo en 2012 que hará repuntar este año el desempleo hasta el 24,6% y hasta el 24,8% en 2013.
No obstante, según el informe “Situación España” publicado ayer por el BBVA Research, la reforma laboral aprobada por el Ejecutivo español aportará hasta un 10% más de puestos de trabajo a largo plazo, lo que supone cerca de dos millones de empleos más.
El BBVA Research confirma la recesión económica en España con una caída pronosticada del PIB del 1,3% este año, aunque valora las medidas adoptadas por el Ejecutivo para cumplir con los objetivos de déficit público y dar liquidez a la economía doméstica.